Francisco J. Vidal Bonifaz*
La familia Vázquez Raña, propietaria de la cadena de periódicos “Los Soles”, vende sus estaciones de radio y su canal de televisión; los Serna, dueños del canal 35 de televisión en Guadalajara, lo traspasan a un nuevo propietario. Por su parte, los Azcárraga terminaron de reorganizar sus negocios mediáticos culminando con la separación de la televisión abierta de la empresa matriz. Estos son algunos ejemplos de los que está ocurriendo en las empresas de medios y son la expresión de que el capital en los medios de comunicación se está reorganizando. En los siguientes párrafos haremos un primer acercamiento a este proceso.
Comencemos por señalar que en las semanas más recientes la actividad mediática registra una recuperación. En los dos primeros meses del año, las estadísticas del INEGI dan cuenta de un alza en la facturación en los periódicos (9.4%), revistas (26.5%), exhibición de películas (172.2%), radio abierta (45.9%) y televisión abierta (5.6%) con relación al mismo periodo del año previo.
La recuperación, si bien desigual, parece generalizarse, con la excepción de la producción cinematográfica pues sus ingresos disminuyeron 21.4% en los dos primeros meses del año con respecto al mismo bimestre de 2021.
La actividad mediática está muy lejos de alcanzar sus máximos históricos, al menos en materia de facturación, con el agravante de que no existen indicios para esperar que esto se pueda lograr en el corto o mediano plazo.
Así, la situación crítica e inestable en la industria nacional de medios no ha desaparecido, permanecen sus causas. Se pueden contar dentro de ellas los cambios tecnológicos y en los hábitos de las audiencias; la incapacidad de varias empresas de medios tradicionales de modificar su organización. La importante dependencia de los contratos publicitarios con el gobierno (especialmente entre 2000 y 2018); un alicaído mercado publicitario que adicionalmente se inclina hacia la comercialización en las redes sociodigitales y, por si fuera poco, el impacto de la pandemia de la COVID-19.
De esta forma no es posible asegurar que la tenue recuperación de los últimos meses se mantenga en el largo plazo, en especial por tres factores: la persistencia de la inflación, que lastra ingresos y utilidades de las empresas e impacta negativamente al consumo; la posibilidad de que la economía en general entre en una etapa de estancamiento e incluso en una fase recesiva, y los reducidos presupuestos que el gobierno federal destina a la compra de publicidad en medios de comunicación, lo que se complicaría aún más si los gobierno estatales que son ocupados por militantes de Morena siguen el ejemplo de la Federación.
Toda esta situación es un caldo de cultivo para que la reorganización del capital mediático esté adquiriendo nuevos bríos.
Televisión
Los ajustes se están produciendo, en primera instancia, dentro de la estructura misma de importantes grupos de medios.
En el caso de Televisa su reorganización comenzó desde hace años. Recordemos la venta de uno de los pilares históricos del consorcio, la división radio en 2019, a la que debe añadirse la fusión de sus operaciones de televisión abierta con Univision, que se consumó a inicios de este año y que dio pie a la creación de una compañía de televisión abierta binacional (México-Estados Unidos). En rigor, el Grupo Televisa quedó reducido a una firma de telecomunicaciones y algunas actividades de entretenimiento.
Grupo Salinas, que agrupa los negocios mediáticos de Ricardo Salinas Pliego, ha fortalecido su presencia en los servicios del llamado triple-play, por medio de Total Play.
Tres cambios más pueden advertirse en el panorama de la televisión abierta: el fortalecimiento del Albavisión –propiedad del enigmático empresario mexicano Remigio Ángel González— que transmitirá el canal de La Octava, producido por Grupo Radio Centro, en sus 10 estaciones diseminadas en el territorio nacional. Al mismo tiempo, como dio a conocer el periodista Nicolás Lucas-Bartolo en El Economista, Albavisión habría acordado la compra del canal 35 de Guadalajara, uno de los más antiguos de la ciudad. El vendedor, la Corporación Tapatía de Televisión de la familia Serna, había cancelado su acuerdo con Televisa para retransmitir una de sus señales en Guadalajara, al grado de que durante 2021 apenas reportó dos millones de pesos de ingresos de acuerdo con sus informes financieros.
Gracias a esta compra –en proceso de autorización por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), Telsusa y Tele-Emisoras del Sureste, los dos brazos de Albavisión en México, cubrirán importantes ciudades como León, Puebla, Cancún, Veracruz, Mérida y la citada Guadalajara.
En la pasada entrega de abril para Zócalo, documentamos los problemas que están enfrentando algunos canales de televisión abierta ligados a empresas medianas y que se enfrentaron al fin de sus convenios de retransmisión con Televisa.
En la televisión de paga se está viviendo una reorganización de los canales que se ofrecen a los suscriptores, debido a que algunas señales se retiran para ofrecerse a través de los servicios OTT de las grandes empresas productoras del audiovisual de Estados Unidos.
Se debe añadir la incursión del Grupo Lauman –propietario del diario El Financiero— en este segmento gracias a la compra de los canales conocidos como Fox Sports (2021), a lo que habría que añadir el lanzamiento de su nuevo canal de streaming Fox Sports Premium.
La nueva empresa TelevisaUnivision lanzó un nuevo OTT bautizado como Vix. Se trata de un servicio complejo y sofisticado, con más de 100 canales al alcance del consumidor y que tiene como objetivo competir al tú por tú por el mercado en español de este servicio, lo que implica confrontarse con los gigantes Netflix, Disney+, HBO Max, Amazon Prime, entre otros.
Dentro de esta línea de fortalecimiento de su presencia en el mercado del OTT en español TelevisaUnivision anunció la adquisición de Pantaya, un servicio audiovisual de suscripción en línea que pertenecía a Hemisphere Media Group.
La radio
La reorganización también se extiende a los grupos que operan en la radio. Hace unas semanas se anunció que Grupo Radio Centro vendió dos estaciones con cobertura en el estado de Guanajuato. Pero Radio Centro se ha desprendido de más del 40% de sus estaciones en los últimos tres años para hacer frente a sus frecuentes requerimientos financieros.
Prensa escrita
En el caso de la Organización Editorial Mexicana (OEM) acaba de acordar la enajenación de sus 22 estaciones de la cadena ABC Radio y el canal 12 de televisión (XHND-TDT) en Durango. El comprador es el Grupo NTR que publica un diario en Zacatecas (El Diario NTR) y produce un sitio de internet (NTRZacatecas). Esto significa un abandono de los negocios de medios electrónicos por parte de OEM para mantener la atención en su división periódicos (45 impresos), la agencia de noticias y la productora de papel.
La propia OEM ha dejado de imprimir algunos de sus periódicos para convertirlos en ediciones digitales, como es el caso del emblemático El Occidental, en Guadalajara, desde marzo de este año.
Novedades de Acapulco también cerró su edición impresa, después de 52 años de circular y quedó reducido a una edición digital desde noviembre de 2021.
Ya desde el año 2020 se registraban problemas en algunos impresos. En julio dejó de aparecer la edición impresa de Síntesis Puebla; en septiembre El Diario de Nuevo Laredo y en diciembre El Independiente de Hidalgo. También se suspendió la edición dominical impresa de Milenio Diario. Varios de los problemas que se acumulaban en los impresos hasta 2019, especialmente los despidos de los empleados fueron documentados por Luis Guillermo Hernández en un artículo publicado en Zócalo (junio de 2019).
Revistas
Las revistas impresas también viven una restructuración que implica la desaparición de varios titulares. El caso más emblemático es el de Editorial Televisa, hasta hace años la editora de revistas en español más importante en el mundo. En 2021 reporta que editó 32 títulos con un tiraje de 11 millones de ejemplares, lejos de los 72 títulos y 110 millones de ejemplares de 2017. Los ingresos reales –descontando la inflación– se han reducido a tal grado que los reportados en 2021 (por circulación y publicidad) son apenas el 10% de los que obtuvo hace una década. En términos realistas, la división de revistas de Televisa está en proceso de desaparición.
Uno de los factores que condiciona el futuro inmediato de los medios es el comportamiento de la publicidad que acumuló una caída adicional de 18.7% en el primer bimestre de este año, en relación con el mismo periodo del año previo. No parece haber visos de que esta situación se modifique en el corto o mediano plazo, si se toma en cuenta que la situación económica general se está deteriorando.
Por otra parte, la publicidad oficial se mantiene en bajas cotas, de 2.1 mil millones de pesos reales en promedio anual durante el sexenio del presidente López Obrador, en comparación de los 8.9 mil millones de pesos que se erogaron –en promedio—en cada año de la administración de Peña Nieto y los 7.1 mil millones del gobierno de Calderón. La reducción es sustancial y no existen signos de que está situación se pueda modificar en los últimos años del actual gobierno.
La pérdida de empleos es una de las consecuencias más visibles de esta reorganización del capital que opera en la industria mediática, no solamente por el cierre de empresas o la reducción de su actividad, sino que la compraventa de compañías suele acompañarse de la reducción en la nómina.
El promedio del empleo en las actividades de impresión de periódicos y revistas, en la radio y televisión y en la producción cinematográfica registra ocho años consecutivos de reducción (entre 2014 y 2021, incluido). Existe el caso extremo de los periódicos que, entre 2009 y 2021, solamente se incrementó la contratación en 2011. Cabe aclarar que no sólo se trata de la impresión, sino también se incluye la actividad de estas empresas en internet.
La reorganización del capital también implica modificar su relación con el trabajo y, además de los despidos, deben incluirse menores salarios, prestaciones y un deterioro en las condiciones de trabajo. De esta forma, la suma de las remuneraciones pagadas (salarios más prestaciones) en la actividad mediática acumula siete años a la baja hasta 2021.
Si tomamos como punto de referencia al 2013 (año base de la encuesta del INEGI sobre el comportamiento de la actividad mediática y de los servicios en general), la masa salarial pagada en los periódicos en 2021 es 48% menor, en las revistas 55%, en la radio 18% y en la televisión 50% menos.
La reorganización del capital no parece detenerse y seguirá adelante el tiempo de que sea necesario. Implicará compra o venta de empresas, fusiones o cierres y en todo este proceso, si bien algunos de los capitales saldrán afectados, el daño mayor recaerá –una vez más— sobre los trabajadores de los medios de comunicación.
*Profesor de tiempo completo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM
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