Al finalizar el primer cuatrimestre del año, se anuncia la liquidación de la Agencia de Noticias del Estado Mexicano, casi 55 años después de iniciar funciones en la víspera de los Juegos Olímpicos de 1968, con la intención de cubrir las actividades de la justa olímpica.
Durante los nueve sexenios, la agencia contó con 18 directores generales, la mayoría duró dos o tres años. De casi ninguno se recuerda algo de su paso por tan jugoso puesto. Algunos intentaron pero fracasaron en el intento.
La agencia nació como instrumento de propaganda y comunicación oficial y así fenecerá, por más que el exdirectivo Raymundo Riva Palacio (1988 a 1990), ahora (El Financiero, 17-04-23), se quiera “curar en salud”, y diga que cuando él estuvo en la dirección “no hubo censura”.
Lo que ahora no dice Riva Palacio, es que con él y el salinista Pablo Hiriart, estando en Notimex, aplicaron el viejo estilo priista de la cooptación. A la mayoría de los dirigentes sindicales, les ofrecieron corresponsalías en Washington, Chile y otros países o jefaturas internas y a otros los corrieron.
En poco tiempo desmantelaron con esa estrategia a los mejores cuadros sindicales y a otros los corrieron. Así comenzó el declive de la organización sindical que con Conrado García, secretario general cuatro veces, se prostituyó, antes de la llegada del gobierno de López Obrador.
En Sindicato Único de Trabajadores de Notimex (SutNotimex), se creó en la administración de Héctor Manuel Ezeta (1983-1988), a pesar de la cerrazón gubernamental que entonces prevalecía para otorgar reconocimiento a organizaciones sindicales independientes. El registro del sindicato fue posible porque el entonces presidente Miguel de la Madrid fue alumno en la UNAM del abogado laboral del sindicato, que en sus inicios 1985-1986, fue una organización independiente y democrática.
Con el arribo a la dirección general de la periodista SanJuana Martínez, en marzo de 2019, se iniciaron cambios y despidos de trabajadores, lo que la enfrentó con la dirigente Adriana Urrea.
Según el sindicato, la entidad gubernamental violaba el contrato colectivo de trabajo y propiciaba despidos, mientras que las autoridades respondían que aquel contrato era muy costoso y la organización sindical asumía tareas que no le correspondían en la agencia como el control de las coberturas informativas. El desacuerdo llevó a la huelga, en febrero de 2020, y esta continúa en la víspera de la liquidación.
En esta edición de mayo en Zócalo, varios colegas periodistas, algunos extrabajadores de base y de confianza de Notimex, lamentan la decisión de desaparecer aquella entidad informativa, en una época en donde proliferan la desinformación y las noticias falsas, son generadas, prácticamente a cada minuto. Los medios públicos, dicen estos informadores, deben estar al servicio de los ciudadanos, que al carecer de ellos, pierden oportunidad de informarse.
Desde su creación, Notimex no dejó de ser fuente informativa oficial y oficiosa y estuvo al servicio de los intereses políticos y periodísticos de quienes la presidieron. Además, nunca tuvo los recursos necesarios para su debido funcionamiento. Desde su fundación, Notimex enfrentó estricto control gubernamental, inestabilidad de sus directivos y una permanente escasez presupuestal.
La desaparición de Notimex es una mala noticias para el Estado mexicano, pero ojalá sea el principio de algo nuevo, muy distinto al capítulo que está por concluir con su liquidación.
Foto: Jacobo Ojeda
