No es que no lo supiéramos. Nadie se llevó las manos a la boca y con un espasmo hizo manifiesta su sorpresa. Desde luego, nadie tampoco esperaba ansioso la llamada. Pero, aun así, lo hicieron con la convicción de quienes se sienten necesarios.
No es que no lo supiéramos. Nadie se llevó las manos a la boca y con un espasmo hizo manifiesta su sorpresa. Desde luego, nadie tampoco esperaba ansioso la llamada. Pero, aun así, lo hicieron con la convicción de quienes se sienten necesarios.