La periodista y escritora, Cristina Romo Hernández, mejor conocida como Cristina Pacheco, falleció en este jueves debido a varias complicaciones médicas, después de que el pasado viernes 1 de diciembre ella se retirara de la vida pública a los 82 años.
Cristina Pacheco se retiró de la actividad profesional, el 1 de diciembre de este año, dejando un legado emblemático en el periodismo, como entrevistadora en sus programas transmitidos por Canal Once: “Aquí nos tocó vivir” y “Conversando”. El primero de estos programas apareció el 1 de mayo de 1978, mientras que, el segundo, surgió en 1997, y desde entonces se convirtieron, en ejemplos del buen periodismo: solidario, profundo, respetuoso y profesional.
La periodista tenía una pasión desbordada por la Ciudad y esta fue, en palabras que le dijo a la periodista Columba Vértiz de la Fuente, una inspiración para el desarrollo der su obra: “La Ciudad de México es mi vicio, no puedo estar sin ella, me gustan hasta sus defectos. Pero me duele verla tan rota y tan deteriorada. Parece que muchas cosas se hacen para incomunicarnos y no para comunicarnos”.
Cristina Pacheco combinó la actividad literaria con el periodismo, de manera que fue acreedora de varios galardones como el Premio Nacional de Periodismo (1985), Premio de la Asociación Nacional de Periodistas (1986), Premio de la Federación Latinoamericana de Periodistas (1988), Premio Manuel Buendía (1992), Premio Rosario Castellanos (1996), Premio de Periodismo Fernando Benítez (2000), Medalla al Mérito Ciudadano en el año 2000, entregado por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, Premio en Comunicación Universidad Latinoamericana (2001), Premio Rosario Castellano a la Trayectoria Cultural de la Mujer (2012), entre otros.
Escribió varias obras de carácter periodístico, pero también de carácter literario al igual que para niños; verbigracia: Para vivir aquí (1983), Orozco, iconografía personal (1983), Testimonios y conversaciones (1984), Sopita de Fideo (1984), Cuarto de azotea (1985), Zona de desastre (1986), La última noche del Tigre (1987), La luz de México: entrevistas con pintores y fotógrafos (1989), Oficios de México (1993), La rueda de la fortuna (1993), Amores y desamores (1996), Los trabajos perdidos (1998), La chistera maravillosa (2000), Los dueños de la noche (2001), Al pie de la letra. Entrevistas con escritores (2001), Limpios de todo amor (2002), El corazón de la noche (2004), El oro del desierto (2005), El eucalipto Ponciano (2006), La canción del grillo (2006), Dos pequeños amigos (2008), El pájaro de madera (2008), Se vende burro (2009), Largo viaje al país de la memoria (2010), Humo en tus ojos (2010) y El sueño de las hormigas (2013).
Además, logró conocer intelectual y personalmente a toda la cúpula intelectual mexicana y extranjera tanto del siglo XX como del siglo XXI, desde escritores y científicos hasta actores y compositores. Algunos de estos personajes fueron Carlos Fuentes (de quien Cristina se inspiró para su programa “Aquí nos tocó vivir”) Ernesto de la Peña, Jaime Labastida, Ángeles Mastretta, Queta Lavat, Juan Villoro, Carlos Monsiváis, Xavier López Rodríguez, Silvia Pinal, Alejandro González Iñárritu, Chavela Vargas, Miguel Alcubierre Moya, Jacobo Zabludovsky, entre muchos otros.
Cristina también participó en la conducción de programas de radio como “Desde la Capital” y, posteriormente, en periódicos como La Jornada, en el cual dirigió algunos reportajes, así como publicó semanalmente columnas en la misma casa editorial; a saber: “Mar de historias” y “Eje Central”. Después, en 1977, participó en el canal 13 como conductora del programa televisivo Séptimo Día, en el que tuvo algunas conversaciones con el escritor Renato Leduc. En ese mismo año, comenzó a colaborar con el Canal Once como comentarista del programa Así fue la semana, De todos modos Juan te llamas, cuya temática estaba basada en la literatura.
La periodista nació el 13 de septiembre de 1941 en San Felipe Torres Mochas, Guanajuato. Posteriormente, ingresó a la Facultad de Filosofía y Letras en la que estudió la licenciatura de Lengua y Literaturas Hispánicas. Su carrera comenzó en 1960 en varios diarios y revistas como La Familia, La mujer de Hoy y Crinolina al igual que como miembro de la redacción de la Revista de la Universidad de México, en donde tuvo contacto por primera vez con el que después se convertiría en su esposo, el escritor José Emilio Pacheco y con quien procreó dos hijos: Laura Emilia y Cecilia Pacheco. También colaboró con diarios como Siempre!, El Sol de México, El Día (en donde publicó “Cuadrante de la Soledad”) y Unomásuno.
Redacción – Abraham Pensamiento
