¿Es inevitable el triunfo de Sheinbaum?
Política

¿Es inevitable el triunfo de Sheinbaum?

Por considerar de interés general, publicamos aquí en Zócalo el texto de Jorge Zepeda Paterson:

Si las elecciones fueran hoy, Claudia Sheinbaum sería la próxima presidenta de México. La ventaja de 20 puntos hace muy poco probable otro resultado. Pero ¿improbable equivale a imposible?, es la pregunta que muchos se hacen. ¿Hay alguna posibilidad de que dentro de tres meses el resultado sea distinto?

Desde luego, en política no hay leyes inexorables. La historia está plagada de remontadas sorpresivas. Revisemos los factores que, en teoría, podrían afectar el resultado a contrapelo de la inercia que hoy favorece a Claudia Sheinbaum.

Grosso modo, las encuestas señalan que la candidata de Morena tiene una intención de voto por lo menos de 50% del electorado. También coinciden en otorgar alrededor de un 30% a la candidata opositora. Y no, no se trata de encuestas compradas. La única institución razonablemente seria que no le da más de 20 puntos de ventaja a Morena es El Financiero. Pero, incluso en esta, de enero a febrero Claudia pasó de una ventaja de 16 a 17 puntos. Es decir, ni siquiera en la más favorable a la oposición la tendencia estaría recortándose en esta recta final. Para producir un resultado diferente, Xóchitl Gálvez tendría que hacerse no solo de todos los que hoy no han decidido su voto y los no interesados en la política, sino también de algunos que han externado su intención de hacerlo por Sheinbaum.

¿Qué tendría que suceder para que Xóchitl Gálvez y la oposición consigan un resultado poco menos que milagroso? Pasemos revista a los factores que en teoría tendrían que presentarse o se han presentado en otras remontadas históricas en el mundo.

1.- Crisis económica. Un tsunami político o económico capaz de provocar una reacción masiva en contra del partido en el poder. Ciertamente, una devaluación abrupta, una debacle inflacionaria, una crisis económica súbita podría trastocar la confianza de muchos que hoy simpatizan con el obradorismo. Sin embargo, no hay signo alguno que permita anticipar tal escenario. El peso mexicano muestra una estabilidad sorprendente desde hace cuatro años y nada lleva a suponer que en 12 semanas eso vaya a cambiar. La economía mexicana está viviendo el mejor momento en lo que llevamos del sexenio y salvo alguna crisis en los mercados bursátiles internacionales, siempre impredecibles, tampoco habría novedades por ese lado. E incluso ese, de procedencia externa, daría más municiones al discurso lopezobradorista sobre la dependencia y los males del neoliberalismo. La inflación está razonablemente contenida en México y el mundo a la escala de un dígito y tampoco habrá de modificarse en corto plazo.

2.- Un escándalo mayúsculo de la 4T. Me parece que el régimen en lo general y el presidente Andrés Manuel López Obrador, en lo particular, han dado muestras contundentes de la fuerza de su escudo teflón. Videos de familiares, escándalos reales o imputados, accidentes en el Metro, dislates durante la Mañanera. Los votos que todo eso pudo quitarle al partido en el poder ya emigraron. Los muchos que se quedaron parecerían estar vacunados frente a este virus. Sea porque están convencidos de que se trata de propaganda opositora, porque asumen que eso es pecata minuta frente a los logros de la administración o de plano porque, incluso reconociendo la gravedad de las faltas, siguen pensando que la oposición era aun peor durante sus años en el poder. Por otra parte, tampoco veo al ejército o a las fuerzas de seguridad colocarse durante el período electoral en una posición que genere el riesgo de un Ayotzinapa, ya no digamos un Tlatelolco, capaz de generar una repulsa inesperada. En suma, la carta del escándalo la han estado jugando los opositores durante cinco años; si había algo ya estaría en la calle. E incluso si no fuera así, y todavía queda alguna sorpresa, cabría preguntarse si para la mitad de la población su opción por el obradorismo ya está más allá de ese punto.

3.- Errores de Claudia Sheinbaum. Nunca es descartable un exabrupto o una frase desafortunada y de consecuencias impredecibles. Hay carreras políticas que se han despeñado súbitamente por alguna expresión o un gesto imperdonable (como olvidar la roqueseñal). Una frase políticamente incorrecta sobre género, raza, religión capaz de ofender profundamente las convicciones de muchos. Nadie está a salvo de un dislate o una expresión mal interpretada, desde luego. Pero hay dos elementos que llevarían a descartar que este factor por sí mismo sea capaz de alterar el resultado en las elecciones. Primero, la prudencia que se advierte en las giras y planteamientos de Sheinbaum. La ex jefa de gobierno va a la segura, como lo haría cualquier candidato que lleva la delantera. Las únicas críticas que está haciendo constituyen variaciones sobre las que hace el propio López Obrador y solo algunas, con lo cual difícilmente se le puede cargar el peso de las consecuencias. El resto, es decir la mayor parte, son planteamientos propositivos.

Por su necesidad de arriesgar, veo más expuesta a Xóchitl. Por ejemplo, con su desplante de firmar con sangre los programas sociales de AMLO. La forma efectista y teatral podría incomodar a algunos entre las filas conservadoras, por no hablar del contenido: ¿adoptar la derrama “populista” contra la que se habían expresado?

Una segunda razón que matizaría el impacto de un eventual error de Sheinbaum es el efecto teflón que se ha señalado antes. Un escudo que también la incluye. En suma, algún daño por esta vía difícilmente se traduciría en puntos significativos, aún si llegase a suceder.

4.- Los debates. Habrá tres debates y seguramente tendrán alta audiencia, considerando que por primera vez se disputan el poder dos candidatas. La oposición invoca con cierta esperanza la tunda que le dio el panista Diego Fernández de Cevallos al priista Ernesto Zedillo en 1994 y el supuesto impacto que tuvo en las tendencias del voto. Sin embargo, Xóchitl no es la oradora que era Diego, ni Claudia el nerd que en ese momento todavía era Zedillo. Basta ver el video de Sheinbaum en las entrevistas que realizó la semana pasada con Ciro Gómez y López-Dóriga, entre preguntas buscapiés y cuestionamientos de fondo. Sheinbaum mostró tablas, conocimiento y la articulación de alguien para quien, si bien la oratoria de la plaza pública no es su fortaleza, frente a un interlocutor luce bastante coherente. Podemos dar por sentado que su estrategia para estos debates estará centrada en mostrarse como una opción responsable y solvente. Xóchitl irá a todas para hacer desbarrancar a la puntera. El riesgo es que termine forzando imagen y propuestas. En todo caso, el balance de los debates aquí y en el resto del mundo, muestra que sirven para confirmar la opinión de los conversos, pocas veces generan cambios significativos y nunca impactos telúricos.

La política no es una ciencia exacta, pero obedece a sus propias lógicas, aunque no siempre sean evidentes. Los milagros no forman parte de esa lógica.

https://www.milenio.com/opinion/jorge-zepeda-patterson/pensandolo-bien/es-inevitable-el-triunfo-de-sheinbaum-en-la-eleccion-presidencial
15 de marzo de 2024