Norma Julieta del Río Venegas
Estoy a punto de concluir un encargo más en mi carrera. Llegué a lo más alto que pensé, resultado de mi camino recorrido en distintas instituciones como la Contaduría Mayor de Hacienda (hoy Auditoría Superior del Estado de Zacatecas), la Contraloría General de mi Estado, el Órgano Interno de Control en la Federación, el Instituto Zacatecano de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (IZAI), y más reciente, como Comisionada del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), lo cual me deja muy satisfecha. Mi estancia de cuatro años en el INAI no fue fácil.
Fue la primera experiencia profesional, a nivel nacional, donde estuve trabajando en un colegiado, un grupo multidisciplinario, donde existen diferentes pensamientos, ideologías y perfiles.
Todo forma parte de un complejo institucional que tiene que llegar a un buen puerto, con una decisión unánime o por mayoría, pero siempre pensando en concluir bien una resolución. Así, como cuando fui Contralora, siempre al firmar cualquier resolución, tienes que pensar que esa firma, ese dictamen, esa resolución, afectará o ayudará a alguien. Por eso la firma hay que plasmarla con mucha responsabilidad.
Para trabajar en la administración pública se debe tener sensibilidad, capacidad, liderazgo y lealtad. Cualquier decisión errónea lleva un barco al hundimiento, y en ese barco pueden ir miles de personas. De ese tamaño es el compromiso que debemos tener en el servicio público y que he respetado en mis 35 años de trayectoria profesional.
El Estado de derecho está conformado por leyes y normas que se deben conocer para lograr resultados positivos; lo mismo sucede con tomar decisiones por el bien de una institución o de un Estado. Al final del camino, la gente es quien te reconocerá o te castigará.
La determinación de desaparecer a un instituto como el INAI la respeto, porque no hubo manera de salvarlo. Se veía venir desde que en el Senado de la República no se designaron las vacantes para conformar un pleno completo, de acuerdo con la ley.
Durante más de un año sólo cuatro de siete comisionados tuvimos que afrontar la realidad del nuevo sistema político, con explicaciones, argumentos y fundamentos. Lamentablemente, hubo mucha desinformación sobre lo que realmente beneficia el derecho a saber y la privacidad a las y los mexicanos.
Yo espero y deseo que quien asuma estas responsabilidades constitucionales del acceso a la información y la protección de los datos personales, lo haga pensando siempre en los ciudadanos que tienen derecho a saber y conocer lo que se hace con los recursos públicos en este país.
No sólo es el discurso, la fotografía o la imagen en las redes sociales; deben de ser los hechos y los resultados y esos resultados deben estar encaminados precisamente a los objetivos. El haber denunciado en diciembre de 2023 las irregularidades en el Instituto será el órgano de fiscalización superior en este país el que determine lo conducenteme hace libre y me da calidad moral para opinar en la vida pública de este país.
Siempre encontramos en algunos sujetos obligados (no en todos) obstáculos de quien o quienes no querían que se abriera la información, pero cuando deseas que no se conozcan tus actos o tus decisiones ostentando un cargo político o de servicio público, entonces no entiendes lo que es servir a la sociedad y parece que es servirte a ti y tus objetivos personales.
Hay distintas formas de entender la democracia, pero coincido con la perspectiva que la define a través de la participación de las personas. Es decir, entre más participa la sociedad en asuntos públicos, es mayor el nivel democrático.
En este sentido, el ejercicio de estos derechos, como el derecho de acceso a la información pública, es una forma de participación indirecta en el propio Estado. Toda una vida la he dedicado al servicio público.
Quizá llegó el momento a hacer una pausa en el camino para tomar otro tipo de decisiones, pero también pensando en ayudar y coadyuvar desde cualquier trinchera como ciudadana, vigilando que, en efecto, en lo sucesivo se dará respuesta a las inquietudes de los mexicanos sobre lo que se hace con recursos públicos en este país.
La sociedad ya no se engaña tan fácilmente. Hoy en día hay maneras de conocer que lo que se dice en el discurso puede ser falso y comparar los dichos con los hechos.
Mi camino por el INAI me deja grandes satisfacciones, porque también conocí muchas personas que de verdad le apuestan a la transparencia y a la rendición de cuentas; así como también conocí a muchas personas que simulan en el discurso, y lo que querían es que no existieran estos institutos para que no se conocieran los gastos y las ejecuciones del recurso público. Yo me voy en paz con el deber de haber cumplido.
Tan sólo en cuatro años resolví más de 18 mil recursos que la sociedad interpuso porque se le negaba información pública. La información no es de los políticos, la información no es de los servidores públicos, la información nos pertenece a todas y todos. Quien no quiera que se conozca lo que se hace con el recurso público o las decisiones mal tomadas pues no debería estar en esta responsabilidad.
El servicio público es muy bonito siempre y cuando, insisto, lo hagas apegado a derecho y con las formalidades que requiere. A veces te puedes equivocar y todo ayuda; también esta coyuntura que se vive en la nueva realidad en este país: debemos de tomarlo como una oportunidad para reflexionar y mirar hacia el futuro en qué podemos ayudar. Esto no se acaba aquí; a la gente no la forma una institución.
Las instituciones se quedan y el poder y los cargos son pasajeros, lo que deja esto entre varios amigos es la experiencia y ganas de seguir luchando por lo que se quiere. Así como alguna vez me tocó abrir este derecho en el país, hoy me toca el cierre de la institución que lo tutela. Podemos volver a empezar mientras tengamos vida.
Habrá oportunidad para seguir picando piedra, no importa que se empiece de nuevo de cero; hace 22 años, así se comenzó. Hoy se cierra una puerta, pero no se cierra la vida y las ganas de lograr un cambio por el bien de México y de mi estado, Zacatecas.
Hacer política no es lo mío, o al menos no de la forma que he visto, llena de falsedades y de quedar bien con todos. La política para mí va de la mano con lo técnico, con ser cordial y generar gobernabilidad. Hagamos una política de buenas prácticas y buen gobierno. Primero es la razón y luego el corazón.
Siempre me he caracterizado por ser una mujer que habla con todos, sin distinción de sexenios, de partidos o de ideologías. Cuando me ha tocado convivir con alguien que genera odio y lástima, he decidido separarme porque la gente buena es lo mío; así crecí, así fui formada y así seguiré dando lo mejor de mí en cualquier posición.
Lamentable que quienes conformaron el INAI a partir del año de la reforma del 2014, tengan un silencio absoluto en esta lucha que emprendimos los actuales por defender al INAI y defenderlo también es ir a una autocrítica y decir que la reingeniería que se propuso hace cuatro años, hubiera salvado muchas cosas, también el dejar de viajar excesivamente por parte de algunos comisionados afectó; el silencio habla por sí sólo de quienes en su momento fueron parte de los señalamientos del ex Presidente de la República, y algunos actuales que continuaron con esas prácticas, por ello, yo siempre voy a decir lo que es, lo que fue y también lo que será porque seguiré desde cualquier trinchera como ha sido toda mi carrera? trabajando en estos temas de rendición de cuentas y transparencia.
Comisionada del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales
@JulietDelrio