Gerardo Israel Montes
El operativo fallido realizado por autoridades federales el pasado 17 de octubre en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, en el cual se detuvo y posteriormente soltó a Ovidio Guzmán López (hijo de El Chapo Guzmán), continuó generando reacciones mediáticas a favor y en contra, semanas después de aquellos hechos. Pero también, en un ejercicio relevante de transparencia y rendición de cuentas, el Gabinete de Seguridad dio a conocer el “Informe Culiacán”, donde se explican los motivos del operativo, los preparativos y las insuficiencias del mismo, ante los medios de comunicación el 30 de octubre.
Aunque desde el 18 de octubre, el propio secretario de la Defensa Nacional, el general Luis Cresencio Sandoval González, aceptó que el operativo se realizó de forma “precipitada”, y aclaró que éste no fue “circunstancial”, sino “una acción directa para la aprehensión” del presunto delincuente (desmintiendo con ello al secretario de Seguridad y Participación Ciudadana, Alfonso Durazo, quien dijo previamente que la detención ocurrió durante un “recorrido de rutina”), la polémica continuo creciendo.
El desenlace de aquellos hechos, provocó un preocupante uso político-electoral que sobre este suceso hacen aquellos grupos del anterior régimen que aún no aceptan que Andrés Manuel López Obrador gobierne al país, y han instado a ciertos elementos militares (pertenecientes a sexenios anteriores y cercanos a una ideología de derecha) a crear el supuesto descontento que hay en las Fuerzas Armadas por decisiones del presidente de la República, con el propósito de desestabilizar a un gobierno que les está quitando privilegios; cerrando espacios para hacer negocios opacos a costa del erario, y ha abierto diversas indagatorias judiciales en contra de personajes de los últimos gobiernos encabezados por el PAN y el PRI.
La peligrosa apuesta por la desestabilización
El mal operativo implementado en Culiacán, Sinaloa, se convirtió en un elemento primordial para la estrategia echada a andar por la derecha mexicana, la cual bien pudo, sin renunciar a su derecho a criticar la mala ejecución de la captura del hijo de “El Chapo”, mostrar un poco de sensibilidad y solidaridad ante un suceso que representó todo un desafío al Estado mexicano. Por el contrario, ni siquiera reconoció la decisión gubernamental de frenar el operativo a fin de evitar la pérdida de vidas civiles.
El objetivo de la derecha –plasmada en la campaña de boots que implementaron a través de Twitter el mismo día del operativo—fue distorsionar el hecho a través de resaltar la supuesta falta de valor que tuvo el gobierno mexicano para capturar a Ovidio Guzmán. La intención de este sector del espectro político mexicano era apostar a un derramamiento de sangre aquel 17 de octubre 38DICIEMBRE 2019 Secuelas del operativo en Culiacán Gerardo Israel Montes Luis Cresencio Sadoval González presenta el “Informe Culiacán”. en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, con la finalidad meramente electoral para manipular el sentir ciudadano en contra del gobierno Federal, con miras al año 2021, donde pretenden arrebatarle a toda costa la mayoría a Morena en la Cámara de Diputados.
Con la meta puesta en las elecciones intermedias, sin reconocer la gran responsabilidad que tiene en la violencia generada por el narcotráfico a raíz de la errónea guerra contra el narcotráfico iniciada por el ex presidente del PAN Felipe Calderón, a la derecha mexicana no le importa la estabilidad democrática del país, y en su afán de recuperar el poder y los privilegios perdidos, han apostado a una estrategia peligrosa: recurrir a elementos del ejército mexicano para que externen su inconformidad ante las políticas implementadas por el actual gobierno Federal.
En este contexto fue que se dio el discurso del General Carlos Gaytán Ochoa el 22 de octubre en las instalaciones de la SEDENA, durante un desayuno sostenido entre el actual secretario Luis Cresencio Sandoval con integrantes, en su mayoría, de la Asociación de Graduados del Heroico colegio Militar y del Colegio de la Defensa, como reportaron versiones periodísticas.
Durante su mensaje, quien fuera subsecretario de la Defensa Nacional durante el sexenio de Felipe Calderón, y en 1994, en el contexto del levantamiento del EZLN, se desempeñará como comandante de Área Altos y del agrupamiento de la Fuera de Tarea Arcoiris, en el estado de Chiapas, utilizó, por decir lo menos, un lenguaje de menosprecio hacia la corriente ideológica de izquierda y externó su inconformidad porque haya una sociedad “polarizada políticamente”, porque una “ideología dominante, que no mayoritaria, se sustenta en corrientes pretendidamente de izquierda, que acumularon durante años de resentimiento”
Pero además, el general Gaytán Ochoa recurrió al argumento que ha utilizado la derecha mexicana tras el triunfo presidencial de Andrés Manuel López Obrador, en el sentido de que en el país hay una supuesta falta de equilibrio político. Sin soslayar que el actual titular del Ejecutivo ha sido empoderado legal y legítimamente, señaló que “es también una verdad inocultable que los frágiles mecanismos de contrapeso (palabra recurrente entre la oposición) existentes, han permitido un fortalecimiento del Ejecutivo que viene propiciando decisiones estratégicas que no han convencidos a todos, para decirlo con suavidad”.
Sin concebir que una amplia mayoría de la ciudadanía haya votado por el actual mandatario como una forma de poner un contrapeso a los grupos políticos que gobernaron el país durante las pasadas tres décadas, el general Carlos Gaytán Ochoa mencionó algo alarmante que genera suspicacia, cuando agregó que esa falta de contrapesos y la implementación de decisiones estratégicas “nos inquieta, nos ofende eventualmente, pero sobre todo nos preocupa, toda vez que cada uno de los aquí presentes fuimos formados con valores axiológicos sólidos, que chocan con las formas con que hoy se conduce al país”.
Para rematar con la enfática advertencia: “Por eso estoy convencido que es mi deber, irrenunciable, mantener invariables los principios de honor, valor, lealtad para con el pueblo de México, sí, para con el pueblo de México”.
No es menor que el subsecretario de la Defensa Nacional en la administración de Calderón no haya refrendado la lealtad a quien es el comandante supremo de las Fuerzas Armadas, el presidente de la República.
Por lo que cabe preguntar, primero: ¿a qué pueblo de México se refería el general Gaytán: a la derecha que busca un contrapeso al actual gobierno o a los resentidos de izquierda que desestimó en su discurso?; y segundo: ¿la derecha en México tiene dentro de sus opciones para recuperar el poder, además de la vía electoral, una posible utilización de las fuerzas militares, como ocurre actualmente en Bolivia, en donde la derecha mexicana ha externado su apoyo al golpe militar?