“Esta Corte surge del pueblo, se debe al pueblo y al pueblo habrá de cumplir”, expresó el nuevo presidente electo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Hugo Aguilar Ortiz, durante su primer discurso en el salón de sesiones del Instituto Nacional Electoral (INE).
La presidenta del INE, Guadalupe Taddei, le otorgó a Aguilar su constancia de acreditación como nuevo presidente de la Corte. El abogado de la región Mixteca de Oaxaca pidió un voto de confianza a la ciudadanía para el nuevo Poder Judicial.
Asimismo, en un mensaje dirigido en mixteco y español, Aguilar Ortiz aseguró que la nueva integración de la SCJN es “democrática, pluricultural, paritaria y profesional”, y que garantizará acceso pleno a la justicia, ya que ésta “no debe ser un privilegio, sino un derecho”.
El próximo ministro presidente de la Corte, de origen indígena, llegará al cargo tras haber obtenido la mayoría de votos en la elección judicial del pasado 1 de junio.
En su mensaje, Aguilar también reconoció al INE por el esfuerzo y el trabajo durante el reciente proceso electoral, aunque admitió que la participación ciudadana fue baja, puesto que “hubo limitaciones en términos de tiempo y recursos”.
Igualmente, agradeció a la ciudadanía por su participación en las elecciones: “El cambio democrático es siempre resultado del esfuerzo de todos y de todas”. Ante diversas críticas por parte de medios de comunicación y figuras de oposición, el abogado aseveró: “A mí no me puso nadie (en el cargo)”.
“Honestidad, transparencia, pluriculturalidad, diversidad y la igualdad sustantiva” son los objetivos centrales que Aguilar, quien propuso un nuevo enfoque en la integración de la SCJN a partir del próximo 1 de septiembre, así como el respeto a los derechos, el medio ambiente y la perspectiva de género, “donde la corrupción, el nepotismo, la discriminación, el clasismo no tendrán lugar”.
Finalmente, Aguilar Ortiz resaltó el inicio de una “plena inclusión en la vida pública de México” con la presencia de los pueblos indígenas y afromexicanos: “Ha quedado atrás la etapa en la que nuestra palabra, nuestras peticiones e, incluso, nuestra sola presencia era motivo de escarnio y discriminación en estas mismas instituciones”.
Camila Doroteo