TV Azteca: ¿el principio del fin?
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TV Azteca: ¿el principio del fin?

Francisco Vidal Bonifaz*

El sitio de Google especializado en finanzas —Google Finance— reportó que el 31 de mayo las acciones de TV Azteca tenían un valor de 50 centavos en el mercado bursátil mexicano. De acuerdo con los registros de la Bolsa Mexicana de Valores, existen 2,162 millones de acciones de la empresa en circulación, de tal manera que si algún inversionista reúne 1,081 millones de pesos se puede embolsar la empresa, al menos en teoría.

El lector debe de tomar en cuenta que, un año atrás, una acción de la televisora se cotizaba a 92 centavos, es decir, ha perdido la mitad de su valoración para los inversionistas de la bolsa.  

Esta situación no es gratuita. La situación financiera de TV Azteca es tan inestable que, en una decisión fuera de la lógica, un juez de lo civil de la Ciudad de México “ordenó a la empresa no presentar al público información relativa a su situación financiera, lo anterior con el fin de no causar incertidumbre”. En realidad, la compañía se ha precipitado hacia la insolvencia. Pero lo que sucede en TV Azteca, particularidades aparte, forma parte de un ciclo de dificultades que caracteriza a la televisión —especialmente, la televisión abierta— en México.

En el primer trimestre del año los ingresos de esta última actividad muestran una caída del 10% respecto al mismo periodo del año anterior. La facturación de la televisión arrancó con lentitud este año y su volumen se encuentra lejos de los años de jauja del peñanietismo.

La deuda impagable

La televisora mexicana arrastra desde hace algunos años una situación financiera endeble fruto de varios factores, entre los que sobresalen su endeudamiento en moneda extranjera, la caída de la publicidad en el mercado mexicano, la drástica reducción del gasto publicitario del gobierno federal y el abandono persistente de la televisión abierta por parte de las audiencias. 

La propia empresa sabe que transita por lo que podríamos llamar un campo minado, pues además de los ya señalados, en su informe anual de 2022 señala estos otros riesgos para su operación: una posible devaluación del peso respecto al dólar, las fluctuaciones económicas en México y Estados Unidos –que actualmente enfrentan la posibilidad de una nueva recesión, especialmente en EU— y las oscilaciones en la tasa de interés –que por ahora están encareciendo el crédito. 

En la entrega de Zócalo correspondiente a marzo de 2021 habíamos reportado que TV Azteca ya se había visto obligada a decretar una virtual moratoria al pago de su deuda. Pese a esa suspensión, la salud financiera de la compañía no ha mejorado sustancialmente.  Hacia finales de marzo pasado, sus acreedores solicitaron ante un tribunal de Estados Unidos una petición voluntaria de bancarrota con el fin de garantizar el cobro de 63.3 millones de dólares. De acuerdo con el diario español El País, la petición fue consecuencia de que la firma mexicana no cumplió con el pago de intereses de un bono por 400 millones de dólares emitido en agosto de 2017.

No debe de olvidarse que la quiebra /QUIEBRA o bancarrota no implica la desaparición o disolución de la empresa, sino que conlleva a la intervención de esta y su reorganización para garantizar el pago de sus adeudos. 

La petición fue interpuesta por los fondos Plenisfer Investments SICAV-Destination Value Total Return, de Luxemburgo; el estadounidense Cyrus Opportunities Master Fund II Ltd., y Sandpiper Limited, de Gran Caimán, de acuerdo con un despacho de la agencia Reuters reproducido en varios medios mexicanos.

 Además, de acuerdo con Expansión, The Bank of New York Mellon y London Branch buscan que la compañía pague, además, el bono por 400 millones de dólares “que fue acordado por ambas partes en agosto de 2017, así como los intereses generados por los atrasos”.

 ¿A cuánto asciende la deuda de TV Azteca? La firma reporta que al final de 2022 sus adeudos suman 9.4 mil millones de pesos –488 millones de dólares— y en el informe financiero correspondiente a ese año señala: “no existe garantía de que las condiciones de mercado permitirán a TV Azteca refinanciar sus adeudos existentes al vencimiento”. Dicho de otro modo, la insolvencia la persigue con persistencia. Tómese en cuenta que el año pasado los gastos financieros sumaron 1,198 millones de pesos, lo que significó el 57% de la utilidad de operación del ejercicio.

El plan de guerra

Ricardo Salinas Pliego tiene una importante experiencia en materia de pleitos legales desde que encabeza TV Azteca. Por ello, para este nuevo enfrentamiento, ha ido preparando la defensa a lo largo de las últimas semanas. El 21 de abril, la firma informó que se sumaron a tres abogados como parte de los cinco miembros de su Consejo de Administración elegidos en la asamblea anual de accionistas. Rafael Rodríguez Sánchez, director general de TV Azteca y Jorge Luis Zúñiga Montiel, director general de finanzas de TV Azteca, también figuran como miembros del Consejo que, virtualmente, se ha transformado en un cuarto de guerra. 

Una semana después, 28 de abril, informa oficialmente que “diferirá la presentación de la información financiera trimestral correspondiente al primer trimestre de 2023 debido a que la misma se encuentra en proceso de elaboración” (sic). En realidad, el anuncio solo era parte de una estrategia que buscaba ganar tiempo.

De esta forma, el 10 de mayo se da a conocer que un juez de lo civil de la Ciudad de México “ordenó a la empresa no presentar al público información relativa a su situación financiera, lo anterior con el fin de no causar incertidumbre” (sic). Curiosa resolución para el caso de una empresa que cotiza públicamente sus acciones y que, por tanto, está obligado a rendir cuentas, públicamente, de acuerdo con las reglas establecidas.

Apenas el 5 de mayo la Organización Mundial de la Salud (OMS) había dado por terminada, oficialmente, la pandemia de la COVID-19. La firma de Salinas Pliego había logrado que un juez le permitiera atrasar los pagos de los bonos emitidos en el extranjero hasta que finalizara la pandemia, recordó el servicio noticioso en línea El CEO. Ahora ya no se puede defender con base en esa resolución.

Finalmente, la Bolsa Mexicana de Valores informó, por medio de un comunicado oficial, que a partir del 1 de junio se suspendía la cotización de las acciones de TV Azteca y señaló que la sanción se mantendrá hasta “la emisora no divulgue la información faltante”. 

Todo indica que, pese a que TV Azteca señala que está dispuesta a negociar con sus acreedores, en realidad se ha organizado para una batalla de plazos inciertos. De acuerdo con analistas entrevistados por El País, si se toma la actitud desafiante que ha caracterizado a Salinas Pliego, no se espera que la compañía divulgue su información a la brevedad. Y añadiríamos: tampoco que modifique su actitud en el mismo lapso

Los problemas de la televisión abierta Es necesario insistir en que la televisión abierta mexicana está atravesando por una situación inédita, llena de dificultades y desafíos. Estamos lejos de los años de auge de este medio y es muy posible que esa época nunca regrese.

Por esta razón, varias fortunas y capitales involucradas en la actividad están abandonando o reorganizando su presencia en la misma.

 Grupo Televisa optó por fusionar su negocio de televisión con la estadounidense Univision y formar TelevisaUnivision con el objetivo de lograr mayor presencia en el mercado de medios electrónicos en español en Estados Unidos. Por ello, se entiende que, por ejemplo, el futbol profesional mexicano se encuentra cada vez más encadenado al del país vecino. 

En el caso de Grupo Imagen, el tercer consorcio más poderoso en el mercado de la televisión abierta solamente ha puesto en operación 63 canales de los 123 que originalmente le fueron asignados en la subasta de 2015. Es más, el 31 de diciembre de 2021 venció la concesión de su canal XHTRES-TDT en la Ciudad de México e Imagen no la renovó debido a que no pagó los 501.6 millones de pesos que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) le impuso como condición.

 Como señalamos desde la entrega correspondiente a abril de 2022 de Zócalo, tampoco se renovaron las concesiones de XHRIO (canal 26) en Matamoros (Tamaulipas), XHSAW (canal 12) en  Sabinas Hidalgo (Nuevo León), XEFE (canal 17) en Nuevo Laredo (Tamaulipas), XEJ (canal 35) en Ciudad Juárez (Chihuahua), XHY (canal 25) en Mérida (Yucatán), XHCCU (canal 39) en Cancún (Quintana Roo), XHFW (canal 26) en Tampico (Tamaulipas) y una más se dio por terminada por renuncia: la licencia de XHMH (canal 30) de Hidalgo del Parral (Chihuahua). 

El recuento inicial de hace un año se basó en un artículo de Raymie Humbert publicado en el blog En Frecuencia y en la actualidad aparecen con las características señaladas en el Registro Público de Concesiones del IFT. Desconocemos, por ahora, cuáles de esas emisoras realmente han suspendido sus emisiones.

 Por su parte, la familia Aguirre decidió vender el canal de la Ciudad de México conocido como La Octava a los accionistas del Grupo El Heraldo y la familia Serna, por su parte, enajenó el canal 35 de Guadalajara en favor del grupo Albavisión.

 Al éxodo se suma los capitales en poder de la familia de Mario Vázquez Raña la que en abril 22 vendió el canal 12 de Durango, en un paquete que incluía a varias estaciones de radio. Además, apenas en enero de este año, El Economista informó que el IFT decidió no mantener vigente la concesión. el canal 7 de San Luis Potosí que hasta junio de 2021 tenía como principal accionista a Miguel Valladares García. 

Estos casos dan cuenta de que, paso a paso, se está reconfigurando el rostro de la televisión abierta mexicana, lo que por ahora implica esencialmente el abandono de algunos capitales de la actividad –que incluso lleva al cierre de emisoras—y en menor medida, su sustitución por nuevos inversionistas. 

¿Será el destino de los capitales de la familia Salinas Pliego abandonar la televisión abierta? En principio, es importante señalar que la televisora no podrá contar con el auxilio financiero del Gobierno Federal. Al contrario, no existe ningún signo de que la actual administración modifique su política de bajos presupuestos asignados a la publicidad oficial.

Una posible solución es la venta de los activos de TV Azteca a otros inversionistas o una fusión con otros operadores –¿Grupo Imagen?, ¿Grupo Albavisión? —, y dado que el problema financiero de la compañía no es de fácil solución y que no existen posibilidades reales de que la televisión abierta pueda tener una mejoría sostenida en el largo plazo –al contrario— es posible que estemos ante el inicio del fin de una compañía estratégica para uno de los monopolios mediáticos más importantes en la historia de México.

Artículo publicado en el impreso de Revista Zócalo Julio 2023 

*Doctor en Economía. Profesor en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM – [email protected]

28 de noviembre de 2023