Asesinatos de periodistas, tragedia sin tregua
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Asesinatos de periodistas, tragedia sin tregua

Balbina Flores Martínez

En México en tan sólo una semana, fueron asesinados dos periodistas. Eso ocurrió en julio pasado, pero lo mismo sucedió en 2022, en un mes mataron a dos colegas a principios del año pasado, que provocó enorme indignación por la violencia con la que despojaron de la vida a los comunicadores.

El 15 de julio, el periodista Nelson Matus Piña fue blanco del crimen en Acapulco. Director del portal Lo Real de Guerrero, donde publicaba nota roja. Matus ya había sufrido un atentado en 2019 del que resultó ileso.  Pero el sábado 15 no ocurrió así. Matus es el segundo periodista asesinado en Guerrero en el gobierno de Evelyn Salgado. En esa entidad Juan Carlos Hinojosa, reportero, se encuentra desaparecido. Noticia nada alentadora para un gobierno que se propone ser distinto, por lo que se espera mejor actuación del Mecanismo de Protección de Periodistas de Guerrero.

 Una semana antes en otro punto del país, Nayarit, fue secuestrado y después asesinado el periodista Luis Martín Sánchez Iñiguez, corresponsal de La Jornada, en esa entidad, y colaborador del portal Crítica Digital Noticias.

“El brutal asesinato de Luis Martín Sánchez es una tragedia no sólo para sus allegados, sino para toda la sociedad mexicana”, sentenció Reporteros Sin Fronteras en su comunicado publicado el 10 de julio.

Nada más cierto, el asesinato de periodistas en México, es una tragedia que ha azotado al país de manera despiadada desde hace casi dos décadas y especialmente en la actual administración, ello a pesar de que a su llegada al gobierno el Presidente Andrés Manuel López Obrador, expresó, “en mi gobierno no habrá más asesinatos de periodistas”. Hoy en el ocaso de su administración solo ha atinado a decir, “es una mala noticia”.

Sí, una mala noticia que se ha hecho recurrente en este gobierno, sin que se logre detener los asesinatos de periodistas. Es tiempo de revisar y reflexionar qué es lo que está fallando. ¿Cómo puede ser que un grupo armado entre a la casa de un periodista, se lleve sus equipos de trabajo, sin que nadie se de cuenta?

El homicidio de Sánchez Iñiguez, es más que una mala noticia. Es pérdida irreparable para su familia, su gremio y para la sociedad, que frente a esa violencia se siente vulnerable y desprotegida. El mensaje amenazante dejado sobre el cuerpo del periodista decía: “publiquen lo que quieran pero con la familia no”. Mensaje intimidatorio dirigido a periodistas, medios de comunicación y ciudadanos que se atrevan a ejercer su libertad de expresión. El objetivo es claro, propiciar la autocensura y zona de silencio en aquel estado, entre la prensa.

En Nayarit, gobernado por el morenista Miguel Ángel Navarro Quintero, la inseguridad creció en 2022, 46.8 por ciento en comparación al año anterior. Y los asesinatos se incrementaron en Tepic, la capital desde 2021 a la fecha. Entidad con más de mil 200 personas desaparecidas en los últimos cinco años, publicó Luis Martín en La Jornada en diciembre 2022. Estado controlado por el Cártel Jalisco Nueva Generación, según el documento Mexico: Organized Crime and Drug Trafficking Organizations.

El asesinato de Luis Martín Sánchez y la privación de libertad de dos de sus compañeros, al igual que el caso de Nelson Matus,  no son aislados. No son daños colaterales, ni como dijo el Presidente “mala noticia”. Es el reflejo de lo que pasa en esas dos entidades, donde la violencia se ensaña con su población, no sólo contra los periodistas.

Frente a ello cobra mayor sentido el reclamo de Reporteros Sin Fronteras: “El nivel de violencia contra los periodistas se ha descontrolado en México y no puede normalizarse. El Estado tiene que demostrar urgentemente que está decidido a cambiar esta realidad. Las autoridades mexicanas deben transformar la lucha contra la violencia hacia los periodistas en una prioridad. Mientras ésta se perciba como un simple efecto colateral de la violencia estructural que afecta a México de manera más amplia, y no como ataques constantes a la democracia, no se podrá romper este círculo vicioso de violencia extrema y censura”.

Ambos casos, se encuentran en la Fiscalía Especializada de Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión de la Fiscalía General de la República. Seguramente, los asesinos de los periodistas ya están muy lejos de las entidades donde cometieron esos crímenes, pero eso no impide indagar los homicidios. Ojalá pronto conozcamos resultados de los dos crímenes para alimentar la idea de que es posible que en México, se combate la impunidad que tanto lastima a la prensa y al país.

*Corresponsal en México de Reporteros Sin Fronteras

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11 de agosto de 2023