Libros UNAM publica el cuarto número de la colección Crónica.
Una obra que reúne a 24 escritoras y escritores de Iberoamérica, voces tan diversas como los mundos que describen.
Desde la amplitud que ofrece el género de la crónica: de quien narra como testigo y agente, o a partir de lo que otros y otras cuentan, o a través de la reconstrucción de lo vivido con apoyo de documentos, testimonios y un esfuerzo de memoria e imaginación, los 23 textos que conforman el cuarto volumen de la colección Crónica, prologado y compilado por la escritora ecuatoriana María Fernanda Ampuero, desentrañan múltiples entornos.
Editado por la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM, contiene relatos creados entre 2017 y 2021 por autoras y autores de origen diverso: siete de España, cuatro de Argentina, cuatro de México, tres de Ecuador, dos de Perú, dos de Venezuela, una de Chile y una de Guatemala. La mayoría conjuga la literatura o la filosofía con el periodismo.
Éste es un libro agónico. Se gestó en el primer año de la peste, el año desesperado, afirma Ampuero, para hacer alusión al 2020, cuando la pandemia alcanzó su punto más crítico y, no obstante, inició el proceso de compilación. Con lágrimas en los ojos y la mandíbula apretada, como se hacen las cosas importantes, se hizo también este libro, añade. Se trata, sin embargo, de una obra extraordinaria, un documento sobre estar vivos y lo que eso significa, sobre gente ordinaria dedicada a obrar milagros, sobre seres bondadosos caminando entre perfidias, […] sobre lo que de verdad es importante.
Crónica, número 4, abre con una propuesta del español Agus Morales donde se habla de profesionales de la medicina y la enfermería, de “las manos que arrancan el virus de los enfermos” y de “manos con miedo a tocar a sus seres queridos”. Prosigue con “Lo que pasa en Alaska no se queda en Alaska”, del también español Alberto Arce, quien advierte, a través de un engranaje de voces expectantes y dolientes, que en la Tierra “nos estamos cociendo a fuego lento” y alerta sobre la velocidad vertiginosa a la que el planeta se calienta: “el Ártico, su escaso y derretido futuro, nos afecta a todos”.
“Desapareció en México, sólo se hallaron sus restos”, del venezolano Albinson Linares, es un homenaje a la doctora María Elizabeth Montaño Fernández, considerada “embajadora de los temas de inclusión y educación médica, por su trabajo en la Coordinación de Educación en Salud del Instituto Mexicano del Seguro Social” y quien “desapareció entre sombras de la Ciudad de México”. Su muerte conmocionó a la población trans de la república mexicana, “que, después de Brasil, es el país latinoamericano con los peores índices de violencia hacia personas gays, lesbianas, bisexuales, transgéneros o queer, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”, y donde la esperanza de vida para este sector de la ciudadanía era de 35 años de edad en 2015.
En el cuarto texto de este compendio, la chilena Alejandra Costamagna nos ofrece flashazos sobre lo que significó el triunfo del “Apruebo” en el plebiscito para una nueva constitución en Chile, que se regía desde 1980 por la que fuera escrita durante el régimen dictatorial de Augusto Pinochet. En cambio, con el relato “Sado Gay. Sufrir por amor”, el escritor argentino Enzo Maqueiranos conduce a un bar sadomasoquista para gays en Buenos Aires donde “no se violenta la voluntad de nadie”.Más adelante, en “Los jornaleros forenses: crónica de un nuevo oficio en un país de fosas”, Paola Mónaco Felipe y Wendy Selene Pérez describen y dan voz a “desenterradores” y “buscamuertos”; nos recuerdan que “las entrañas de México esconden cuerpos”, que eso continúa y ocurre en una democracia. Nos hablan de cómo Gonzalo, “el campesino que no sabe leer ni escribir, en pocos años hizo de sí mismo una mezcla de antropólogo con perito forense, de arqueólogo con jornalero. Se hizo desenterrador, un nuevo oficio que muestra el desgarro de un país con más de 40 mil desparecidos y 240 mil asesinatos en 12 años”.
La antología cierra con la reflexión autobiográfica de la mexicana Yásnaya Elena Aguilar Gil, escritora, lingüista, traductora, investigadora y activista ayuujk (mixe) que trabaja en el estudio y difusión de la diversidad lingüística, así como de lenguas originarias en riesgo de extinción. Con su texto “Leer”, describe la manera en que llegó a su comunidad, en la Sierra Norte de Oaxaca, la alfabetización: “de la mano de un proceso castellanizador belicoso, que amedrentaba. […] La enseñanza de la lectura estaba fuertemente relacionada con el objetivo de desaparecer nuestras lenguas”. Consigna la contradicción que subyace en sus actos de lectura, donde percibe la evidencia del triunfo de una imposición: “la lectura, siempre en castellano, se convertía […] en la negación de una posibilidad impensable entonces: leer en mixe, nuestra lengua materna”.
El cuarto número de Crónica, disponible en la tienda en línea de Libros UNAM, reúne las plumas de Agus Morales, Alberto Arce, Albinson Linares, Alejandra Costamagna, Enzo Maqueira, Flavia Fiorio, Joseph Zárate, Ketzalli Rosas, Leila Guerriero, Leo Felipe Campos, Maribel Izcue, Marta Arias, Melisa Rabanales, Mikel Ayestaran, Mito Reyes, Mónica G. Prieto, Pablo de Llano, Paula Mónaco Felipe, Wendy Selene Pérez, Rosa Chávez Yacila, Sabrina Duque, Antonio Egaz Moniz, Santiago Rosero, Soraya Constante y Yásnaya Elena Aguilar Gil.