Respetar voluntad popular
Hemeroteca

Respetar voluntad popular

El próximo primero de julio, los electores volverán a las urnas para renovar al titular del Ejecutivo, al congreso federal, ocho gubernaturas y la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, y las encuestas más serias indican que a un mes de las elecciones, el desenlace de esos comicios está visiblemente, definido.

Los pronósticos señalan a un claro ganador por una diferencia de 20 puntos porcentuales. Diferencia abismal que en otras latitudes geográficas, no generarían duda de quién ganaría las elecciones, que para el caso mexicano ahora, sería Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición “Juntos Haremos Historia”.

Las encuestas son instrumentos de medición que reflejan el sentir de los ciudadanos en el momento en que se levantan, y sus resultados son predicciones, no concluyentes.

Sin embargo, en la coyuntura actual, el puntero, ha mantenido ese lugar desde hace un año, y a 30 días del primero de julio, y luego de dos debates presidenciales, que no modificaron esos porcentajes, no existe razón alguna para que el PRI no desaloje los Pinos y entre MORENA.

Pero esas predicciones, no alejan las campañas sucias y las difamaciones que se difunden de manera soterrada y clandestina, pero también abiertamente en todo tipo de plataformas digitales y medios, que alientan grupos políticos, partidos o empresarios.

En esta edición de Zócalo cineastas, periodistas y analistas describen cómo se manifiesta esas campañas sucias, que no han dejado de fluir en los dos meses, y que se intensifican conforme termina la contienda.

Las autoridades federales, partidos políticos, seguidores de los candidatos deben conducirse con prudencia, sin arrebatos y considerando que lo que se juega es la calidad de la democracia y la estabilidad social. La autoridad del Instituto Nacional Electoral y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, tienen que ajustarse a la voluntad popular. Que el partidismo no influya en la toma de sus decisiones.

A este país, le falta una bocanada de aire fresco, que encause la mal lograda transición a la democracia; que se combata en realidad el cáncer de la corrupción; se diversifique las políticas públicas que atiendan a los sectores sociales y productivos del país; se combate el contubernio entre medios de comunicación y clase política, que sólo favorece a un puñado de empresarios que no respetan el derecho a la información ni les importan las audiencias, y a quienes se les destina grandes cantidades de recursos públicos, sólo para reproducir el periodismo oficialista. Es por tanto hora de que cambie México.

25 de noviembre de 2021