Hay quien la ve fría, seca, distante. Yo la prefiero así a visceral, estridente y demagoga. Me preocupa la incertidumbre de su talante, mimetizado como ha estado su discurso con el presidente, pero quiero creer en que el perfil científico de Claudia Sheinbaum –técnico, que no tecnócrata– la dota de un pensamiento estructurado y sistémico, ideal para la toma de decisiones racionales que la prevengan de tentaciones propias y ajenas.
Sin duda, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) les sirve a las y los mexicanos. No es gracias a su nombre, sus colores, el edificio donde se encuentra en la Ciudad de México; ni siquiera por las personas Comisionadas que lo encabezamos. El INAI funciona pues es un organismo autónomo —surgido de amplias luchas sociales— que defiende dos derechos humanos fundamentales a partir de criterios técnicos especializados: los derechos a conocer información pública y a la privacidad.
Desde 1994, cada 3 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Libertad de Prensa. La Asamblea General de las Naciones Unidas promovió esta fecha con el propósito de reconocer el papel de la prensa en el mundo, defender la independencia periodística y conmemorar a las y los periodistas que han fallecido en cumplimiento de su labor.
En semanas recientes se ha debatido en la escena pública la permanencia o no del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), tema relacionado con el valor de la transparencia y el acceso a la información. Las preguntas que se generan son muchas: ¿Es el INAI realmente necesario? ¿Se puede atender el derecho a la información y la transparencia sin este Instituto? ¿Es realmente tan caro como dice el Presidente?
El Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, aclaró esta mañana que los trabajadores de los órganos autónomos, los cuales propone eliminar con una reforma que presentará el próximo 5 de febrero en Palacio Nacional, no perderán sus empleos.
En un hecho insólito que al menos públicamente no había transcendido al interior del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), una de sus integrantes, la Comisionada Norma Julieta del Río Venegas denunció “acoso y persecución política por parte del Órgano Interno de Control de este Instituto, específicamente por su titular, Alma Patricia Sam Carbajal”.
A lo largo de su existencia, el ahora INAI antes IFAI (2002), el pleno del Instituto se ha integrado por cuotas partidistas, lo que derivó en el control del mismo por personajes vinculados al PAN y al PRI,
Si pudiéramos caracterizar las bondades y el alcance de la Plataforma Nacional de Transparencia en una sola palabra sería, sin dudarlo, innovación.
El Director de la Facultad de Derecho
de la UNAM afirmó que ser transparentes y rendir cuentas no es cuestión de voluntad, es una obligación.
Aseguró que dependencias como esta fueron creadas en el periodo neoliberal para encubrir actos de corrupción.
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