Difama que algo queda
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Difama que algo queda

Las versiones de un atentado en contra de la senadora Xóchitl Gálvez se propalaron intensamente en la esfera mediática durante julio, pero así como se inflaron se diluyeron al finalizar el mes por una razón documentada: la irrupción de la panista no “prendió”, como se esperaba.

Un mes después de confirmar su participación a la contienda interna del conservadurismo, la legisladora, ocurrente para montar shows en la tribuna, estaba 30 puntos debajo de Claudia Sheinbaum, de acuerdo con la encuestadora De las Heras, que atribuyó 55 por ciento de aceptación para la ex Jefa de Gobierno, mientras que a la senadora apenas 25 puntos.

Esos porcentajes, se dieron a conocer en Radio Fórmula, por un representante de la firma De las Heras, una de las empresas más profesionales del ramo, que realizó su monitoreo en vivienda, la forma de mayor confianza para obtener datos cercanos a la realidad.

La versión del posible atentado fue elaborada por periodistas, propagandistas del peñismo, opinólogos oportunistas del momento y sembradores de odio en los medios, todos favorecidos por ingentes cifras de dinero durante la oprobiosa gestión del expresidente Peña, quien aceptó durante su mandato protagonizar una virtual comedia de Televisa.

Raymundo Riva Palacio, Beatriz Paredes, Joaquín López Dóriga, Guadalupe Loaeza, Carlos Alazraki difundieron la versión de un posible atentado, “magnicidio” calificaron algunos, en contra de Gálvez, responsabilizando o asegurando que el autor sería el Presidente Andrés Manuel López Obrador, sin evidencia alguna sosteniendo esas versiones sólo en la especulación y la difamación.

Algunos de ellos, en un “nado sincronizado” más, advirtieron que de ocurrir tal hecho, sería comparable a lo sucedido con el homicidio de Luis Donaldo Colosio en 1994, equiparando trayectorias políticas con Gálvez, de las que carece la aspirante panista.

Los pronósticos de estos opinólogos -saben de todo, geniales-, carecen de verosimilitud por dos razones: una política y otra objetiva. La política: Aunque en el país, se registra una crispación política generada por el descontento de la derecha y la ultraderecha con las políticas públicas de la Cuarta Transformación, no existe un ambiente de política-violencia como el ocurrido en 1994 con los asesinatos de Colosio y de Francisco Ruíz Massieu. En casi cinco años del obradorismo, no se han cometido asesinatos políticos de esa magnitud.

Segundo: si el posible atentado en contra de la senadora, lo diseñara la ultraderecha para perjudicar políticamente a los candidatos de Monera, punteros en todas las encuestas sobre la panista, ¿valdría la pena sacrificarla? ¿Por qué atentar en contra de la legisladora conservadora, si está 30 puntos debajo de la puntera Sheinbaum? A quién pondría la ultraderecha, si la panista es la que única figura que se contrapone mediáticamente al obradorismo.

Los propagadores de esa tesis conspirativa, saben que sus versiones más que alentar a algún exacerbado morenista a cometer un delito, en realidad están alimentando rencores y odios, entre los fanáticos ultraderechistas, que sí estarían dispuestos, -vaya que la historia está llena de ese tipo de sujetos-, a evitar que continúe en Palacio Nacional un representante de la Cuarta Transformación.

Redacción.

5 de agosto de 2023