Analistas, académicos, periodistas, opinadores en redes sociodigitales y adversarios políticos del Presidente Andrés Manuel López Obrador están muy preocupados y con toda razón.
Atestiguan, asombrados, los pésimos resultados electorales obtenidos por la alianza Va por México en los comicios de junio de este año y en 2021, más de una docena de gubernaturas perdidas en dos años, a pesar de las enormes inversiones económicas realizadas financiando a periodistas, programas televisivos, portales y empresas fabricantes de bots y hasta campañas sucias.
Aquella camada de opinólogos ven con asombro que los partidos integrantes de aquella alianza, PRI, PAN, PRD más Movimiento Ciudadano carecen de liderazgos políticos con ascendencia moral, política, confianza y mucho menos carisma.
Se preocupan aún más ante la marginal asistencia a manifestaciones convocadas por grupos de derecha, donde se reúnen apenas unas cinco mil personas. Otras personas prefieren ya no asistir para no quedar en ridículo porque las marchas tampoco son su ambiente.
Por eso, aquellos académicos, periodistas y opinadores prefieren refugiarse en las redes sociodigitales donde buscan convencer, la mayor de las veces sin conseguirlo, a alguien más allá de sus círculos de influencia.
Los mismos legisladores opositores, senadores (as), diputados (as) reconociendo su carencia de propuesta política y orfandad argumentativa, apuestan por el insulto fácil, la descalificación y el circo.
La oposición conservadora deberá trabajar en crear cuadros políticos con autoridad moral y argumentativa. Personajes que deberán desplazar a los actuales liderazgos que están haciendo del show y el ridículo su pobre apuesta.
Por lo pronto, la oposición política que se aferra a desaparecer del territorio nacional, se comporta como eso que llamó el dirigente chino Mao Tse Tung: “tigres de papel”.
