El presidente de Chile, Gabriel Boric, presidió homenaje a la memoria del exmandatario Salvador Allende, en la Casa América de Madrid, al cumplirse medio siglo de la muerte del jefe de estado socialista, ocurrida durante el golpe de Estado encabezado por el dictador Augusto Pinochet.
Al referirse a Allende, Booric explicó que fue ante todo un “demócrata que luchó por la profundización de la democracia e insistió en la convicción chilena de la revolución con sabor a empanada y vino tinto por la vía pacífica. Porque hay que recordar las palabras de Miguel Hernández: “para la libertad, sangramos, luchamos, pervivimos y la de la dictadura es una herida muy fuerte porque seguimos buscando a nuestros desaparecidos””.
En el homenaje en Casa de América, el presidente chileno dialogó con el canta autor Joan Manuel Serrat, quién relató algunas de las anécdotas que vivió a lo largo de su carrera en las que fue testigo de las atrocidades que se cometieron en las dictaduras del Cono Sur, en Chile y Argentina
Durante el acto, Serrat y el ex juez Baltasar Garzón recibieron de manos de Boric la medalla de conmemoración del medio centenario del golpe de Estado en Chile “por su compromiso con los derechos humanos”.
El presidente chileno Salvador Allende fue derrocado por el cruento golpe de Estado encabezado por Agusto Pinochet, el 11 de septiembre de 1973.
Boric también alertó de los nuevos fascismos en auge en Europa y América Latina, que están representados por formaciones de extrema derecha con un lenguaje nuevo pero que siguen defendiendo las mismas ideas de exterminio y destrucción.
“Hoy hay quienes proponen como solución a los problemas, limitar las libertades, arrebatar los derechos de otros, censurar, negar; arrebatar los derechos de las mujeres, disidencias, migrantes, personas mayores o trabajadores, y eso es una amenaza cada vez más presente tanto en Europa, como en América Latina”, advirtió.
FL
