La activista Ángela Meraz de León, presidenta del colectivo Unión y Fuerza por Nuestros Desaparecidos, fue asesinada el día jueves 8 de febrero, en el municipio de Tecate, Baja California, en la colonia Lomas Altas, mientras atendía su salón de belleza.
Un sujeto armado entró al recinto de “Angelita”, como era conocida, aproximadamente a las 14:00, cuando éste le disparó a quemarropa, para después huir en un auto de color negro y con placas del estado de California, Estados Unidos. El automóvil fue abandonado un kilómetro después, en la calle Culiacán, según fuentes policiales.
La activista ya había recibido varias amenazas de muerte a través de las redes sociales; uno de los implicados es su expareja. Por su parte, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Baja California convocó a las autoridades a investigar este caso con el propósito de esclarecerlos para dar con el paradero del responsable.
Por su parte, el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en su conferencia matutina dijo que ya se tiene identificado al sospechoso, aunque no quiso dar más detalles. Asimismo, señaló que su asesinato no está aparentemente vinculado con las labores que ella desempeñaba.
“Es un asunto que tenemos que ver con calma, no adelantar nada, pero todo indica que no hay relación con lo que ella hacía con buscar a una hermana desaparecida en 2018”, detalló el mandatario.
No obstante, la representante de otro colectivo de búsqueda, Paula Sandoval, resaltó que Ángela había recibido amenazas del crimen organizado, pero que no tuvo las respuestas adecuadas ni expeditas del gobierno del estado: “La Fiscalía no respondió y no le dio la importancia que requería a las amenazas que ella estaba requiriendo”, informó para Infobae México.
Por Abraham Pensamiento