Ivonne Acuña Murillo
Apocos meses de llevarse a cabo la elección más grande en la historia de México, los partidos políticos con registro a nivel nacional han hecho pública su intención de ofrecer candidaturas a un conjunto de personajes que dejan mucho que desear. De una manera u otra, se burlan de la ciudadanía al poner en evidencia que el bienestar de la población, la consolidación de la democracia, la atención de la pobreza, la desigualdad, la impunidad y la violencia son abstracciones buenas para incluir en los discursos de campaña que no se transformarán en políticas públicas dirigidas a la solución de tales problemas.
Por el contrario, la decisión de a quién llevarán al poder responde a una lógica electorera y a su intención de regresar o continuar en el ejercicio del poder a toda costa. Lo anterior, sólo puede traducirse en el envilecimiento de la vida pública.
La situación no es menor si se tiene en cuenta que en estos comicios se competirá por 629 cargos a nivel federal: la presidencia de la República, 500 curules en la Cámara de Diputados y 128 en la de Senadores, así como 20 mil 79 a nivel local, 9 gubernaturas (Chiapas, Ciudad de México, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán), 1 mil, 98 diputaciones, 1 mil, 802 presidencias municipales,14 mil, 764 regidurías, 1 mil, 975 sindicaturas y 431 cargos auxiliares. En total, estarán en juego 20 mil, 708 cargos públicos.
Una elección de esta envergadura podría movilizar alrededor del 60% de los 98 millones, 622, 905 electores que conforman la Lista Nominal, la instalación de 170 mil 003 casillas, la contratación de 49 mil, 512 supervisores y capacitadores electorales, así como la participación de 1 millón 530 mil 27 funcionarios y funcionarias de Mesas Directivas de Casilla. El costo de esta elección, de acuerdo con datos del Instituto Nacional Electoral (INE), será de 10 mil, 444 millones, 157, 311 pesos, por mencionar algunos datos.
El esfuerzo organizativo y el gasto que la próxima elección conlleva valdría la pena si con ello se asegurara a la ciudadanía la elección de las personas idóneas para cada uno de los puestos a elegir, pero desafortunadamente esto no es así en muchos de los cargos de mayor responsabilidad, dignidad y compromiso. Algunos ejemplos servirán para ilustrar esta afirmación.
Se eligió para ilustrar la tesis central de esta colaboración, enunciada en el título, a algunas de las personas que tienen mayor probabilidad de ocupar una curul en el
Poder
Legislativo toda vez que serán incluidas en las listas de plurinominales. Esto es, no serán electas por voto directo sino escogidas por el principio de representación proporcional, de acuerdo con la asignación de cargos de representación popular que se hace sobre la base del porcentaje de votos obtenidos por un partido político en cada una de las cinco circunscripciones electorales; es decir, que entre más votos obtenga alguna fuerza política más lugares ocupará en el Congreso federal o local. Como es obvio, las personas colocadas en los primeros lugares de la lista tienen prácticamente asegurada una curul en alguna de las dos Cámaras que componen el Poder Legislativo.
Entre los personajes propuestos para la Cámara de Diputados destacan, por el Partido Acción Nacional (PAN): el diputado Jorge Romero Herrera, acusado de formar parte del Cártel Inmobiliario de la alcaldía Benito Juárez de la Ciudad de México, gobernada por el PAN, que entre otras cosas ha sido cuestionado por recibir sobornos para aprobar la construcción de inmuebles que violan las normas de construcción y uso de suelo.
La senadora Kenia López Rabadán, más famosa por sus discursos estridentes que por sus propuestas legislativas y por afirmar que el Tren Maya cambiaría el color del mar, la flora y la fauna de la zona maya y atreverse a llamar ignorantes a los integrantes de la Cuarta Transformación después de sostener semejante idea; Francisco García Cabeza de Vaca, exgobernador de Tamaulipas y sobre quien se han girado órdenes de aprehensión por lavado de dinero, operaciones con recursos de procedencia ilícita y delincuencia organizada.
Josefina Vázquez Mota, excandidata a la presidencia de la República, cuestionada por haber recibido mil millones de pesos del gobierno de EnriquePeña Nieto para la atención a migrantes sin que a la fecha se tenga idea clara de en qué se usaron esos recursos; Germán Martínez, el estrepitoso senador que mordió la mano del actual presidente después de que lo nombró director general del IMSS.
Para el Senado de la República el PAN propone a: Marko Cortés Mendoza el gris líder nacional del PAN y que con seguridad se incluyó a sí mismo en las listas plurinominales; Ricardo Anaya Cortés, excandidato a la presidencia autoexiliado en Estados Unidos para no responder a las acusaciones por recibir 6 millones 800 mil pesos en sobornos de la empresa constructora Odebrecht para aprobar la reforma energética de Peña Nieto, por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero.
Lilly Téllez acostumbrada a los performances y los insultos indiscriminados a sus colegas legisladores de oposición; Miguel Ángel Yunes Márquez, hijo del exgobernador de Veracruz Miguel Ángel Yunes Linares acusado ante la Fiscalía General de la República por desvío de recursos, crimen organizado y lavado de dinero.
Respecto del Partido Revolucionario Institucional (PRI), resaltan para la Cámara de Diputados los nombres de: Aurelio Nuño Mayer, el que siendo secretario de Educación en el sexenio de Peña Nieto fue corregido por una niña al invitarla a “ler”; Silvana Beltrones, hija del conocido priista Manlio Fabio Beltrones asociado a Carlos Salinas de Gortari y casos como la tortura a uno de los tres Mario Aburto, quien irá a la Cámara de Diputados, mientras su padre lo hará por el Senado de la República; Rubén Moreira que junto con su hermano Humberto, ambos exgobernadores de Coahuila hicieron crecer enormemente la deuda pública de su estado.
Para el Senado, además de Manlio Fabio aparecen en la lista: Alejandro Moreno Cárdenas, exgobernador de Campeche y líder nacional del PRI cuestionado por enriquecimiento ilícito y corrupción, con seguridad igual que Marko Cortés, él se colocó a sí mismo a la cabeza de la lista de plurinominales; en segundo lugar va Carolina Viggiano, esposa de Rubén Moreira, de nuevo una fórmula familiar.
Como en el PAN y el PRI, en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), su líder, Jesús Zambrano se aseguró un lugar en el Senado de la República al ubicarse en primer lugar de la lista de los “pluris”, llevando en tercer lugar a Miguel Ángel Mancera, tránsfuga de la izquierda, en el listado para la Cámara de Diputados.
No se podía quedar atrás Movimiento Ciudadano (MC) que no se ha conformado con llevar al poder de una gubernatura a un personaje superficial, insulso, falto de experiencia en asuntos de gobierno y sin un compromiso claro con sus gobernados como Samuel García Sepúlveda en Nuevo León, por mencionar tan solo a uno, sino que ahora busca castigar a la ciudadanía al pretender convertir en senadora de la República a la aún alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas Nieves, la que lanza a la gente pelotas con dinero y quien hace unas semanas ordenó a empleados bajo su cargo golpear a un ciudadano en plena vía pública, y que se ha hecho famosa por sus excesos, derroche de recursos públicos, decisiones arbitrarias y una serie de acciones que han puesto incluso en entredicho su salud mental.
De no creerse, con sus candidatos y candidatas plurinominales los partidos políticos de oposición se burlan de la ciudadanía al pretender otorgar fueros y privilegios a políticos y políticas acusados de corrupción, de mal uso de recursos públicos, de enriquecimiento ilícito, de maltrato ciudadano, de saqueo a las arcas públicas, de persecución política o por lo menos de vivir, como parásitos, al amparo de los recursos públicos al pretenderse políticos profesionalesde larga, larga, muy larga trayectoria.
Se burlan al tratar de hacer creer a quienes podrían votarles que piensan de manera diferente, que no son aquellos a los que se castigó al negarles el voto en 2018, que no son los corruptos que desviaron miles de millones de pesos del erario para beneficios personales y de grupo. Se burlan cuando afirman que ellos sí saben gobernar, que a diferencia del actual gobierno no van a destruir a México, que siempre han estado pendientes de las grandes mayorías, que si saben dónde vive el pueblo, cómo es y qué necesita.
Se burlan cuando prometen un cambio y buscan asegurar que las y los mismos de siempre sean colocados en situaciones de poder que les permitan negar los cambios legislativos con los que se busca recuperar la soberanía en materias como la energética, por mencionar solo un rubro.
Se burlan de la ciudadanía cuando la presumen ignorante, ciega y obtusa incapaz de darse de cuenta de que sus listas de candidatos y candidatas plurinominales son una jugada política que busca proteger intereses personales y de grupo, brindando protección a quien ha violado la ley.
Se burlan al presentar sus listas de candidatos y candidatas que más emulan a cartuchos quemados que a nuevos cuadros. De no creerse y así pretenden recuperar la confianza perdida y volver al ejercicio del poder ganando las elecciones del domingo 2 de junio, colocando en la mayoría de los 20 mil, 708 cargos públicos en disputa a gente sin escrúpulos ni prurito alguno cuando de atracar los bienes de la Nación se trata.
*Catedrática de la Universidad Iberoamericana y analista política
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