En 1965, hace seis décadas, una joven de 22 años decidió abandonar su hogar en Tokio, y embarcarse en un viaje a México que cambiaría su vida para siempre. La entonces aprendiz Yoko Sugiura Yamamoto, cursaba estudios iberoamericanos, pero su corazón anhelaba más.
Fue la obra del arqueólogo mexicano Román Piña Chan el punto de inflexión que la impulsó a buscar su camino en el estudio de la cultura Mesoamericana. Desde entonces se ha dedicado a ahondar en la materia, motivo por el cual fue condecorada con la Medalla del Tesoro Sagrado, Rayos de Oro y Collar de Listón que le otorgó el gobierno japonés por su contribución al intercambio académico entre México y Japón.