La venta del avión presidencial no se realizó para servir de puente para enviar productos prohibidos a Rusia, no fue vendido a ese país, y tampoco fue rematado, según lo desmentido por Elizabeth García Vilchis esta mañana.
En el Quién es Quién en las mentiras durante la conferencia de prensa presidencial, la comunicadora Elizabeth García Vilchis recopiló las principales notas falsas que circularon en torno a la venta del avión presidencial, la cual se efectuó este 21 de abril al gobierno de Tayikistán.
Una mentira que destacó la comunicadora que conduce esta sección presentada todos los miércoles, fue el precio por el que se vendió el avión y lo mal negociante que resultó el presidente Andrés Manuel López Obrador por “rematarlo”.
Según lo anunciado por el gobierno federal, el avión presidencial, adquirido por el entonces presidente Felipe Calderón (2006-2012) que entonces lo compró por 2 mil 943 millones de pesos, fue vendido —como lo prometió en campaña el presidente López Obrador— por un total de mil 659 millones de pesos, cifra que bastó para que muchos medios y comentaristas calificaran esta de una mala venta.
Mucho se dijo sobre el precio del avión, por ejemplo, Carlos Loret de Mola desestimó por completo la venta del avión afirmando que se había hecho un descuento del 70%, porque —según afirmó— había costado poco más de 6 mil millones de pesos.
Sin embargo, la comunicadora García Vilchis proyectó un video del tiktoker, The Vampire of Wall Street explicando por qué esa afirmación es incorrecta, pues los 6 mil millones de los que se habla corresponden a los impuestos, por haber sido comprado a crédito, cifra que sí tuvo que pagar México al adquirir el avión pero que no puede tomarse en cuenta al momento de ponerse en venta, explicó el tiktoker.
Para entender la venta del avión presidencial que costó 2 mil 900 millones de pesos y fue vendido a mil 659 millones de pesos, debe recordarse el concepto de depreciación, que implica que el costo de un producto disminuyo a través de los años de uso.
De acuerdo al Servicio de Administración Tributaria (SAT), la depreciación de un avión como lo es el presidencial, es de 10% cada año, por lo que, explica el tiktoker, haciendo cuentas, la compra resultó favorable según las reglas de mercado.
El otro desmentido de la sección fue lo publicado por los diarios Reforma y El Universal. Mientras el primero sugería que la compra se efectuó para que el avión sirviera de puente a Rusia —país relativamente cerca— para transportar productos prohibidos en Moscú, el segundo afirmaba, mediante la columna de Mario Maldonado, que en realidad no fue vendido a Tayikistán sino directamente a Rusia; información que fue desmentida e ironizada no solo por García Vilchis, sino por la propia Embajada Rusa en México.
“Otra historia surrealista fue publicada en El Universal. Gracias a sus ‘fuentes internacionales bien acreditadas’ nos enteramos de que el avión presidencial ‘no fue comprado por un desconocido Tayikistán, sino por Rusia’, se lee en un tuit de la Embajada Rusa en México citado por García Vilchis.
Diana Morán Reyes