El atentado contra el periodista Ciro Gómez Leyva la noche del 15 de diciembre, llevó a que periodistas, analistas y académicos opositores se solidarizaran con el comunicador agredido y a pedir al presidente Andrés Manuel López Obrador, cesar el hostigamiento que aseguran se genera desde la persona del mandatario.
La noche de ayer, en una carta dirigida “A la ciudadanía” y rubricada por 177 firmantes, exigen al presidente Andrés Manuel López Obrador cesar “el hostigamiento que ejerce contra periodistas críticos”, argumentando que los discursos de odio hacia comunicadores se “incuban, nacen y se esparcen” en Palacio Nacional.
“La difamación, que sustituye al debate de ideas, es una convocatoria a la violencia física contra los periodistas estigmatizados por el presidente. Los asesinatos de periodistas marcan un récord en este sexenio, y la impunidad es alarmante”, se lee en la carta.
La misiva, de apenas seis párrafos, escrita en términos muy severos, cae en lo que la misma critica, la especulación: “De no autocontrolarse el presidente López Obrador en sus impulsos de ira hacia periodistas críticos, el país entrará en una etapa aún más sangrienta que ya han experimentado otros países latinoamericanos: asesinar periodistas para desestabilizar al gobierno, o matar en pago de favores al gobierno”.
No pocos de los periodistas firmantes están muy lejos de cumplir con los mínimos estándares éticos en su desempeño periodístico, porque públicamente se les ha exhibido que pidieron favores económicos a políticos; han solicitado atentar en contra del mismo presidente; convierten a sus medios en arietes políticos en contra de la 4T o de plano difaman a cada rato al presidente, entre ellos: Adela Micha, Ricardo Alemán, Beatriz Pagés, Fernanda Familiar, Carlos Alazraki, Carlos Marín, Denisse Dresser, Yuriria Sierra, Rafael Pérez Gay, Javier Lozano.
La mayoría de los firmantes son reporteros, editores, articulistas y columnistas de las empresas que controlan medios como El Universal, Excélsior, Milenio, Reforma, El Financiero, Radio Fórmula, WRadio, Latinus, El Informador. También pidieron al mandatario asumir “su responsabilidad política en este intento de asesinato”.
Sin embargo, el tono de la misiva reproduce lo que la misma reprocha: hostilidad, difamación, odio y desinformación, porque al final sugieren que alguien estaría pagando, con el atentado, “favores al gobierno”.
La publicación de esta carta se da en un contexto en el que el presidente ha realizado una serie de declaraciones sobre el caso de Gómez Leyva. Si bien desde el primer día expresó solidaridad, apoyo y garantía de que se realizará una investigación del caso, también llegó a decir que la agresión pudo haber sido “un autoatentado”, de grupos opositores para “desestabilizar al gobierno y al país”. La hipótesis que sí queda descartada, aseguró, es la de que el suyo sea un gobierno represor y, por tanto, autor del atentado, dijo ayer martes López Obrador.
Este miércoles en su conferencia matutina, el presidente reiteró que su gobierno investiga a fondo para llegar al culpable y, de conseguir pruebas de que en efecto fue con la intención de desestabilizar a su gobierno, lo va a denunciar, “sea quien sea, no hay privilegios”, pues no permitirá que su gobierno se manche.
“No se trata de un crimen de Estado, porque es muy difícil de desentrañar cuando lo es; cuando no es un crimen de Estado, hay información, se consigue la información, porque los organismos del Estado que están para hacer justicia actúan, no hay impunidad”, aseguró hoy durante su conferencia de prensa.
Por su parte, el Alto Comisionado de la Organización de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, llamó al Estado mexicano a garantizar la seguridad de periodistas en el país; expuso en redes que los comunicadores “necesitan protección, no ataque de las autoridades”.
Diana Morán Reyes
