El ejército israelí asesinó a siete voluntarios de la organización humanitaria World Central Kitchen (WTK), tres de ellos británicos, una australiana, un polaco, un canadiense y un palestino.
Los siete voluntarios repartían comida para los refugiados palestinos, pero en la noche de lunes sus tres vehículos fueron alcanzados por misiles de Israel matándolos a todos. Después del hecho, WCK al igual que otras organizaciones decidieron suspender el envío de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Medio Oriente indicó que 176 miembros voluntarios han sido asesinados en Gaza. Asimismo, los buques que partieron desde Chipre para entregar suministros a Palestina, regresaron con 240 toneladas de alimentos; esto, después de que la Organización Mundial de la Salud informó de la muerte de 27 niños por desnutrición en Gaza.
Los siete muertos son: Saifeddine Issam Ayad Abutaha, de 25 años; Lalzawmi Zomi Frankcom, de 43; Damian Sobol, de 35; Jacob Flickinger, de 33; John Chapman, de 57; James Henderson, de 33; y James Kirby, de 47.
El primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, se pronunció en contra de lo ataques de Israel y dijo que cada vez se va haciendo más intolerable la guerra, a pesar de que este país es su principal proveedor de armas.
Desde 2008, el gobierno de Gran Bretaña le ha vendido armas a Israel por más de 719 millones de dólares. Es, por ello, que la organización Campaign Against Arms Trade acusó al primer ministro de GB de ser cómplice del asesinato de los siete voluntarios en Gaza, ya que el dron que los impactó fue un Hermes 450.
Después de los ataques perpetrados por Israel, también respondieron Justin Trudeau, primer ministro de Canadá; Pedro Sánchez, presidente de España, el Papa Francisco, así como el secretario general de las Naciones Unidas. Antonio Guterres dijo que esta matanza es el “resultado inevitable de la forma en que se lleva a cabo esta guerra”.
El cocinero español José Andrés, fundador de WCK le respondió a Benjamin Netanyahu al asegurar que no fue ninguna equivocación, sino que es parte de la estrategia del gobierno israelí para reducir al mínimo los esfuerzos para ayudar a Palestina: “no sólo fue un desafortunado error, sino el resultado directo de la política de su gobierno para reducir la ayuda humanitaria a niveles desesperados”.
El fundador de la organización Open Arms, Oscar Camps, condenó el ataque a la organización WCK al señalar que Israel quiere que mueran de inanición los palestinos: “con este ataque, con 200 cooperantes internacionales y 130 periodistas asesinados en Gaza anteriormente, el mensaje es: queremos terminar este genocidio con el hambre, sin testigos y sin ayuda”.
Abraham Pensamiento
