Ana Buendía García*
En un contexto donde las redes sociales han permeado cada aspecto de la vida cotidiana y representan una poderosa herramienta de comunicación, educación y aprendizaje, surge la necesidad de capacitar a los jóvenes para que naveguen en el mundo digital de manera segura, crítica y responsable.
Claramente, las redes sociales cambiaron la forma como interactuamos y son aliadas cruciales para la educación, como sucedió en la pandemia de COVID-19, donde WhatsApp, Facebook y Zoom facilitaron la continuidad de las clases escolares de forma virtual, pero también, el proceso reveló desigualdades en el acceso a la tecnología y la conectividad, en detrimento del aprovechamiento académico de muchos estudiantes.
Por ejemplo, en 2023, la Ciudad de México, Baja California y Quintana Roo registraron los mayores porcentajes de acceso digital, mientras que Guerrero, Oaxaca y Chiapas enfrentaron una brecha tecnológica significativa. Por eso, es prioritario preparar a los estudiantes para aprovechar las oportunidades digitales sin descuidar la protección frente a los riesgos inherentes.
¿Vamos a dejar a nuestros jóvenes desprotegidos ante los peligros de internet como el ciberacoso, la desinformación, la adicción digital y problemas de privacidad? ¡Por supuesto que no! De ahí que en el Congreso de la Ciudad de México propuse una iniciativa que adiciona la fracción cuarta bis al artículo 30 de la Ley General de Educación, incorporando la enseñanza del uso adecuado de redes sociales en el currículo escolar.
La intención es brindar a los estudiantes competencias digitales avanzadas, fomentar el pensamiento crítico frente a la información que consumen, promover la seguridad en línea y el bienestar emocional, así como facilitar el desarrollo de una identidad digital positiva.
Evidentemente, queremos contribuir a la construcción de una ciudadanía digital responsable, que busca preparar a los jóvenes para desenvolverse en áreas como el marketing digital y la gestión de comunidades en línea, impulsando oportunidades laborales y conexiones profesionales. Es una inversión estratégica en el futuro del país porque reconoce el potencial y los desafíos de las redes sociales, y brinda a los estudiantes herramientas para triunfar en un mundo interconectado.
Esta iniciativa seguirá su curso legislativo y está siendo analizada en comisiones, pero confío en que será aprobada, ya que si queremos un México preparado para la era digital, debemos educar a nuestras futuras generaciones desde hoy, al tiempo que la propuesta es una necesidad urgente. Hagamos historia protegiendo a nuestra juventud.
Las redes sociales son herramientas poderosas como el fuego, pueden iluminar y quemar. La educación es la clave para utilizarlas de forma constructiva y si con la instrucción se forma a los ciudadanos responsables, ¿por qué no debería formar ciudadanos digitales responsables también?
Los retos del futuro ya están aquí. Así como enseñamos a los jóvenes educación vial para su seguridad en el tránsito, debemos enseñarles educación digital para su seguridad en línea.
*Presidenta de la Comisión Especial de Atención a Víctimas del Congreso de la Ciudad de México