El COVID-19, una oportunidad para repensar las ciudades y hacerlas más humanas
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El COVID-19, una oportunidad para repensar las ciudades y hacerlas más humanas

La pandemia del virus SARS CoV-2 ha fomentado la reflexión sobre los espacios que se habitan, lo cual podría ser una oportunidad para repensar las urbes y volver a una escala humana desde el punto de vista de la geografía, coincidieron investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Al participar en el programa UAM, Responsabilidad social frente al COVID-19 –que se transmite todos los miércoles, a las 12:00 horas, en el 94.1 FM– el doctor Pere Sunyer Martín, coordinador de la Licenciatura en Geografía Humana de la Unidad Iztapalapa, reconoció que el énfasis sobre las repercusiones de la contingencia sanitaria se ha dado sobre todo en los ámbitos económico y de la salud, pero se han recalcado poco los aspectos territoriales.

“El coronavirus ha impactado a diversas escalas desde lo global hasta lo doméstico; a nivel nacional, en un país tan diverso como México y con poblaciones tan diferentes, por lo que si no se realiza un estudio geográfico de las características de la sociedad que vive en cada región, quizá erremos al aplicar medidas de contención”.

Con la finalidad de difundir la investigación que esta sede académica desarrolla a través de la Licenciatura en Geografía Humana, los doctores Paula Soto Villagrán, Armando García Chiang y Martín Checa Artasu abordaron los efectos del COVID-19 en los espacios doméstico y urbano, así como en la vulnerabilidad construida (acceso a servicios de salud).

El doctor Checa Artasu consideró que la pandemia ha mostrado las desigualdades inherentes a lo urbano, no sólo entre los habitantes en términos socioeconómicos, sino también en la disponibilidad de sitios de distinto tipo y uso, además de exhibir una serie de políticas erráticas en los últimos 20 o 30 años que no acaban de cohesionarse.

El geógrafo expuso que 90 por ciento de los casos de COVID-19 en el planeta se ha dado en ciudades, “lo que nos obliga a mirarlas con otros ojos y hacer acciones, entre las que se encuentra la necesidad urgente de tener urbes más humanas.

“Desde la prevención y la contención se han generado mecanismos que algunos denominan ‘urbanismo táctico’, que son intervenciones temporales de bajo costo que pueden implementarse rápido en urbes de cualquier tamaño, incluida la aparición de más ciclovías, la apertura de aceras y el mantenimiento abierto de más parques y áreas verdes”.  

Hay una amalgama de iniciativas y “esto es muy relevante porque muchas se van a quedar y van a incidir en la resiliencia de las metrópolis en el futuro, algo necesario para la supervivencia, no sólo ante esta pandemia y otras posibles, sino frente al cambio climático”.  

La doctora Soto Villagrán expresó que una de las cosas más relevantes durante el periodo de confinamiento han sido el reflejo de las divergencias en los niveles económico, social, ambiental y doméstico.

“Cuando se invita a la población a quedarse en casa, la primera idea es que un grupo importante de personas sin un hogar empieza a ser más visible; por otra parte, hay que tomar en cuenta las condiciones de habitabilidad física de las casas, ya que a veces son lugares pequeños, hacinados y con problemáticas en las relaciones familiares”.

De acuerdo con la académica, un elemento fundamental que se ha mostrado desde la geografía es la fragilidad estructural del sistema de cuidados en el hogar, que socialmente se ha dejado a cargo de las mujeres.  

El doctor García Chiang señaló que en el sector salud también se presentan diferencias considerables, pues el número de muertes es mayor en las instituciones públicas que en las privadas.

En un primer momento se motivó a la gente a que se quedara en casa hasta que tuviera mayores síntomas, lo cual hizo que hubiera una mortalidad más alta, mientras que en los hospitales privados los pacientes llegan en mejores condiciones físicas.

El profesor del Departamento de Sociología manifestó que la complejidad del sector del ramo en México “nos ayuda a entender esa desigualdad en el sistema, las divisiones entre las unidades médicas con clínicas de medicina familiar, hospitales, centros médicos y de otro tipo.

“En la Ciudad de México el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) tiene 46 clínicas y 35 hospitales, los cuales son susceptibles de recibir pacientes COVID-19 y en el caso del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) sólo 19 nosocomios aceptan a esta población, por lo que hay una discrepancia grande en el acceso a esta atención”.

El doctor García Chiang agregó que quizá se registre un incremento significativo en el número de contagios, por lo que las medidas de prevención se deben reforzar y el uso del cubrebocas debe generalizarse.

10 de noviembre de 2020