Marta Durán de Huerta
José Antonio Robledo Chavarría y María Guadalupe Fernández Martínez son los padres del ingeniero José Antonio Robledo Fernández, quien fuera secuestrado y desaparecido el 25 de enero de 2009, en Monclova, Coahuila. Toño, como lo llama su familia, laboraba en ese entonces como ingeniero en la constructora ICA Fluor, en el proyecto El Fénix para Altos Hornos de México.
Simbiosis del crimen organizado con las autoridades.
Doña Lupita, la mamá de Toño, escribió un comunicado de prensa donde denuncia que el 28 de enero del 2009 en la Procuraduría General de Justicia del Estado de Coahuila, a cargo del licenciado Jesús Torres Charles, se abrió la Averiguación Previa 002/2009. “Apenas habíamos levantado la denuncia cuando dichos documentos oficiales confidenciales fueron entregados a los miembros del crimen organizado, responsables de la desaparición de nuestro hijo. ‘Los Zetas’, que fueron a amedrentarnos para que no siguiéramos exigiendo justicia, conocían el expediente del caso de nuestro hijo. Y nos dijeron –continúa doña Lupita–: Tenemos a todos los jueces, ministerios públicos y policías a nuestro servicio”.
Y era cierto. De hecho, el ministerio público le avisó a los de la última letra que ya había una denuncia.
La Constructora ICA Fluor, último empleador de José Antonio Robledo, evadió toda responsabilidad en su desaparición, desvinculándose inmediatamente del caso. Hasta la fecha, afirman los señores Robledo, sigue negándose a colaborar con las autoridades y ha hecho caso omiso a las súplicas de la familia.
Los padres del joven ingeniero relatan que el 6 de febrero del 2009, en Monclova, Coahuila, al amanecer, dos miembros del crimen organizado (según ellos mismos se presentaron) irrumpieron en el hotel donde se hospedaban, y venían acompañados por el jefe de seguridad de la empresa ICA Fluor. “Fueron a intimidarnos. Nos advirtieron que no acudiéramos a ninguna corporación policiaca de Coahuila o Nuevo León, pues según sus palabras, ellos ejercían el control total de la seguridad pública de dichos estados. Tenían pleno conocimiento del contenido de la averiguación previa y nos presionaron para callar todo lo que habíamos averiguado de la desaparición de nuestro hijo; sólo debíamos darles información a ellos, a nadie más, usando al jefe de seguridad de ICA Fluor como enlace
Ese mismo día teníamos una cita agendada con el procurador Jesús Torres Charles, a quien le narramos lo sucedido horas antes; el funcionario se negó rotundamente a agregar dichas amenazas al expediente. Además, nos urgió a regresar a nuestra ciudad de origen para no poner en peligro la vida de nuestro hijo”, relató doña Lupita, quien junto con su esposo formaron uno de los primeros grupos de búsqueda en Coahuila, cuando todavía no existía el delito de desaparición forzada; se le consideraba simplemente secuestro.
“El 31 de enero de 2009 abrimos una Averiguación Previa en la Unidad de Secuestros de la Procuraduría General de la República (SEIDO) en la Ciudad de México, a la que aportamos todo lo que habíamos averiguado y colaboramos en todo lo humanamente posible. Las largas investigaciones y pesquisas las hicimos nosotros con nuestros propios medios. Finalmente, el Ministerio Público Federal dictó órdenes de aprehensión en contra del jefe de seguridad y el chofer de ICA Fluor, así como al empresario que proporcionaba la seguridad privada a ICA Fluor y dos personas más, oriundas de Monclova. Inmediatamente, la procuraduría del estado de Coahuila declinó la competencia de la Federación”, agregó la madre de Antonio.

Consejos para las familias buscadoras Doña Lupita Fernández nos comparte su sabiduría y experiencia: “Estos consejos espero que les sirvan a las familias que empiezan la búsqueda de un ser querido:
– Lo primero es ubicar dónde estuvo la persona por última vez, con quién estuvo.
– Acudir a la fiscalía de personas desaparecidas y levantar una denuncia ante el Ministerio Público, y que quede constancia de cuánto tiempo lleva la persona ausente y en cuánto tiempo no se han podido comunicar con él.
– Es importante tener una red de apoyo de familiares y amistades de absoluta confianza y buscar en este círculo a alguien que no sea familiar directo, para que, con la cabeza fría, ayude a tomar decisiones, porque precisamente en ese momento la familia está en shock, está turbada, no sabe qué hacer. Es como si uno caminara con una venda en los ojos. Nada es fácil.
– En una libreta, desde el primer minuto, apuntar todo lo que puedan: con quién hablaron, qué cargo tiene, las fechas y qué prometió.
– Es importantísimo que no se dejen convencer por nadie que les diga que se callen, que no digan nada. Muy a menudo son las autoridades las que les piden a las familias que se queden calladas y que se aíslen. Eso va en detrimento de la salud mental.
– Desde el día uno, hay que buscar ayuda psicológica o psiquiátrica, porque es una adversidad de tal magnitud que solos no vamos a poder sobrellevar ni seguir caminando normalmente. Vamos a tener muchas fallas de raciocinio, con muchas fallas de comunicación, vamos a aislarnos de la gente y eso va en detrimento de la salud.
– Hay que visitar a un médico de confianza y le platiquemos lo sucedido y por lo que estamos pasando. Paso seguido, que ese médico nos recomiende a un especialista de la salud mental.
– Es importante no aislarse, porque debemos comunicarnos con las personas cercanas a nosotros, tanto amistades como familiares, para crear una red de apoyo con personas que verdaderamente nos puedan ayudar. No hay que platicar con las personas a las que no les tenemos confianza, porque muchas situaciones deben quedar en sigilo por la investigación.
– Es aconsejable que nos unamos a un grupo de personas que estén en la misma condición que nosotros, que buscan a los seres queridos y podamos caminar acompañados, y que nos puedan aconsejar la mejor manera de iniciar ese tránsito tan doloroso.
– Hay que tomar en cuenta que las redes sociales sirven mucho en difundir una cédula de búsqueda ya que se haya dado parte al Ministerio Público. La Fiscalía de Desaparecidos, esas instancias, lo primero que harán es poner una foto en un cartel, con los teléfonos de la Fiscalía. Esta cédula de búsqueda se puede difundir en las redes sociales de organizaciones de búsqueda o sensibles a la desaparición de personas.
– Es muy importante platicar, decir lo que sentimos, pero sólo apersonas de nuestra entera confianza, porque hay grupos de estafadores que cuando se enteran de que hay una familia sufriendo la desaparición de un familiar, el transitar por un camino tan escabroso, buscan la manera de acercarse para ofrecer el mejor abogado, los mejores investigadores, el mejor detective y hasta videntes. No los ayudarán, solamente les van a sacar dinero, los van a estafar. Se van a aprovechar de una familia que está pasando por una atrocidad de un tamaño indefinible. Hay estafadores de familias buscadoras profesionales.
– Hay que ponerse en contacto con grupos y personas defensores de derechos humanos para que a uno lo orienten. A un desaparecido se le violaron y se le violan constantemente sus derechos humanos. Los grupos de defensores de derechos humanos son muchos y son sensibles a las desapariciones. Ellos nos pueden asesorar sobre qué pasos seguir, a qué instituciones acudir, a quién acercarse para un acompañamiento en este tránsito tan doloroso.
– No se debe comentar a nadie los avances de la investigación. Debe quedar en sigilo. Esa información tan sensible puede caer en malas manos como las de los perpetradores”.
“Lamentamos dolorosamente el no haber encontrado a nuestro hijo”, exclama con dolor doña Lupita y subraya tajante: “Faltan jueces y magistrados comprometidos con la justicia, que sean de carrera, que lleguen al puesto por mérito, no por nepotismo, no por pago de favores políticos. Que al emitir una Resolución conozcan el caso de fondo, no sólo de forma. Llamamos a una campaña nacional de búsqueda y de identificación de personas desaparecidas, así como a la creación de un banco de datos que las familias puedan cotejar en todo México y países vecinos para la localización de los desaparecidos”.
*Periodista y escritora.
