Cómo romper con las emociones inducidas y recuperar los sentimientos reales
La historia de la farmacología y la formación del capitalismo (industrial y luego financiero) han corrido paralelas. La depresión, la ansiedad, el insomnio, el estrés, la fatiga y otras dolencias psiquiátricas más o menos graves se han ido enterrando bajo montañas de medicamentos, sin llegar nunca a curarlas. Estos enfermos crónicos, cuyo carácter, humor y sensibilidad se han modificado con farmacopea, han sido etiquetados, dopados y reclutados por el capital, para impedir que el otro bando, el de la epidemia de anormalidad (o la improductividad), siguiera creciendo.
También, entre otras intervenciones, se ha controlado la menstruación con la píldora anticonceptiva para incorporar a la mujer ininterrumpidamente al mercado laboral. Incluso el ocio nocturno, desde las noches salvajes de Studio 54, ha simulado la actividad laboral, con la máxima de emplearse a fondo cuanto más tiempo mejor. Se ha construido una sociedad en base a los trabajadores más productivos y los consumidores más eficientes.
Antidepresivos, somníferos, cocaína, analgésicos. Nuestras vidas parecen farmacias. Ya no podemos funcionar sin la ayuda de sustancias químicas: una pastilla para despertar, otra para trabajar, la siguiente para salir de fiesta, otra para evitar la resaca y la última para dormir. Vivimos en la era de la anestesia, somos una sociedad narcotizada al gusto del capital: un cuerpo social apático, reclutado y dopado para mantener el ritmo de producción alto y el orden establecido intacto.
¿Qué tienen en común la invención de la anestesia a mediados del siglo XIX, el empleo que dieron los nazis a la cocaína y el desarrollo del Prozac? Son productos con una misma lógica: el control de las emociones y el abandono de la excitación. Hemos olvidado lo que es el entusiasmo porque la única excitación que conocemos está inducida por los fármacos. Este provocador ensayo indaga en la historia, el psicoanálisis, la filosofía y la economía para llamarnos a abandonar la estimulación narcótica y encontrar el camino de vuelta a la excitación política y colectiva: ese es el mayor miedo del narcocapitalismo.
Laurent de Sutter, el enfant terrible de la filosofía francófona, estará en Barcelona el próximo 22 de marzo para presentar su obra Narcocapitalismo y participará en un seminario el día 23 de marzo en el contexto de la exposición Narcohumanisme. Farmàcies i estupefaents a les pràctiques artístiques actuals, que se inagura hoy en Bòlit, Centre d’Art Contemporani de Girona.
