Norma Julieta del Río Venegas*
La Plataforma Nacional de Transparencia (PNT) es un bien nacional y parte fundamental de nuestra vida democrática, pues es la herramienta por excelencia para ejercer los derechos de acceso a la información y protección de datos personales de las y los mexicanos. Para conmemorar su séptimo aniversario, este 5 de mayo sumaremos un nuevo buscador que permitirá a los usuarios explorar la información con mayor fuerza y claridad.
La evolución de la Plataforma Nacional de Transparencia
Si pudiéramos caracterizar las bondades y el alcance de la Plataforma Nacional de Transparencia en una sola palabra sería, sin dudarlo, innovación, porque desde su puesta en marcha, la Plataforma no ha dejado de transformarse para simplificar su uso entre la población.
Para decirlo de otra manera, la PNT es el instrumento informático que permitió a las y los mexicanos ejercer de manera homogénea sus libertades informativas por primera vez, desde que como sociedad logramos reglamentar el derecho de acceso a la información, hace más de 20 años.
La Plataforma no es una ocurrencia del INAI o del Sistema Nacional de Transparencia, sino el cumplimiento de una obligación prevista en el artículo 49 de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública (LGTAIP), cuyos lineamientos fueron publicados el 4 de mayo de 2016 en el Diario Oficial de la Federación.
Antes de la PNT y, por lo tanto, de la reforma en materia de transparencia que también dio origen al INAI como órgano constitucional autónomo, existieron otros sistemas electrónicos para formular solicitudes de acceso a la información (no de datos personales a través de los derechos ARCOP) con algunas particularidades previstas en las leyes locales.
Me refiero al Sistema de Solicitudes de Información (SISI) de 2003 y al Sistema Infomex de 2006. Las diferencias entre ambos y la PNT son abismales: el SISI, que fue desarrollado por la Secretaría de la Función Pública (SFP), operaba solo entre dependencias federales, no entre estados o municipios (pensar en partidos políticos, sindicatos, fideicomisos y universidades públicas era inimaginable). Con la aprobación de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental (LFTAIP) en 2002, el funcionamiento del sistema pasó a manos del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI).
Esto sería el primer paso para desarrollar el Sistema Infomex que, a diferencia del SISI, permitía no solo formular solicitudes de acceso a la información, sino dar seguimiento a su gestión.
Algunas entidades del país se sumaron y otras desarrollaron sus propias herramientas.
Zacatecas fue el primer estado en llevar el Sistema Infomex y tengo el honor de haber formado parte del equipo que lo puso en marcha el 6 de agosto de 2009. El entonces Distrito Federal se sumaría poco tiempo después. Es por eso que cuando hablamos de Infomex no nos referimos a una sola plataforma, sino que debemos emplear el plural: los sistemas Infomex.
De acuerdo con la Dirección General de Tecnologías de la Información del INAI, entre 2006 y 2013 se instalaron 35 sistemas Infomex que ofrecían servicio a 25 estados, 507 municipios, al gobierno federal y a organismos autónomos. En algunas entidades, el funcionamiento dependía de las Contralorías del Poder Ejecutivo y no existía conexión entre las plataformas.
Esto cambiaría para siempre con la PNT, conformada por cuatro sistemas: el Sistema de Solicitudes de Acceso a la Información (SISI); el Sistema de Gestión de Medios de Impugnación (SIGEMI), el Sistema de Portales de Obligaciones de Transparencia (SIPOT), y el Sistema de Comunicación entre Organismos Garantes y Sujetos Obligados (SICOM).
La interconexión de todos ellos permitió al usuario por primera vez solicitar información de manera simultánea 33 sujetos obligados, e interponer quejas o impugnaciones ante los órganos garantes locales ante respuestas insatisfactorias. La Plataforma también facilita la comunicación entre ellos y las distintas instituciones públicas, lo que se traduce ahorro de tiempo y dinero.
Con la actualización más reciente al sistema, que dio paso al SISAI 2.0, la PNT se convirtió en la única vía para canalizar las solicitudes de acceso a la información y de derechos ARCOP a más de 8 mil instituciones de todos los poderes y órdenes de gobierno, porque dejaron de operar los sistemas Infomex.
Desde el inicio de operaciones de la PNT, del 5 de mayo de 2016 y hasta el 20 de abril de este año, registramos 8 millones 420 mil 611 solicitudes y 380 mil 046 recursos de revisión ingresados, de los que 187 mil 538 fueron debidamente gestionados.
Esta información, junto a los 9 mil 911 millones 015 mil 489 registros de obligaciones de transparencia han convertido a la PNT en la base de información pública más grande del país, solo detrás del Censo General de Población y Vivienda gestionado por el INEGI.
Este mar de información hizo necesario el desarrollo de los buscadores. De los 12 que están en funcionamiento, sólo el Buscador General es un mandato de ley: los 11 buscadores temáticos, incluyendo el de género que entró en funcionamiento este mes (y que explicaré a continuación en el texto), han registrado 16 millones 462 mil 247 consultas, de las que 4 millones 956 mil 241 corresponden al Buscador General y 11 millones 506 mil 016 a los buscadores temáticos.
El Buscador de Género: la evolución de la PNT
Solo debajo del Buscador General, el Buscador de Género es, hasta ahora, el buscador temático más potente de todos los que hemos puesto en marcha: su radio de acción no se limita a solo una de las 135 obligaciones de transparencia, entre generales y específicas, que los 8 mil 266 sujetos obligados realizan constantemente. De hecho, justo en estas fechas, los sujetos obligados se encuentran cargando la información actualizada al primer trimestre de 2023.
El nuevo buscador es una apuesta institucional para avanzar con pasos firmes en el combate a la violencia de género porque refiere a la obligación de generar información desagregada como uno de los pasos indispensables para construir una sociedad más igualitaria e incluyente. Cabe mencionar que el Buscador de Género no generará la información; contribuirá a hacerla visible.
Su desarrollo no ha sido un tema sencillo. Y no me refiero únicamente a las adecuaciones tecnológicas indispensables para el funcionamiento, sino más bien a cuestiones de fondo que nos obligan, a quienes integramos el Sistema Nacional de Transparencia, a hacer un ejercicio autocrítico y repensar en la importancia de garantizar el derecho de acceso a la información bajo un enfoque en el que las personas que pertenecen a grupos considerados de alta vulnerabilidad –como las mujeres, pero también las poblaciones de la diversidad sexual–, puedan ejercer su derecho a la información de la misma manera que los otros.
El arranque de este nuevo buscador temático es el punto más alto de un proceso que arrancó el 24 de marzo del año pasado, con la aprobación de medidas de fortalecimiento de la perspectiva de género en la carga de información pública y transparencia proactiva al interior del Consejo Nacional de Transparencia, el máximo órgano del Sistema Nacional de Transparencia.
Las medidas desembocaron en 262 propuestas de cambios, elaboradas por un equipo técnico, que impactan de manera directa a las especificaciones de diez artículos de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública (LGTAIP), a 61 obligaciones de transparencia (de las que 37 son obligaciones comunes y 24 específicas), así como a 74 formatos. Entre las obligaciones comunes que experimentarán algún cambio, destaco la estructura orgánica, el directorio, el total de plazas, las declaraciones patrimoniales, programas que se ofrecen, estadísticas, entre otras.
Las adecuaciones técnicas, por sí mismas, no bastan. El Buscador de Género lleva en su centro el compromiso de los servidores públicos adscritos a las unidades de transparencia de los sujetos obligados para capacitarse en su funcionamiento. ¿Por qué? La respuesta es simple: son ellos los responsables de subir la información a la Plataforma Nacional de Transparencia, y clasificar de manera adecuada las solicitudes de información y los recursos de revisión en torno a ocho categorías que fueron aprobadas por los integrantes del Sistema: tipo de violencia; efectos causados por violencia; causas de violencia; características de violencia; formas de violencia; consecuencias; desapariciones y alerta Amber.
El INAI sigue de pie y continúa trabajando
De esta manera, el Buscador de Género consolida a la Plataforma Nacional de Transparencia como el instrumento más eficaz, aunque no el único, para que las y los mexicanos podamos ejercer nuestras libertades informativas.
Estoy segura de que esta nueva herramienta permitirá visibilizar las distintas realidades que atraviesan a las poblaciones en condición de vulnerabilidad, específicamente a las mujeres y las personas de la diversidad sexual, en un contexto de desigualdad y discriminación.
Confiamos en que será también un paso para contribuir a erradicar las violencias. Sin embargo, la
PNT no se agota aquí; por el contrario, trabajamos para desarrollar mejores mecanismos de seguridad que garanticen su operación continua y simplificar su uso, para que la brecha digital no
sea un impedimento en el ejercicio de nuestro derecho a saber.
El reto es enorme, pero quienes integramos el Sistema Nacional de Transparencia lo asumimos con orgullo, sobre todo en tiempos como los que corren, donde el INAI se enfrenta a una situación crítica, sin precedentes en la historia, que lo imposibilita para realizar algunas de sus funciones sustantivas. A pesar de ello, seguimos en pie y confiamos en que el Senado de la República logre los acuerdos necesarios para que podamos sesionar nuevamente.
La actualización y modernización de la Plataforma Nacional de Transparencia es el ejemplo más reciente de nuestro trabajo. Los invito a utilizarla, lo mismo para demandar información a las autoridades que para exigir la protección de sus datos personales.
@JulietDelrio