Inadmisible, censura de cadenas televisivas contra Trump: Manuel de Santiago
Comunicación Política

Inadmisible, censura de cadenas televisivas contra Trump: Manuel de Santiago

Carlos Padilla Ríos

Doctor en Derecho a la Información por la Universidad Complutense de Madrid, el analista Manuel de Santiago comenta en esta breve charla acerca de la censura ejercida por parte de las cadenas de televisión contra el presidente estadunidense Donald Trump, suscitada la semana pasada cuando éste difundía un mensaje en relación a los resultados electorales que no le favorecían y que tachó de fraude. 

Manuel de Santiago.

– ¿Qué opinión le merece la suspensión del mensaje del presidente Trump realizado por cadenas de televisión estadunidense?

Trump, además de mandatario, también es un candidato a la presidencia de Estados Unidos, y con aquella suspensión, las televisoras robaron al público, a las audiencias la posibilidad de informarse y generar su propio criterio. El argumento que dieron aquellas cadenas televisivas no se sostiene, al afirmar que Trump en ese momento “difundía mentiras”. Si se tuviese que cortar la transmisión a algún actor político que diga una mentira, pues finalmente se quedarían sin noticiarios de televisión en todo el mundo. Sobre el tema de los llamados a la violencia por parte de Trump, tampoco se sostiene. Lo que han hecho las televisoras es asumirse como jueces, editores y decidir qué pueden y qué no pueden ver las audiencias.  

Tendría que revisar la legislación electoral estadunidense para saber qué garantías tienen los candidatos para acceder a los medios privados para hablar en los medios de comunicación. No me gusta el asunto, de la censura porque en México, hemos tenido ejemplos sobrados en las televisoras censurando a los actores políticos. En Twitter leí el argumento de que, como Trump es un presidente poderoso, no aplicaría la crítica de que fue censurado.  

La censura, históricamente se origina desde organismos gubernamentales, y se combate para impedir el control sobre los medios de comunicación. Ese argumento de que Trump mentía al momento de ser censurado, es cuando menos cuestionable. Otra cosa es que el personaje de Trump despierte todas las antipatías posibles, pero suspender su mensaje “es una decisión anti-periodística, cuando ese discurso es, finalmente, información, la nota. Que se puede discutir y decir “no estoy de acuerdo”, “el presidente emitió mentiras”, “su discurso no se ajustó a la realidad”. Como pasó, por ejemplo, en Twitter y Facebook donde a un mensaje polémico, se ponen acotaciones, advertencias, y no quitan el acceso al mensaje. Pero cuando se corta la transmisión de un mensaje, tiene otras connotaciones, eso es censura, como se quiera ver.  

Además, no olvidemos que esas cadenas de televisión son corporativos mediáticos de enormes dimensiones, de gran poder, y muchos están asociados a otros poderes económicos y capitales. No estamos hablando de medios pequeñitos que teóricamente se enfrentan con el poder. Es evidentemente, es una guerra entre grupos de poder un poco la constatación de que el rey muerto, el rey impuesto. Y la suspensión coordinada y sincronizada entre varias cadenas televisivas, siembra más dudas, más discordia, que no abona a la pacificación, y que sirven a Trump para seguir asegurando que hubo fraude en la elección, por lo que la suspensión del mensaje deja mucho que pensar. Personalmente, tampoco creo en lo que se ha llamado “censura patriótica”.  

Hay otros recursos de los periodistas para decirle a la audiencia “esto es información falsa”. Hay que esperar a ver cuál será el comportamiento de Trump, luego de haber perdido presuntamente la elección presidencial. A quién va a convocar, cómo la oposición civil recurrirá a los canales legales o lo hará mediante la violencia. Estados Unidos va a vivir momentos muy complicados, interesante para quienes lo vemos desde afuera. El asunto informativo evidentemente no me gusta. Lo había comentado con Carmen Aristegui en días atrás: “Aunque la censura se vista de seda, pues censura se queda”. Creo que los medios tenemos que hacer un esfuerzo para brindar a la gente el contexto de la información. Pero en ningún caso debemos tutelar a las audiencias como si se tratara de personas que no tienen  la capacidad para decidir, discernir, incluso de cambiar de canal. 

– El argumento de las cadenas televisivas fue que Trump estaba mintiendo, cuando todavía no terminaba el conteo de votos, ¿eso las justifica para censurar?  

No, evidentemente no,  porque hay muchos actores políticos que salen, permanentemente a mentir: presidentes, vicepresidentes, funcionarios de todo tipo, pero es tarea de las  investigaciones periodísticas las encargadas de descubrir esas mentiras, desnudar las mentiras del poder y exhibirlas, en ningún caso silenciar al poder. En México este tipo de hechos han sido frecuentes. Como la casi nula  cobertura que recibió Cuauhtémoc Cárdenas durante su campaña a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. La eliminación de la imagen de Santiago Creel cuando fue Secretario de Gobernación, ante las audiencias o las dificultades de Andrés Manuel López Obrador para contratar espacios de televisión para poder difundir su mensaje, porque prácticamente la cobertura era pobre en aquel 2006.  

No se puede olvidar que los medios pueden censurar al poder político, por supuesto que lo censuran. Aquí hay una doble lesión, la más importante, la que nos compete a los ciudadanos, es al derecho a la información. Bueno, también hay una lesión al derecho que les asiste a los personajes políticos de relevancia. 

– Llama la atención que las agencia de noticias y  los diarios fueran los que informaran de las tendencias de votos, como AP y Reuters, y no una autoridad electoral. ¿Allí hay un vacío de información dejarle todo a los medios para estar informando a la ciudadanía? 

Sí, creo que en esta elección, se observó el poder de los medios, y su concentración de poder económico descomunal, sobre todo las cadenas de televisión, con una concentración  muy obvia, muy grande. 

– ¿Algo que más con relación a este caso?  

Condenar una cobertura como esta, a un actor político. Condenar el hecho, sin que estés apoyando a Donald Trump y mucho menos estar de acuerdo con sus ideas, con su gobierno, un personaje tan polarizarte, complejo, que produce encono, polarización y odio.

11 de noviembre de 2020