Convocado como un título más que sugestivo, Los desafíos de la libertad de Expresión, hoy, el foro organizado en septiembre por la Universidad de Guadalajara (UdeG) contribuyó a favor de las libertades de prensa y de expresión y el derecho a la información, pero sólo por la participación de Julio Hernández López, uno de los 21 ponentes, entre el resto de periodistas y escritores.
Los participantes fueron seleccionados por su perfil opositor al gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador: Mario Vargas Llosa, Jorge Castañeda, Héctor de Mauleón, Gabriel Warkentin, Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, Pascal Beltrán del Río, Raymundo Riva Palacio, Álvaro Vargas Llosa, entre otros, aunque para que el programa no pareciera demasiado “opositor”, se incluyó a Jorge Zepeda Patterson y a Julio Hernández López, quien fue asignado a la mesa “Los periodistas y el Poder”, quien fue al grano.
Propuso leer su texto, y no responder las preguntas ya preparadas del moderador Héctor Aguilar Camín. El autor de la columna “Astillero” espetó a los organizadores y a los otros ponentes: Warkentin, Beltrán del Río, el mismo Aguilar Camín y Diego Petersen, y advirtió acerca de la falta de equidad porque de los 21 participantes sólo se invitó a tres mujeres, así como por la ausencia de equilibrio ya que únicamente se convocó a representantes de medios opositores, Aguilar Camín y Enrique Krauze, y no a otras corrientes de intelectuales.
Advirtió que en los últimos tres años los medios tradicionales (donde colaboran o dirigen los ponentes invitados) han “desplegando una campaña de magnificación de los errores” del gobierno federal como reacción a la disminución de las pautas publicitarias. Para convertirse en “medios y periodistas en militantes políticos e ideológicos en busca de apoyo al retorno de los privilegios perdidos”.
Y fue más allá en su lección, rompiendo la propuesta editorial y la intención del foro de sembrar la idea de la censura en México, al asegurar que “hoy hay mayor libertad de expresión que nunca, libertad de expresión, no libertad de extorsión. No conozco, y reitero lo que he dicho, un solo caso probado de injerencia de la Presidencia de la República en decisiones editoriales o laborales de algún medio de comunicación”.
Conocedor de la embestida derechista desde esos medios, remató: “No estoy aquí para firmar una Carta de Madrid en términos periodísticos, no estoy aquí para criticar o señalar que se dé paso a una Vox en términos periodísticos”.
La única ponencia que recorrió las redes sociales y los círculos de opinión serios fue la participación de Hernández López, quien dejó huella para que en futuros encuentros de análisis éstos sean más plurales, sin agenda previa, con mayor libertad, y los gastos para su realización sean menores.
