Salinas Pliego el arrogante evasor fiscal
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Salinas Pliego el arrogante evasor fiscal

La fortuna de Ricardo Salinas es tan grande como su arrogancia y prepotencia, y en su afán por acumular riqueza ha cometido todo tipo de tropelías y delitos, amparado en vericuetos legales o protegido por las autoridades federales en turno. 

Cuando alguna autoridad se atreve a poner límites al cúmulo de violaciones a la ley, el empresario ultraconservador blande sus canales de televisión y sale a cuadro para insultar, amenazar y mentir. También envía a sus empleados que aparecen en pantalla para defender los intereses de su patrón. 

Versiones periodísticas indican que las chicanadas empresariales han sido el método de la familia Salinas para amasar millones, protegida por sus relaciones políticas. Aquellas relaciones, salieron a la luz cuando en 1993, el expresidente priista Salinas de Gortari decidió que Ricardo Salinas fuera el beneficiario de la venta de Imevisión, operación turbia porque para concretar aquella operación, el hermano del mandatario Raúl Salinas (conocido como mister 10%) prestó 30 millones de dólares al mueblero, quien diez años después no había pagado ese apoyo.

 Después, esa arrogancia salió a cuadro por primera vez hace 25 años, cuando en junio de 1999, el magnate apareció en las pantallas concesionadas por el Estado mexicano para levantar una “cortina de humo”, vociferando que no había seguridad en la capital del país. Momentos antes sicarios habían ejecutado a su conductor estrella Paco Stanley al parecer por un asunto de drogas. 

Luego en 2002, envió un comando armado para tomar por asalto el transmisor de CNI para apoderarse de Canal 40. Delito del que Fox se lavó las manos: “Y yo por qué”, respondió ante su inacción. 

En 2005 saboteó los intentos por transparentar la actividad bursátil empresarial. Después burló a las autoridades de Comunicaciones y Transportes en el caso Unefón. Desde luego, se opuso a la reforma constitucional de 2007 que le impidió comercializar spots en tiempos electorales. Después participó en la polémica compra venta de Fertinal en 2015. 

Aunque su protagonismo beligerante ha tomado nuevos impulsos en este sexenio, a pesar de que al inicio del gobierno de López Obrador, Salinas Pliego fue invitado como “asesor empresarial”. Las políticas públicas de la administración lopezobradorista no le han gustado y las combate a su mejor estilo: provocador y soberbio. 

Como ocurrió cuando el conductor Javier Alatorre llamó a cuadro a “ya no hacerle caso” al subsecretario Hugo López Gatell, en plena pandemia de la COVID-19, luego de que las autoridades ordenaran el cierre de la actividad comercial, lo que perjudicaría a las empresas de Salinas Pliego, quien se negó a cerrar sus tiendas Elektra, a pesar del riesgo de contagio para sus miles de empleados. 

Después utilizó sus concesiones televisivas para criticar dolosamente los contenidos de los libros de texto gratuitos porque contenían “ideas comunistas”. 

Ahora vocifera en contra de la intención del Sistema de Administración Tributaria que le pide cumplir con el pago de impuestos no pagados en sexenios anteriores, que ascienden a 63 mil millones de pesos. Adeudos que datan de los gobiernos de Fox, Calderón y Peña que no quisieron enfrentarse públicamente con el magnate, quien regala juguetes una vez al año para lavar sus actos ilegales. El poder Judicial resolverá acerca de esa evasión fiscal ¿cómo lo hará? 

Procaz y obsceno en marzo retó en sus tres canales televisivos y en redes sociodigitales a la autoridad federal, que convirtió en Área Natural Protegida, el campo de golf que usufructuaba, luego de vencerse la concesión. 

Prepotente, y con chicanadas de por medio, ese ha sido el recurso del método de Ricardo Salinas Pliego para amasar su fortuna valuada en 13 mil millones de dólares

2 de abril de 2024