Época de transiciones: eligiendo al gabinete
Comunicación Política

Época de transiciones: eligiendo al gabinete

Natalia Flores Delgadillo

Nicolás Maquivelo señalaba en su libro de “El Príncipe”, que “la reputación de un príncipe depende muchas veces del mérito de las personas que lo rodean”. Pareciera tratarse de una frase que pocos gobernantes actuales logran entender, y que debería ser una suerte de mantra para quienes asumirán en próximos meses un cargo público.

Pasar de la elección a la acción de gobierno, puede encontrar trabas no insuperables, pero sí importantes. Y es que después de una gran fiesta democrática (como normalmente le llaman al día de la votación), ahora se pone a prueba la capacidad de institucionalizar el triunfo.

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Sea por convicción u obligación, los gobiernos entrantes tienen la oportunidad única de integrar gabinetes a la altura de un electorado cada vez más consciente y participativo. Por ello, quienes hayan resultado electos necesitan recordar la frase del filósofo italiano para cumplir con una efectiva tarea de gobierno.

Cuando inician las transiciones y las asunciones al poder, es el momento ideal para que las propuestas de campaña, se traduzcan en políticas públicas o acciones institucionales, con el propósito de elevar la calidad de los bienes y servicios para satisfacer las necesidades de la población. Si logran rodearse de las mejores personas, seguro podrán conquistar este objetivo y a la par, encabezar una administración pública con principios de ética, integridad y profesionalización.

Por lo menos en la Ciudad de México, en donde resultó fortalecida la alianza opositora, es de preguntarse si los gobiernos electos sabrán capitalizar las aptitudes de sus gabinetes. En realidad, sea cual sea el partido, muchos nos cuestionamos si ¿podrán salirse de las viejas prácticas de los compadrazgos para poner en los puestos clave a gente con experiencia, compromiso y capacidad para resolver?

Y es que concluir la elección también significa entender las diferentes visiones que convergen en la administración pública: el nuevo personal de confianza con el que toma posesión el gobernante, en coordinación con la burocracia de antigüedad, son el principal brazo para el cumplimiento de las prioridades, mediante estrategias, una correcta asignación de recursos y conocimiento pleno de sus responsabilidades.

Durante la época de transición se requieren fortalecer los diagnósticos territoriales que los equipos triunfadores venían elaborando durante campaña. Esto permitirá al nuevo gabinete elaborar un verdadero proyecto de gobierno y, en la medida de los posible, dar continuidad a los trabajos que merecen la pena seguir: no todo y porque lo hizo el contrario, está mal hecho. Conservar lo que se hizo bien, desterrar lo que no funcionó y mejorar aquello que pueda hacerse perfectible.

Se tiene que fortalecer la vocación y la acción política de los gabinetes. Ésta debe ser una condición preliminar para elegir la red de funcionarios que serán la imagen del gobierno, proponiendo una visión creativa para transformar la realidad, con rapidez y efectividad.

Ahora, la elección ya no se trata de ir a votar en las urnas, si no de designar a las y los mejores profesionales en un gabinete ejemplar. Como bien decía, Maquiavelo, de ellos dependerá el éxito o fracaso del gobernante electo y sus resultados.

Sin duda, para las y los gobiernos electos valdrá la pena dejar de lado las cotidianas prácticas de la política, y comenzar a trabajar en el verdadero cambio que tanto prometieron en campaña. En algún lugar de México debe comenzar el entendimiento.

9 de julio de 2021