Proceso dejará de ser semanario, ahora será mensual
Periodismo

Proceso dejará de ser semanario, ahora será mensual

Desde que Julio Scherer García fundara Proceso en 1976, la periodicidad de la revista fue semanal, pero a partir del próximo 1 de julio —46 años después— aparecerá cada mes.

La noticia, publicada en el portal de la revista este fin de semana, desconcertó al gremio  periodístico, político y académico, acostumbrados a conocer los contenidos semanales de la revista “más influyente del país”.

Para justificar la drástica decisión, los editores de la publicación argumentan que “la transformación de la industria periodística y la reproducción ilegal de nuestro trabajo marcaron el camino. La reproducción ilegal de nuestro trabajo ha ocasionado graves perjuicios para esta empresa y sus trabajadores: con apoyo forense, hemos cuantificado la reproducción ilícita de más de 400 millones de contenidos de nuestro semanario en la última década”.

Efectivamente, el acceso digital a los contenidos de muchos medios de comunicación, está mermando el interés de los lectores por adquirir las publicaciones impresas, incluso varias de contenido político han desaparecido. También es cierto que es común el trasiego de contenidos facilitado por el intercambio que hacen los suscriptores de esos contenidos.

Aunque, habría que  recordar que empresas periodísticas como la que edita La Jornada siempre han mantenido abierto el acceso a sus contenidos, y aunque han pasado por situaciones económicos muy difíciles, mantuvieron esa oferta.

Por su línea editorial independiente y crítica, la revista ha enfrentado boicots publicitarios a lo largo de su larga vida. Desde las dificultades para que el semanario apareciera antes de que terminara el sexenio del expresidente Luis Echeverría. Luego, en el gobierno de López Portillo el ominoso “No pago para que me pegues”. Con distintos grados de interés o de intenciones, los sucesivos gobiernos priistas y panistas fueron indiferentes y censores al momento de otorgar pautas publicitarias a Proceso. Al poder político la crítica ácida a su desempeño siempre le ha resultado molesta.

Es cierto, lo que dicen los editores que para el periodismo y la política en México, “No hay transformación en la vida pública del país que pueda entenderse sin Proceso. Referente del periodismo y de la vida democrática del país, la casa editorial que fundaron periodistas excepcionales -encabezados por Julio Scherer García y Vicente Leñero- cambió la relación entre la prensa y el poder en defensa de la libertad de expresión”.

Dicen la verdad, aunque esa época ya pasó hace mucho tiempo. Vicente Leñero falleció en 2014 (hace nueve años) y Julio Scherer en 2015 (hace ocho años).

Al inicio del sexenio del Presidente López Obrador, el semanario –como otros medios como La Jornada-, ya vivía angustias económicas porque el peñismo no toleró la crítica periodística. Al mensuario Zócalo también se le retiró la publicidad desde 2015 por las caricaturas que publicaba sobre Peña Nieto.   

La relación del obradorismo con el todavía semanario ha sido fluctuante. Al inicio del gobierno se le entregó bastante publicidad, la cual ha disminuido. El gobierno actual ve en la crítica permanente, una actitud de desafío y de oposición. Meses atrás circularon mensajes en redes sociodigitales de que la empresa editora de Proceso no tenía dinero para pagar la nómina.

También es cierto que la revista ha mantenido a lo largo del tiempo una política editorial de denuncia y crítica aderezada de estridencias que en ocasiones no se justifican. Sus titulares de portada son muy similares a las de 40 años atrás. La información publicada acompañada de la opinión de opositores, regularmente, ya no resulta de interés de algunos sectores que seguían los contenidos. La opinión en lo informativo como en lo editorial prevalece sobre el reportaje y la revelación. Además, varios reporteros, articulistas y caricaturistas dejaron de colaborar en la publicación, y la generación de periodistas que fundó y acompañó a Scherer, luego del golpe de Echeverría a la cooperativa de Excélsior, ya no está.

El obradorismo no ha dejado de entregar publicidad a Proceso, aunque ya no como al principio del gobierno. La crítica presidencial en contra de esa publicación ha impactado de alguna manera en el interés de los lectores o suscriptores.

En el comunicado de Proceso, los editores no hacen algún tipo de autocrítica, los problemas están afuera, no dentro de la empresa, pero son optimistas frente al desafío económico que enfrentan, titulando su comunicado “Proceso se renueva”.

“Algo importante va a pasar: a partir del 1 de julio, la revista más influyente del país cambiará su periodicidad para convertirse en una publicación mensual, fortaleciendo el periodismo de investigación de nuestro producto impreso y permitiéndonos incrementar la oferta digital de todos los días”, adelantan.

“Las investigaciones de nuestros reporteros nutrirán de manera cotidiana las distintas plataformas de Proceso —en formatos diversos— y mantendremos el rigor, la profundidad y la originalidad periodística en nuestra edición mensual impresa”, confían

“Nacidos para resistir, incómodos para los gobiernos y los poderes fácticos, seguiremos marcando agenda”.

Suerte, colegas.

19 de junio de 2023