Recuento de la mendacidad y virulencia prianista
Comunicación, Principales

Recuento de la mendacidad y virulencia prianista

Gerardo Israel Montes

El PAN y el PRI han invertido demasiados años y millones de pesos en buscar desprestigiar políticamente al Presidente Andrés Manuel López Obrador, a través de una constante guerra sucia basada en la mentira, la intriga y el odio extremo, con acusaciones diversas que van desde llamarlo loco a definirlo como populista, autoritario y un dictador que busca destruir las instituciones y dañar la democracia.

Es tan grande su encono en contra del político tabasqueño y el movimiento de la Cuarta Transformación que sus adversarios más contumaces —políticos, empresarios, académicos y periodistas— han encasillado a los militantes y seguidores de Morena, como: feligreses, irracionales, comunistas y “zurdos de mierda”.

Éstas dos últimos señalamientos son usados recurrentemente por personajes recalcitrantes, como Ricardo Salinas Pliego, en clara alineación a las expresiones de odio extremo que utilizan integrantes de la derecha y la ultraderecha internacionales, como el argentino Javier Milei o el español Santiago Abascal, líder de Vox, quienes están irritados por el naufragio del sistema neoliberal que sucumbe ante las políticas progresistas que, con un enfoque de justicia social, se instauran en países de América Latina.

López Obrador ha desmontado durante seis años, la estructura neoliberal que había en México, fortaleciendo las facultades del Estado, rescatando empresas públicas estratégicas para el desarrollo del país, y aplicado políticas sociales en beneficio de las clases marginadas. Todo ello bajo la directriz de lo que definió, el 27 de noviembre de 2022 durante la celebración por los 4 años de su administración, como “Humanismo Mexicano”: una nueva política económica, moral y social, consistente en fomentar el progreso con justicia, con una distribución equitativa del ingreso y la riqueza.

Enfurecidos hasta la locura porque la organización económica que edificaron para el beneficio y privilegios de unos cuantos grupos empresariales y políticos, se está desmoronando, los integrantes de la derecha política y mediática mexicana han respondido con su esencia natural de odio, mentira y violencia verbal, pero llevada al extremo; y, en algunos casos, esbozan sus intenciones de escalar las diferencias políticas al ámbito de la violencia física. Un ejemplo de esta predisposición a la agresividad corporal la representa Marco Levario Turcott, de la revista digital etcétera.

En un video titulado: “Fernández Noroña es un patán de la política y una vergüenza de la Lagunilla”, subido a inicios de febrero pasado a las redes sociales de esta revista afín a la panista Xóchitl Gálvez y a los postulados de odio y violencia de la derecha mexicana, Levario Turcott aprovechó un diferendo suscitado durante un fuerte debate que se dio en el Consejo General del INE entre Gerardo Fernández Noroña y el calderonista Guadalupe Acosta Naranjo, representantes de las coaliciones “Sigamos Haciendo Historia” y “Fuerza y Corazón por México”, respectivamente, para denostar y sobajar al político petista.

Con su clásico fanfarronería, Levario utilizó el hecho de que tanto él como Noroña nacieron en el barrio de la Lagunilla, para acusar al político petista de avergonzar a “nuestro barrio”, por ser un “energúmeno” y un “pájaro nalgón” que sólo habla y habla, pero que después de “múltiples bravuconadas, tú sacatito pa’l conejo”; para enseguida, con su pose de sofista intelectualoide, rememorar a personajes que vivieron en ese barrio, como Rodolfo “El Chango” Casanova “que sí se aventaba un tiro como los buenos luego de haber hecho cualquier bravata, porque lo que se dice con la boca se sostiene con el culo , decíamos también ahí en el propio barrio”.

Incluso Levario recordó a Juventino Rosas “que vivió un tiempo ahí en el Callejón de la Amargura”, sólo para decirle a Noroña que, a pesar de formar parte de ese tipo de personajes, no se encontraba a su altura y creatividad “ni tampoco de la disposición para de a deveras agarrarte a madrazos”.

Ya luego Levario Turcott pasó a la defensa de Xóchitl Gálvez, quien es apoyada por la ultraderecha española, y definió a Noroña como un “patán” por haberse osado a llamar “Frente guango” a la coalición opositora que encabeza la prianista, reiterando que el diputado del PT era “un cobarde de barrio que, a la mera hora, o del debate o de los madrazos, te escurres”.

En la actitud de Levario Turcott se ejemplifica la postura agresiva y la intención de llegar a la confrontación física contra los partidarios de Morena, que han asumido una amplia mayoría de personajes de la derecha mexicana, quienes buscan transmitir sentimientos de ira y odio exacerbado a la ciudadanía que los ve y escucha a través de sus redes sociales o de los medios de comunicación en los que participan, casi en su totalidad al servicio del prianismo.

Lo más contradictorio de la derecha política y mediática mexicana es que, a pesar de que durante años han asumido una postura violenta, acompañada de una estrategia para difundir mentiras y la promoción de campañas de odio, calumnias y difamación en contra de López Obrador y su movimiento, resulta que con total hipocresía acusan al actual primer mandatario de ser el generador de odio y división en el país.

El gen del actual odio prianista

Para aclarar este engaño y entender el sucio modo de operar de la derecha, es oportuno recordar que el origen de las diversas campañas sucias del sector conservador mexicano data del periodo presidencial de Vicente Fox (2000-2006), cuyo patrón de odio y mentiras se ha venido aplicado de forma constante de 2018 a 2024, e intensificándose en este año de proceso electoral.

Durante la administración de Fox, quien se propuso impedir que López Obrador llegara a la presidencia por temor a que éste lo metiera a la cárcel, se organizó un amplio asedió en contra del tabasqueño, entonces jefe de gobierno del Distrito Federal, narrado en su libro ¡Gracias! Por ejemplo, a finales de 2003 se empezó a ventilar el asunto del Paraje San Juan en donde un juez ordenó al gobierno capitalino indemnizar con mil 810 millones de pesos a Enrique Arcipreste del Ábrego, por un terreno que el gobierno había expropiado en Iztapalapa en la época de Carlos Salinas de Gortari.

Este caso llegó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) debido a que el entonces Jefe de Gobierno se negó a pagar tan exorbitante cantidad, se desató una feroz campaña mediática en su contra acusándolo de no respetar el Estado de derecho ni la propiedad privada. Al final, se comprobó que todo se trataba de un fraude en donde participaron, además del propio Arcipreste, funcionarios públicos, jueces y hasta el empresario argentino Carlos Ahumada, vinculado a Rosario Robles y Ramón Sosamontes, y que el Paraje San Juan nunca fue propiedad privada, sino un terreno propiedad de la nación.

“Es decir, tuvieron que darnos la razón, aunque quienes nos atacaron no tuvieron el valor de admitirlo y ofrecer disculpas. Me refiero a ministros de la Corte, periodistas, funcionarios federales, dirigentes de partidos políticos, diputados, senadores, abogados, dirigentes empresariales y otros”, apunta en su libro el Presidente López Obrador.

Durante este periodo, otro elemento de aquella gran embestida en contra del mandatario fue la difusión de los videos en donde aparecen ex perredistas recibiendo dinero del empresario argentino Carlos Ahumada, quien llegó a tener amplias influencias en el PRD, “al grado de ofrecer ayuda económica a precandidatos y candidatos, con el compromiso de que al ganar éstos, él recibiría contratos de obras y cargos públicos para personas recomendadas por él”. Al llegar a la Jefatura de Gobierno, AMLO ordenó a la Contraloría General local investigar todos los contratos otorgados al empresario argentino

Aquella petición, desembocó en una investigación de la Procuraduría en contra de las compañías de Ahumada, que no le gustaron a Ahumada, quien para vengarse entregó a Carlos Salinas de Gortari y a Diego Fernández de Cevallos información y videos sobre actos de corrupción de Gustavo Ponce, quien era secretario de Finanzas del gobierno capitalino, así como de René Bejarano y Carlos Imaz, éstos dos últimos se ven recibiendo dinero del empresario argentino.

Tras darse a conocer dichos videos entre el 1 y 3 de marzo de 2004 en diversos espacios de Televisa, los cuales se repitieron infinidad de veces, López Obrador recuerda que los “autores intelectuales del complot pensaron que me iban a destruir políticamente”, porque el propósito era “envolverme en actos de corrupción y destruir mi autoridad moral […] La embestida propagandística con los videos fue como la prueba de ácido […] Más todavía, estos escándalos se precipitaron precisamente porque nunca acepté componendas con Carlos Ahumada […]”.

Dentro de la estrategia de ataque para frenar a López Obrador, en la administración foxista, en mayo de aquel año, la Procuraduría General de la República solicitó formalmente a la Cámara de Diputados el desafuero del tabasqueño, por el asunto de la expropiación de una franja del predio El Encino en donde se pretendía construir una calle en Santa Fe, lo que motivó que el propietario se amparara. A pesar de que, desde el inicio de su administración, en 2001 se suspendieron los trabajos para darle continuidad a la avenida Vasco de Quiroga, el Ministerio Público, por consigna política, acusó a López Obrador de un delito que nunca cometió y por haber supuestamente violado una suspensión de amparo.

Tras consumarse en la Cámara de Diputados el desafuero, el 7 de abril de 2005, se realizaron manifestaciones civiles en contra de esta decisión política y en apoyo de AMLO. La más significativa fue “La Marcha del Silencio” del 24 de abril, que provocó que Fox diera marcha atrás a sus intenciones de desaforar a AMLO y que en un mensaje televisivo anunciara la renuncia del entonces procurador general de la República, Rafael Macedo de la Concha, porque: “Mi gobierno a nadie impedirá participar en la próxima contienda electoral”.

Aunque recularon en su embestida judicial para dejar fuera de la lucha presidencial a López Obrador, Fox y diversos entes empresariales y mediáticos orquestaron toda una campaña de desprestigio con la consabida frase de que AMLO era “Un peligro para México” y la recurrente cantaleta de que sería un dictador como Hugo Chávez. La historia es conocida: Felipe Calderón ganó la presidencia de México gracias a un fraude electoral y a toda la maquinaria legal, mediática y empresarial que operó durante casi toda la administración foxista en contra de López Obrador.

En 2018 se repite la historia de odio

Ante el hecho de que las preferencias electorales de 2018 colocaban como favorito a AMLO para ganar la elección presidencial, las asechanzas mediáticas desplegadas en el sexenio foxista, se replicaron con igual virulencia antes de la jornada electoral del 1 de julio y posteriormente. En los primeros seis meses de aquel año la propaganda negra opositora volvió a recurrir a la gastada trama de que, con AMLO, México sería igual que Venezuela. Aprovechando que los portales La Patilla y Venezuela al Día publicaron las notas sensacionalistas: “¡Atención México no caigan en el desastre! Aparecen en Venezuela grafitis de López Obrador firmados por el Psuv y PSUV realiza murales en calles venezolanas en apoyo a candidato presidencial mexicano”, varios medios y políticos de derecha retomaron esa noticia falsa para asegurar que AMLO tenía una cercanía con Nicolás Maduro.

Además, una de las primeras señales del fanatismo violento del conservadurismo mexicano, se expresó cuando Google Play y App Store promocionaron una aplicación cuyo propósito era matar a los pejezombies, simpatizantes de AMLO, antes de que emitieran su voto en las casillas electorales y así evitar que el tabasqueño ganara la presidencia. Por aquellos días apareció la página web PejeLeaks.org (publicitada a través pendones por algunas calles de la capital del país, con la imagen de López Obrador, con la dirección electrónica del sitio), que supuestamente buscó documentar y difundir actos de corrupción del candidato de la entonces coalición “Juntos Haremos Historia” y de su círculo más cercano.

El reto empresarial para violar las leyes que prohíben la compra de propaganda electoral también se hizo presente en 2018, cuando la organización Mexicanos Primero produjo y difundió un spot utilizando a menores de edad, quienes personificaron a la candidata y candidatos presidenciales que participaron en aquel proceso electoral. Los menores de edad fijaron una postura en favor de la reforma educativa de Enrique Peña Nieto, con clara intención política de denostar al candidato López Obrador, quien se manifestaba proclive a revertir dicha reforma.

En junio de 2018 proliferaron miles de llamadas a teléfonos fijos y móviles de ciudadanos, donde se mencionaban falsedades en contra de AMLO, difamándolo e influyendo miedo entre los potenciales votantes para inducirlos a no votar por él. De acuerdo con una investigación tardía de la Unidad de lo Contencioso Electoral del INE, las empresas responsables de esas llamadas fueron: Intelphone, Next Contac, TKM Customer Solutions, Focus Investigación y Massive Caller.

Seis años de ataques infundados

A pesar de las recurrentes campañas negras y guerra sucia, éstas ya no influyen en la mayoría del electorado mexicano. Luego de la jornada electoral del 1 de julio de 2018, donde resultó triunfador López Obrador, hasta la fecha, la derecha ha continuado con sus campañas de desinformación, mentiras y difusión de mensajes de odio extremo hacía lo que ellos denominan izquierda resentida y comunistas de mierda.

Durante los recientes seis años, la mendacidad de los medios opositores ha tenido como materia diversos temas: el falaz discurso de la vulneración a la libertad de expresión durante el gobierno de AMLO (una gran mentira al constatar la libertad que han tenido para difamar, calumniar y hasta insultar a la figura presidencial); la supuesta falta de contrapesos en el Congreso federal, lo cual refleja una actitud totalmente antidemocrática al no aceptar que tanto en 2018 como en el 2021, un mayor porcentaje de ciudadanos optó por darle mayoría en el Poder Legislativo a Morena.

Además, del aprovechamiento ruin que le dieron a la pandemia de Covid-19 apostando a que hubiera miles de muertos para culpar al gobierno federal para que la gente votara en contra de Morena, estrategia que resultó fallida ya que una amplia mayoría de mexicanas y mexicanos, volvieron a sufragar votando por los candidatos del partido guinda y sus aliados, tanto en las elecciones para gobernadores como en la elección intermedia federal de 2021 para renovar la Cámara de Diputados.

La campaña de la supuesta alianza “Morena-narcotráfico” ha sido un embuste esencial para afectar electoralmente a Morena, que desde el año 2022 empezaron a maquinar diversos columnistas aliados del antiguo régimen prianista, a quienes se sumaron periodistas especialistas en la impostura, como Carmen Aristegui y Anabel Hernández, quienes durante años, se hicieron pasar como plurales y críticas pero que han terminado por decantarse a favor de la simulación democrática que representan la derecha mexicana, dando credibilidad a personajes como Claudio X. González y su organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad; además de terminar siendo instrumentos de la DEA para golpear a López Obrador.

Los hashtags #NarcoPresidente y #NarcoCandidata intentaron afectar la imagen de AMLO y de Claudia Sheinbaum, la candidata presidencial de Morena-PT-PVEM, lo que muestra el nivel de perversidad y sincronización que hay en la derecha política y mediática mexicana, donde se sigue apostando a la calumnia, la mentira y la distorsión informativa como métodos “democráticos”.

Con ello buscan recuperar el poder y los privilegios perdidos y reinstaurar la concepción tecnócrata y neoliberal para debilitar al Estado y dejar que las fuerzas de mercado; la falsa competencia; y los actos de corrupción dominen la economía en beneficio de unos cuantos potentados y en perjuicio de la mayoría de mexicanas y mexicanos. En esta campaña de desprestigio, se han invertido millones de dólares, aunque ha pasado desapercibida para las autoridades electorales.

Periodista y analista

20 de junio de 2024