Redacción
El metal que más daña la salud de la población de todo el mundo es el plomo, y en México sus habitantes están expuestos a la toxicidad de este elemento por el consumo de alimentos preparados o servidos en alfarería vidriada. De acuerdo con la encuesta Nacional de Salud y Nutrición, el 17 por ciento de los niños tiene intoxicación por plomo, con niveles arriba de cinco microgramos por decilitro.
Daniel Estrada, director general de Pure Earth México, nos comenta que esta asociación civil apoya a las comunidades alfareras para estimular que su producción sea libre de plomo, con el objetivo de mejorar la salud de la población y a su vez promover la preservación de uno de los oficios más ancestrales de la humanidad: la alfarería.
¿Cuál es el trabajo que ustedes realizan a través de Pure Earth México?
-Nuestra labor está enfocada a la alfarería. Somos una asociación civil con sede en Nueva York, que desde 1999 trabajamos en países de medianos ingresos para resolver problemas de contaminación tóxica. Generalmente trabajamos en contra del uso de metales pesados, el plomo es el número uno que afecta a la población mundial. En México estamos expuestos por el consumo de alimentos preparados o servidos en alfarería vidriada. El vidriado se logra al usar óxido de plomo para cubrir la superficie de los artículos de barro y lo que buscamos es que no se pierda la costumbre de la alfarería vidriada, pero nuestra labor es eliminar el tóxico, lo cual se puede lograr con otros elementos, como el boro. Esto es muy importante porque, de acuerdo con la encuesta Nacional de Salud y Nutrición, el 17 por ciento de los niños tiene intoxicación por plomo, con niveles arriba de cinco microgramos por decilitro. Y esa contaminación es peor en Puebla, donde uno de cada dos niños tiene intoxicación por plomo debido a la alfarería.
Entonces nuestra labor es eliminar el plomo y promover que existan artículos de barro libres de plomo. Algo que ha sido complicado porque nuestro mensaje no debe ser en contra de la alfarería, sino al contrario, a favor de la alfarería libre de plomo. Si lo logramos vamos a tener grandes cosas, como que los niños no estén intoxicados y que su atención sea mayor a nivel escolar y tengan un mejor rendimiento. También vamos a hacer que se pueda exportar la alfarería vidriada, ya que con el uso de óxido de plomo no es posible, de acuerdo con normas internacionales. Nosotros promovemos que se contacte directamente a los alfareros libres de plomo y tenemos un directorio en nuestra página http://www.barroaprobado.org/. Como asociación civil no cobramos por este servicio.
-¿Cómo o dónde se aplica el plomo?
-Es la cobertura brillante que tienen ollas, jarros, cazuelas de barro, que se logra cuando se pone una pieza a muy alta temperatura y con la sílice que tiene el barro se forma este vidrio.
-Recuerdo que hace muchos años Fonart realizaba campañas para eliminar el plomo de jarros y cazuelas de barro, en qué quedó esa actividad.
-Sí, de hecho, nosotros estamos acompañando el trabajo de Fonart que ya lleva años. Fue a partir de un estudio que se hizo al final de los ochenta, donde se descubrió que las familias y los trabajadores de la embajada de Estados Unidos en México tenían niveles elevados de plomo. La hija de Negroponte, que era el embajador en ese entonces, tenía niveles particularmente elevados y se dieron cuenta que era por una jarrita para guardar limonada.
Después de eso el presidente del Grupo de los Cien, le escribió una carta al entonces presidente Salinas solicitando que se eliminara el plomo de gasolinas, pinturas, juguetes, lápices y latas. No fue fácil con la alfarería, pero Fonart hizo algo. Una de las soluciones fue buscar esmaltes libres de plomo y desde entonces se ha trabajado con instituciones académicas y otras instancias públicas y privadas. Gracias a Fonart se tienen esmaltes libres de plomo en el mercado.
Nosotros llegamos a México en 2009. En ese entonces Blackbird Institute era el nombre de la organización y en alianza con el Fonart se empezó a promover el uso de esmaltes libres de plomo entre los alfareros. Hace unas semanas el Fonart tuvo una feria de alfarería libre de plomo y en todas sus tiendas venden única y exclusivamente este tipo de alfarería. Se espera que en breve la Cofepris autorice un sello para que los alfareros puedan ponérselo a su alfarería si es que está libre de plomo.
-Entonces, lo que inició el Fonart hace muchos años no ha sido suficiente por qué?
-No ha sido suficiente, han sido los primeros pasos. Sin embargo, la situación es complicada, no como con la gasolina porque antes teníamos un solo proveedor que era Pemex, pero en la alfarería son más de diez mil alfareros. Otra complicación es que no se produce alfarería en un solo lugar, sino en más de 20 estados del país. Esto hace que sean distintas instancias las involucradas en las entidades, y la Cofepris, -la encargada de la vigilancia sanitaria-, dice que no se pueden tomar medidas, porque eso se debe hacer en los estados, y los estados dicen que es complicado si no se toman medidas a nivel nacional. Por otro lado, también estamos hablando de un oficio muy querido y realizar una acción que pueda afectarlo no es tan fácil.
Otra cosa que lo complica es el hecho de que adoptar el nuevo esmalte no es tan fácil para los alfareros, pues muchos viven al día y no tienen los recursos para experimentar y usar de una forma eficiente el esmalte libre de plomo. La suma de estas cuestiones hace que el trabajo del Fonart haya tenido tan pocos resultados hasta ahora. Es por esta razón que también la sociedad civil, como en este caso Pure Earth, nos sumamos a los esfuerzos del Fonart para que cada vez estemos más cerca de su solución.
-¿Ustedes son una organización civil, una empresa, un grupo consultor?
-Somos una asociación civil, una institución del tercer sector. Tenemos dos figuras legales: una en Estados Unidos, que es una institución sin fines de lucro, y otra en México, que es una asociación civil.
-¿Cómo se financian?
-Recibimos financiamiento de distintas instituciones. Las instituciones privadas, principalmente también de fundaciones, hemos recibido donativos para este proyecto de la Unión Europea y de Estados Unidos, de HSBC, de Promotora Social México, de Fundación Merced, de Fondo Canadá, desde el gobierno canadiense y el principal donante en este momento es Fundación Clares, de Grupo Claudius, que son quienes hacen las baterías celestiales.
–¿Y a qué más se dedican, aparte de monitorear la producción de vidriado con plomo?
-Aquí en México el principal proyecto es la eliminación del plomo de la alfarería. También tenemos un programa de identificación de sitios contaminados, los cuales se pueden consultar en la página https://railvolution.org/. El enfoque ha sido hacia la alfarería, pero a nivel internacional también tenemos otros intereses, como la eliminación del mercurio de la minería artesanal de oro.
Tenemos proyectos en África para mejores prácticas, para el reciclaje de los desechos electrónicos. Y hay otros que son muy particulares en la extinta Unión Soviética, están relacionados con la radiación. En cada país tenemos distintos proyectos. Para el caso de la alfarería vidriada, sólo en México tenemos un proyecto como el de aquí, aunque hemos tenido también proyectos similares o hemos llevado el conocimiento de México a Brasil. Sólo en México tenemos un proyecto, un programa fijo con el barro.
-¿Su dirección electrónica?
-La página que tenemos en México es http://www.barroaprobado.org/.
-Algo más que nos quieras decir.
-Invitar a los lectores de Zócalo a que compren la alfarería vidriada libre de plomo o la alfarería bruñida, que es naturalmente libre de plomo. Está casi en peligro de extinción, son muy pocos ya los alfareros que producen alfarería bruñida. Es muy bonita, es algo que se apega a una tradición milenaria. Y que también exijan a los restaurantes, a los puntos de venta, que usen la alfarería vidriada como una forma de apoyar a nuestros alfareros. Es una forma de apoyar a México.
