López Obrador concluye 2021 con liderazgo de estadista
Comunicación Política, Hemeroteca

López Obrador concluye 2021 con liderazgo de estadista

El Presidente Andrés Manuel López Obrador concluye su tercer año de gobierno con alta aprobación entre los ciudadanos, incluso con cifras superiores a las alcanzadas en diciembre de 2018 cuando asumió el cargo con 63.75 de acepta­ción, y tres años después, a finales de noviembre de 2021, el número subió a 66 por ciento de apoyo.

Esa aceptación del mandatario es atípica, ya que lo común es que al tercer año de gobierno comience a bajar el respaldo ciudadano a los presidentes. Los porcentajes obtenidos por los titulares que precedieron a López Obrador así lo indican: en 2006, el entonces panista Felipe Calderón inició su administración con 64 por ciento de respaldo y al tercer año bajó a 62.

Enrique Peña inició el 2012 con 54 por ciento, pero al término de 2015, ya sólo 33 por ciento de la población respaldaba su gestión. Con el actual mandatario, sin embargo, ocurre lo contrario. Este 2021, el Jefe del Ejecutivo terminará su tercer año con casi cuatro puntos porcentuales más, con relación a 2018 cuando tenía 63.75 por ciento de respaldo. Según registros de la encuestadora Mitofsky, publicados por el periódico El Economista, el Presidente ya alcanzó 66 por ciento de apoyo de la población.

Esas mediciones sorprenden aún más cuando este año, ha sido el momento más complicado para todos los gobiernos del mundo probablemente desde la Segunda Guerra Mundial, hace 80 años, por la crisis sanitaria de la COVID-19 y la caída de la economía a escala global. Aunque para el gobierno de la República, las condiciones adversas para enfrentar estos momentos son mayores por el permanente cuestiona­miento de la oposición política –ante el avance de los proyectos gubernamentales-, y los ataques a la administración federal, antes, durante y luego de los comicios del 6 de junio, así como por la constante desacreditación o campañas en contra dirigidas a la gestión lopezobradorista de la mayoría de las empresas periodísticas tradicionales y los medios digitales.

Las cifras más recientes indican que López Obrador sube en aceptación en lugar de bajar, que su carisma, discurso democratizador a favor de los pobres y el combate a la corrupción, continúan sembrando confianza, y por lo tanto apoyo, entre la población. El efecto “teflón” lo mantiene ante los ataques de la débil oposición, se diría en la jerga común.

Quizás el incremento en la popularidad y aceptación del mandatario a finales de noviembre, se originó por la intensa actividad diplomática de su gobierno entre octubre y noviembre: la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) donde se propuso reemplazar en 2022 a la OEA; luego a principios de noviem­bre la participación del Presidente en Naciones Unidas en la reunión del Consejo de Seguridad, al asumir México la presidencia del mismo, y donde presentó su propuesta de un plan mundial para combatir la pobreza (que mereció la simpatía de decenas de gobiernos), además el 18 de noviembre, su cita en Washington con su homólogo Biden y el Primer Ministro canadiense Justin Trudeau, donde arrancó al estadunidense un “trato de iguales”.

Andrés Manuel López Obrador cierra 2021 con buenas cuentas y mejores números, un mandatario que a mitad de su gobierno, ya presume haber aplicado sus proyectos insignia, un político que se perfila a ganar el calificativo de estadista.

1 de diciembre de 2021