Clara Brugada es una mujer con capacidad de empatía solamente rivalizadas por su imaginativa capacidad de gestión política frente a presiones tan diversas como aquellas superadas frente al poder entonces omnímodo del PRI o la diversidad de grupos y actores con los cuales ha actuado a lo largo de cuarenta años desde su decisión de irse a vivir a San Miguel Teotongo en la alcaldía Iztapalapa.