Netanyahu censura al diario Haaretz por su crítica al genocidio en Gaza: Iraís Fuentes
Internacionales, Libertad de Prensa, Periodismo

Netanyahu censura al diario Haaretz por su crítica al genocidio en Gaza: Iraís Fuentes

Abraham Pensamiento

El gobierno del ultraderechista Benjamin Netanyahu mantiene otro frente de guerra en su frenesí por exterminar a la nación palestina, y ese es el de silenciar a la prensa crítica israelí, mediante la cancelación de publicidad gubernamental, el espionaje, la expulsión de cadenas de información árabes, leyes y una brutal confrontación con los medios de comunicación, advierte la doctora Iraís Fuentes, del seminario “Geopolítica compartida: teoría y casos de Medio Oriente” de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM

-Netanyahu -a través de su ministro de Comunicaciones, Shlomo Karhi- sancionó a Haaretz por su cobertura crítica del genocidio en la Franja Gaza, la guerra con el movimiento islamista Hezbolá, y por su postura ante el ultraderechista partido Likud. ¿Qué piensa del boicot gubernamental al diario israelí?

-Haaretz no es cualquier periódico; estamos hablando de uno de los medios informativos más antiguos de Israel, pues ya contaba con varias publicaciones a principios del siglo anterior, lo cual no es cosa menor, además de que tiene un público muy amplio. Es un medio de comunicación que se opone a las decisiones de la ultraderecha, las cuales caracterizan al gobierno actual, son acciones dirigidas a la censura, y a la represión. Es un medio que, se ha posicionado como crítico del genocidio actual, aunque no hay una posición única dentro del diario. El editor de ese medio, Amos Schocken, hizo un comentario que condujo al bloqueo contra el periódico, sin embargo, al interior de Haaretz hubo posicionamientos que no estuvieron de acuerdo con ello. Hay posturas contradictorias respecto a la condena que se le hace al Estado de Israel, pero no hay que restarle la relevancia que se merece, pues no es cosa menor que Haaretz es uno de los pocos periódicos que ha hecho una crítica a las acciones de Israel.

-Schocken aseguró en octubre de 2024 que está a favor de la solución de los dos Estados, y propuso sanciones contra ministros de Israel por transgredir el derecho internacional. Fue algo insólito, ¿qué opina de esas declaraciones?

-Excepcional, porque, efectivamente, ese posicionamiento cada vez es menos popular entre la ciudadanía israelí; el hecho de que lo haga un periodista en Israel y de una cadena con tanto renombre como Haaretz no es un asunto menor; por eso se emprende toda esta campaña en contra del periódico. La intención quizá no es que desaparezca, más bien que se vaya moderando sus posturas. El posicionamiento del periodista generó muchas enemistades políticas y sociales, ya que, precisamente, una de las cuestiones que ha emprendido Israel desde el 7 de octubre de 2023 es legitimar las acciones contra la población palestina, pero con ello también justifica la imposibilidad de dos Estados.

Actualmente, es más impopular esta postura para la  sociedad israelí, a la que no le gusta el hecho de mencionar que todavía existe esa posibilidad, porque una de las cuestiones que se ha dicho mucho, y que es la misma retórica que sigue utilizando la administración Netanyahu, es que no se puede, que la seguridad de Israel depende de la aniquilación total de Hamás. El atentado del 7 de octubre ha sido mediatizado, se ha llevado al espectáculo de la violencia para demostrar que, en esencia, la población palestina e israelí no pueden convivir de ninguna forma.

En este momento se habla de la posibilidad de dos Estados -incluso ha sido retomada por la Unión Europea y otros organismos internacionales-, pero lamentablemente se ha desmantelado esa idea. Desde el inicio de la consolidación del Estado genocida de Israel en 1948, ya se pensaba en la imposibilidad de la construcción de un Estado palestino, de ahí que estos dos territorios palestinos, Cisjordania y la Franja de Gaza, están seccionados, no están conectados entre sí, más aún, los Acuerdos de Oslo de 1993 oficializaron un sistema de apartheid porque tenemos a una ciudadanía de tres categorías (a, b, c); esto quiere decir que ciertos territorios dentro de la propia Cisjordania son territorios ilegales israelíes establecidos ya por diferentes organismos de la ONU en diferentes momentos.

Una de las acciones con las que la comunidad internacional ha tratado de presionar en las últimas semanas a Netanyahu para que detenga el genocidio es justamente el reconocimiento del Estado palestino para que entre a la Asamblea General de las Naciones Unidas, como es el caso de España, Francia, Reino Unido y Australia. Sin embargo, en ese mismo contexto, el Parlamento israelí aprobaba la anexión de territorios palestinos. Hay una imposibilidad de pensar el Estado palestino. Durante casi 80 años, lo ha maquinado de esta forma.

-¿Además del boicot publicitario contra el periódico, qué otras sanciones gubernamentales se le aplicaron?

-Hay bloqueo en términos del financiamiento estatal al periódico; esto es sumamente importante porque significa que les van a restar infraestructura, al igual que posibilidades de continuar reproduciendo su contenido. Por otro lado, afecta salarios y muchas otras cuestiones. En ese sentido hay una línea ultraortodoxa que ha estado llamando al boicot contra el periódico, por lo que su alcance ha disminuido. Otra de las cuestiones que se deben resaltar es que en Israel se han ampliado todos los censores que existen contra el periodismo, cuestiones relacionadas con la guerra al igual que con el programa nuclear y, evidentemente, con el genocidio. Uno de los objetivos principales de la ultraderecha en Israel: hacer este boicot contra la prensa israelí, pero también a la prensa extranjera que informa sobre los acontecimientos actuales.

-Al interior del país ¿cómo reaccionaron otros medios por las acciones del gobierno contra Haaretz?

-Una de las cuestiones que se deben de resaltar es que las acciones emprendidas en contra de Haaretz se hacen como una forma de castigo ejemplar, para evitar que otros medios de comunicación tomen la misma línea, es decir, ser críticos frente a lo que está sucediendo. No obstante, sí hubo varios pronunciamientos de otras cadenas informativas. Sin embargo, muchas personas de la sociedad civil israelí sí cancelaron sus suscripciones, también dejaron de acceder y de referir a Haaretz a raíz de todo este bloqueo, al igual que de las sanciones que les impuso el gobierno de Netanyahu.

Esto nos dice mucho sobre la sociedad israelí, ya que todo el sionismo político, colonizador, genocida, está arraigado con mucha fuerza en la sociedad y los sectores críticos lamentablemente son una minoría. Es cierto que hay un sector cada vez más amplio en Israel que está descontento con la administración de Netanyahu, pero en donde sí se nota una mayor oposición de parte de los consumidores y la sociedad civil es cuando se critica o se menciona explícitamente al ejército. Esta es una cuestión fundamental, porque ese nacionalismo sionista deviene, en gran medida, de la militarización, porque así surge Israel, surge como una serie de milicias supuestamente de “autodefensa” frente a la colonia británica.

Israel es una sociedad altamente militarizada, es decir, el servicio militar es obligatorio para toda la población, excepto la sociedad ultraortodoxa, aunque esta moción fue revocada recientemente. Hay un estrecho vínculo entre la sociedad civil con el ejército, es por ello que cuando Haaretz se pronuncia en contra de las mal llamadas Fuerzas de Defensa de Israel -pues su nombre debería de ser “Fuerzas de Ocupación de Israel”- al señalarlas como las perpetradoras de lo que está aconteciendo, evidentemente a la sociedad no le agradan esas posturas. Se considera extremadamente grave criticar al ejército.

-¿Cuál será el futuro de Haaretz y de la prensa en Israel?

-A pesar del boicot de Shlomo Karhi, dudo mucho que vayan a cerrar al periódico, sólo si mantiene una postura demasiado confrontativa con el gobierno de Netanyahu. Lo cierto es que sí se va a enfrentar a una serie de cercos, por lo que habrá una postura sumamente firme para que modere su forma de hacer periodismo. Respecto a la prensa internacional, vemos un cerco cada vez más amplio de este gobierno, que es muy probable que continúe, porque Israel vive un Estado de excepción y la ultraderecha ve la posibilidad de desestructurar las luchas sociales, los derechos democráticos, la libertad de prensa.

-¿Cuál sería su conclusión?

-Cuando nos interesamos por Haaretz u otras cadenas en Israel, parece que es un tema que sólo le concierne al periodismo y que quienes están en riesgo son los periodistas, pero no es así. Es un tema sumamente complejo, pues el genocidio no queda únicamente en cuestiones humanitarias.

Se ha instrumentalizado el espectáculo del genocidio para ocultar otras como la violación de derechos humanos, la libertad de expresión y la libertad de prensa. También hay una serie de enmiendas en Israel, pues en noviembre del año pasado se aprobó una ley “antiterrorista”, la cual cataloga como delito el consumo de materiales terroristas.

A propósito del fallo del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en el que se revela un montón de hechos fácticos que respaldan el genocidio, una de las cosas sobresalientes es que se está infringiendo la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, de 1948, ya que se está asesinando, se está provocando la destrucción física y calculada de un grupo para evitar el nacimiento de miembros, con lo cual hay una violencia brutal contra la sociedad palestina. Hay una presunción sumamente explícita, de que el objetivo de Israel es el de aniquilar, el de causarle el mayor daño estructural a la sociedad palestina; son las mujeres, así como las infancias. El objetivo deliberado de las acciones de Israel, las cuales buscan ocasionar un daño fundamental a toda la población de Gaza, concretamente, a las infancias, porque son los que ocuparán el territorio.

15 de octubre de 2025