Hay madrugadas como puños, como navajas. Hay madrugadas que dejan seco y dolorido a quien las vive. Hay madrugadas que son una familia estupefacta, que se mira sin saber qué decir, que no sabe nombrar la desgracia.
Hay madrugadas como puños, como navajas. Hay madrugadas que dejan seco y dolorido a quien las vive. Hay madrugadas que son una familia estupefacta, que se mira sin saber qué decir, que no sabe nombrar la desgracia.