Migrantes y refugiados en México: una catástrofe humanitaria
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Migrantes y refugiados en México: una catástrofe humanitaria

Marta Durán de Huerta

“Mi padre me maltrató siempre y cuando se enteró de que era gay quiso matarme“, relata Ariana, una chica trans de Honduras. Suspira y continúa su relato: “Tenía 10 años de edad y tuve que huir, irme lo más lejos posible. Empecé a vender caramelos y cigarros hasta que aparecieron las Maras (las pandillas). Querían obligarme a vender droga y me negué rotundamente. Nuevamente tuve que huir. En la frontera con Guatemala, los guardias me pidieron mi carné de identidad. Yo me había arreglado; estaba perfectamente maquillada y peinada; mis uñas estaban impecables pero mis documentos eran de un hombre. 

“El comandante me ordenó que bajara del camión. Me llevaron a un lugar apartado y me ordenaron que me desnudara. Yo no quería, tenía mucho miedo, pero tuve que hacerlo. El comandante rió a carcajadas y de un grito muy severo que pareció ladrido me gritó: ¡Lárgate! No quiero volver a verte por aquí. Viaje en dirección al norte, no importaba a qué lugar. Yo huía de la violencia, de la homofobia y de las Maras, pero en el camino aparecieron. 

“Me violaron entre cuatro y me dieron un golpiza de la que nunca me recuperaré. Al fin llegué a México lindo y querido. Ya no tenía un centavo. Ya todo me lo habían robado policías, aduaneros o lancheros que te cobran una fortuna por cruzarte al otro lado del río. Llegué a un refugio de migrantes y ahí me encontré a mis verdugos, a los violadores. Salí despavorida y corrí, corrí y corrí. Días después encontré a otra chica trans que me dijo que había un albergue en Tijuana para personas de la diversidad sexual. Ahí Susi ha sido como una madre para nosotras. Nos ha dado el cariño y respeto que nunca tuvimos ni en nuestro país ni en nuestra familia. Decidí quedarme en México. Cruzar a Estados Unidos es suicidio”, agrega. 

La desgarradora plática tuvo lugar en un refugio para la comunidad LGBTIQ en Tijuana. El albergue fue fundado por Susana, una mujer trans, valiente que recibe a quien necesita protección. La casa de Susi tiene el apoyo logístico y financiero de la Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR por su acrónimo en español. 

Hay de albergues a albergues 

En Tijuana hay diversos tipos de albergues y refugios. Un grupo de periodistas alemanes personal de la ACNUR,  y quien escribe estas líneas, visitamos una albergue situado en un cerro, en las afuera de Tijuana. El paisaje era árido y todo tenía el color amarillento de la tierra. “Desde hace una semana tenemos un camino pavimentado”, nos dijo un migrante con gran alegría. “Cuando llovía se hacía un lodazal imposible de cruzar”, rememora. 

Este albergue fue inaugurado por un pastor evangélico y tiene capacidad para más de tres mil personas. Parece un hangar por su techo con estructura metálica, alto y curvo. Hay literas de madera de piso a techo. Cualquier persona puede llegar, acomodarse y quedarse por días, meses o años. No hay límite de tiempo, no se cobra nada, pero tampoco hay un registro de quién llega, quién sale, lo cual es un peligro. 

Ha habido casos de violación o del ingreso de miembros del crimen organizado para llevarse a alguien. Además, hay 20 baños para todo el albergue. Son insuficientes. Aún así Josué está feliz y agradecido con el albergue y el pastor evangélico que lo fundó, pues ese es su nuevo hogar y logró montar un modesto restaurante. En la frontera sur, en Tapachula, en el otro extremo del país, visitamos un refugio que está bajo el ala de la ACNUR. 

La diferencia saltaba a la vista: hay un control extremo de quién entra y quien sale, incluso para visitantes y periodistas. Tienen un servicio médico, terapia y escuela primaria para los niños. Hay una sección de hombre y otra para mujeres y niños, más espacio, más luz y definitivamente mucha higiene. Está prohibido tomar fotografías donde se vean las caras de los residentes y del personal que los atiende. 

Refugiados y migrantes 

Hay que diferenciar entre refugiados y migrantes. Aunque todos corren peligros y han sufrido graves violaciones a sus derechos fundamentales. Los primeros dejaron sus lugares de origen para salvar la vida o conservar la libertad. Los migrantes, buscan llegar a Estados Unidos para tener una mejor vida y enviar dinero a sus familias. 

El Estado mexicano tiene la obligación de proteger a ambos grupos y a los refugiados, de concederles una visa humanitaria o asilo, dependiendo del caso. Desafortunadamente, a la tradicional indiferencia de las autoridades, se suma el exponencial número de solicitudes de asilo en México. La ACNUR brinda todo tipo de apoyo a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) para atender a los refugiados, ayudarlos con sus trámites, darles atención médica y terapia psicológica. 

Tsunami de refugiados 

La cifra de migrantes, de caravanas y de desplazados internos mexicanos se disparó en los últimos años a causa de la violencia y el hambre. Ya no se trata simplemente de buscar una mejor vida en Estados Unidos sino de salvar el pellejo. Según las cifras de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), en el 2023, México recibió 140 mil solicitudes de asilo y el 70% de ellas, se presentaron en el sur del país. Según la ACNUR,  la COMAR,  cuadriplicó su capacidad en contraste con el 2018. 

Frontera Sur 

La frontera sur de México está en disputa por dos grandes grupos del crimen organizado: El Cártel de Sinaloa del que se desprendió el Cartel Chiapas-Guatemala y el endemoniado Cartel Jalisco Nueva Generación. La guerra estalló cuando murió el jefe de plaza del Cártel de Sinaloa, que dominaba de la frontera sur y empezó el pleito irreconciliable de sus herederos. 

Los “Jaliscos” aprovecharon la confrontación, para intentar adueñarse la frontera sur, que es la joya de la corona. Por ahí entran todos los migrantes que quieren ir a Estados Unidos. Según la COMAR, el año pasado por ahí pasaron 600 mil migrantes de 165 países y a casi todos los asaltaron o estafaron de alguna manera. 

Durante muchos años, el Cártel de Sinaloa dominó “pacíficamente” la frontera sur.  Compró la lealtad de todo aquel que era necesario comprar: presidentes municipales, el gobernador en turno, las policías municipales, la estatal y los jefes militares de zona, sin mencionar a los agentes corruptos del Instituto Nacional de Migración. 

Los narcos se dedicaron al trasiego de todo lo prohibido: armas, drogas, contrabando de cosas y personas, pero cuando la ola de migrantes se volvió tsunami, los criminales vieron un nuevo nicho de mercado, una mina de oro. Ya en la frontera norte, desde hace décadas, los traficantes de personas tradicionales, mejor conocidos como “Polleros”, fueron obligados por los cárteles a trabajar para ellos. El crimen organizado diversificó sus actividades ilícitas.

 Originalmente se centraban en el trasiego de drogas y contrabando; después pasó al tráfico de migrantes, prostitución forzada, secuestro, extorsión, (mejor conocida en México como cobro de piso), robo de hidrocarburos en cantidades industriales desde las refinerías e instalaciones de Petróleos Mexicanos, lavado de dinero y un larguísimo etcétera. Todos estos crímenes tardaron en llegar a la frontera sur, pero llegaron. 

Tráfico de personas, más lucrativo que las drogas 

El trasiego de personas deja a los criminales más dinero que el de drogas. Cobran miles de dólares por cada cliente que persigue el “sueño americano” o que quiere reunirse con la familia que ya está “del otro lado“. Muchos no pueden permitirse pagar al “pollero”, así que con la fuerza del número, desde hace unos cuantos años, se forman caravanas con miles de personas, que intentan llegar a Estados Unidos a pie. 

A diferencia de antaño en que los migrantes eran en su mayoría  hombres que buscaban empleo, ahora son familias. Para entrar a México y salir de Chiapas, las caravanas se mantienen unidas para hacer una “punta de lanza“ y al llegar al Istmo de Tehuantepec, los hombres jóvenes se van por su lado y las familias quedan rezagadas. Ellas caminan en promedio 15 kilómetros por día. Para evitar el calor y la deshidratación, desde hace algunos meses, se desplazan de noche. 

En un principio migrar en caravana daba una cierta seguridad, pero ya no debido a que el crimen organizado las infiltró ya empezaron los casos de secuestro y reclutamiento forzado de niños y jóvenes para integrarlos a las filas del cártel. Los narcos están en guerra y necesitan carne de cañón. 

Descalzos en el infierno

Tanto migrantes como refugiados cruzan el continente a pie, enfrentando todo tipo de peligros y de penurias. Son asaltados, violados, secuestrados en el camino. Hablamos con un haitiano que llegó a Argentina y desde ahí caminó hasta Tijuana. En el camino murió su esposa y una hija.

La peor parte del trayecto -después de la selva del Darién- la encuentran en México, donde apenas ponen pie en territorio nacional son secuestrados y/o asaltados. Si son afortunados, les quitan todas sus pertenencias y ya, pero la constante es ser detenidos en el camino, subidos a camiones de redilas (como el que atacaron los soldados matando a 6 migrantes) y después filmados mientras los torturan o asesinan a alguien para exigir un rescate de varios miles de dólares que serán depositados en alguna cuenta bancaria.  

¿Quiénes son los perpetradores? Una red criminal en la que participan crimen organizado y autoridades mexicanas. No hay denuncias obviamente. Quien salva la vida lo único que quiere es huir. No irán a levantar una denuncia por secuestro ante los secuestradores o sus cómplices. Los relatos de horror van de boca en boca y quienes los conocen con pormenores son los g r u p o s defensores de los derechos humanos y los religiosos al frente de las casas refugio para migrantes que hay en el país. 

Solalinde 

El padre Alejandro Solalinde hace tiempo narró a esta reportera lo siguiente: “Una noche llegó un hombre a la casa del migrante que dirigía y pidió verme. Cuando estuvimos frente a frente, el hombre me dijo que lo habían enviado a matarme porque les estaba echando a perder el negocio (de tráfico de personas). ¡Fue un shock! a pesar de que sabía que había una posibilidad de que eso sucediera. 

El hombre visiblemente conmovido me dijo que no me mataría, que quería confesarse y empezar una nueva vida. Aquel arrepentido fue una fuente de información importantísima que corroboraba los espeluznantes relatos de quienes habían escapado a los criminales y estaban en el refugio”. 

Corrupción estructura e institucional 

En la primera semana de noviembre la revista Proceso publicó una investigación de Gabriela Hernández, que señala a José Francisco de la Fuente Flores, como parte de una red de tráfico de migrantes. Cuando de la Fuente Flores fue director del Registro Civil de Puebla, expidió actas de nacimiento simuladas a migrantes chinos. 

La Guardia Nacional fue supuestamente creada para pacificar el país y llevar ante la justicia a los criminales, pero apenas llegó Trump a la presidencia en su primer mandato, presionó al entonces presidente López Obrador para que contuviera a los migrantes, de lo contrario, los productos mexicanos pagarían un 20% de aranceles más a su entrada en Estados Unidos. AMLO cedió y desde entonces la política hacia los migrantes es de contención masiva y militarizada. 

La ayuda a los refugiados 

Según las cifras de la ONU y la COMAR, los solicitantes de asilo, en su mayoría provienen de Honduras, le siguen Cuba, El Salvador, Haití, Venezuela, y Guatemala. Según las cifras oficiales de la ONU (www.unhcr.org) más de 61,800 personas solicitaron asilo en 2024, haciendo de México, uno de los países con más solicitudes en el mundo 

La CBP One  

Estados Unidos lanzó una aplicación desde la cual los migrantes pueden solicitar una cita. Se llama CBP One. Se les pide que llenen un formulario y que envíen sus documentos probatorios. Esto sólo se puede hacer desde México y la aplicación tiene un geolocalizador así que no se puede hacer trampa. 

Esta medida creada en el gobierno de Biden apenas en el 2023 pretende poner orden y control en el flujo migratorio, echándole a perder el negocio a los “polleros”. Si uno obtiene una respuesta positiva, debe presentarse en una de las ocho oficinas que hay a lo largo de la frontera norte. Ahí pueden solicitar una visa humanitaria, no asilo político. Cada caso es estudiado detenidamente y si reciben una respuesta positiva a su solicitud, podrán entrar a Estados Unidos por dos años para continuar con sus trámites migratorios. Las solicitudes se cuentan por decenas de miles. 

La gente espera meses, la aplicación se satura constantemente, pero el peor problema es la desinformación. Por las redes sociales circulan rumores, verdades a medias, mentiras, propaganda y desafortunadamente muchos caen en la trampa. La aplicación CBP One está en inglés, español y creol haitiano. 

Trump presidente por segunda vez 

Nuevamente para Donald Trump, los migrantes y el odio a México fueron los pilares de su campaña presidencial y lo peor es que ganó. Para Trump y sus seguidores los migrantes son criminales que están invadiendo a Estados Unidos. Trump anunció que cerraría las fronteras y hará deportaciones masivas incluso de aquellos que viven legalmente en el país.

 La aplicación CBP One obviamente será clausurada y por estas razones, todo mundo corre tratando de entrar a Estados Unidos antes del lunes 20 de enero, día en que comenzará el manato del xenófobo Donald Trump.

Periodista y socióloga. Autora de Conversación en la Montaña

18 de diciembre de 2024