Hamás, y el silencio cómplice
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Hamás, y el silencio cómplice

Mario A. Medina

Sí, efectivamente, nada justifica la violencia contra civiles, venga de donde venga. La violencia nos horroriza por eso la humanidad la debe evitar, pero también “es imprescindible analizar las causas y las claves de los conflictos políticos y militares”, en este caso, del larguísimo conflicto entre palestinos e israelíes.

Leo muchas descalificaciones de articulistas, columnistas en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador por no condenar el ataque de Hamás contra Israel, y por declarar que no tomaría partido.

Muchas de esas críticas están sustentadas en la ignorancia acerca de la historia entre Palestina e Israel, pero también de quienes la conocen perfectamente, y a pesar de eso generan y replican la narrativa falsa del sionismo y de la ultraderecha judía que pretende esconder lo que hay detrás de lo que representa, que Israel se apropie del territorio árabe en Palestina.

Escuchamos y leemos que Hamás es una organización terrorista, y sí, así ha actuado, aunque lo mismo han hecho los gobiernos israelíes, desde el nacimiento del Estado de Israel  declarado por la Organización de las Naciones Unidas en 1947.

Los sionistas se han opuesto a que se llegue a negociaciones, como cuando en 1993 Isaac Rabin, entonces Primer Ministro de Israel, firmó con el líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasser Arafat, los Acuerdos de Oslo que buscaban la paz entre las dos naciones. Ambos, junto con quien en ese momento era el canciller israelita, Shimon Peres, recibieron el Premio Nobel de la Paz 1994 «por sus esfuerzos para alcanzar la paz en Oriente Próximo».

Durante décadas, la ultraderecha de Israel ha negado a los palestinos recuperar su territorio, se lo adueñaron. Los israelitas se apropiaron de ese espacio, amén de actuar de manera violenta, asesina contra la población palestina, lo que nos lleva a recordar la primera Intifada estallada en un campo de refugiados en la franja de Gaza en 1987, conocida también como la “guerra de las piedras”. Aquellos jóvenes buscaron defenderse de las agresiones constantes del ejército hebreo y de las condiciones de opresión impuestas por el gobierno israelí.

En diciembre de 1987, se creó Hamás con el propósito de “establecer un Estado islámico en la región histórica de Palestina”. Pero fue Israel quien le ayudó, desde un principio, a darle vida, con un propósito muy claro, debilitar políticamente a la OLP de Arafat.

Los judíos financiaron económicamente y apoyaron de diferentes formas a Hamás. “En 1979 Tel Aviv concedió un permiso oficial para crear una organización caritativa que sirvió de plataforma para la creación de Hamás; también les concedieron permisos para abrir la universidad islámica de Gaza, donde se formaron muchos de los cuadros dirigentes para contrarrestar la gran influencia política del movimiento nacionalista de la OLP”.

Esta relación entre los sionistas y Hamás, se pretendió esconderla, con el propósito de que no se supiera cómo  opera el sionismo, y acabar con los palestinos como pretendió hacerlo Hitler: exterminarlos. 

Desde que ha estado en el poder Benjamín Netanyahu como primer ministro, algunos periódicos de Estados Unidos, Europa y académicos judíos, han denunciado el silencio cómplice de Tel Aviv, Washington y países aliados, quienes pretendieron ocultar quiénes fueron los verdaderos impulsores de la creación del “grupo terrorista” como Netanyahu y Biden califican a Hamás.

El diario Jared´s, uno de los más importantes de Israel, recordó que en 2019 Netanyahu declaró que sí se quería “frustrar el establecimiento de un Estado palestino”, se tenía que apoyar el esfuerzo de Hamás, por lo que había que transferirle dinero como parte  “nuestra estrategia”, justificó.

Pero bien, como han señalado en el programa español “La Base” (https://www.youtube.com/watch?v=XPJyGTfp6ms). Esta denuncia no viene de “un bloguero conspirador. Lo publicó nada menos que uno de los diarios más leídos de Israel”. Lo mismo ha hecho The Time of Israel que publicó la transferencia de dinero de Netanyahu, “bajo el principio de divide y vencerás, y así impedir el establecimiento de un Estado palestino”.

A principios de 2018 Netanyahu buscó fortalecer su estrategia de dividir a los palestinos, y aunque estas declaraciones no las hizo públicas de manera personal, la propia prensa israelí lo divulgó como lo hizo el Jerusalén Post.

Antes, 14 años atrás, el The Wall Street Journal, publicó una nota que tituló: “¿Cómo Israel ayudó a engendrar a Hamás?” También llegó a denunciar que EU financió y apoyó a integristas islámicos que acabarían haciendo crecer a Al Qaeda, organización calificada también como terrorista, paramilitar y yihadista.

Estas publicaciones que informaron cómo Israel durante muchos años financió a Hamás, no lo recuerdan ahora la mayoría de los medios de comunicación en el mundo. Ese grupo se le salió de control a Israel, como le ocurrió a Washington cuando financió a los islamistas radicales afganos que luchaban contra las tropas de Moscú, a los que llamaba “guerrilleros por la libertad”, bajo otro principio, “el enemigo de mi enemigo es mi amigo# y quienes después se convirtieron en sus enemigos.  

El ejército israelí ha llamado al ataque de Hamas del 7 de octubre, “nuestro 11 de septiembre”, en clara referencia a la operación de Al Qaeda del 11 de septiembre de 2001, en contra de las torres gemelas de New York y otras instalaciones. Se afirma también que Hamás dio un serio golpe a uno de los ejércitos más poderosos del mundo, sin que una de las agencias de inteligencia y de contraespionaje mejor calificadas del planeta, el Mossad haya descifrado esa intención antes.

¿Por qué muchos comunicadores y políticos se han sumado a la petición de la embajada de Israel en nuestro país para que el gobierno mexicano condene de manera contundente el ataque de Hamas? ¿Por qué se calla el financiamiento del sionismo a Hamás? ¿Por qué no le exigen al gobierno israelí que cese el ataque contra la población civil? ¿Por qué no dicen nada?

Sí, nada justifica la violencia contra civiles, venga de donde venga, ¿por qué no se reclama a Israel durante los bombardeos contra los civiles palestinos? ¿Por qué sólo se destaca que Hamás están cometiendo crímenes de guerra, sin mencionar que  Israel está haciendo lo mismo? ¿Por qué no le reclaman a la embajadora de Israel en México, el bloqueo de su gobierno al ingreso de alimentos, agua, medicamentos a Gaza?

¿Por qué no dicen nada de que Israel está atacando a la población civil palestina con fósforo blanco que provoca lesiones graves y de larga duración?

¿Por qué el silencio cómplice?  

17 de octubre de 2023