Durante las celebraciones decembrinas que en un lado del mundo llenaron de alegría y esperanza a los hogares, en otro lado, millones de personas no tuvieron nada que celebrar debido a la violencia, el hambre y la falta de esperanza. Tal y como sucede en la Franja de Gaza, donde, según la ONU, muere un niño cada hora debido a la invasión que Israel está llevando a cabo sobre el territorio.
El día de navidad el ejército israelí atacó a un grupo de periodistas de la cadena de televisión Al Quds que se encontraban junto al hospital Al Awda en la ciudad de Nuseirat en el centro de Gaza, tras el ataque, los servicios de inteligencia de Israel acusaron a los reporteros de ser miembros de la Yihad islámica, no obstante, este grupo se deslindó de que fueran miembros y señaló a Israel de atacar a reporteros en un hospital lleno de civiles heridos.
Mientras Israel cometía este ataque, en el norte de la franja de Gaza ordenó la evacuación del hospital indonesio, lo que obligó a que cientos de personas heridas debieran ir a pie por kilómetros hasta otro centro médico.
Por otro lado, una historia que ha dado la vuelta al mundo es la de la pequeña Sila, una bebé de apenas tres semanas de nacida que murió de frio en un campo de refugiados a pesar de los esfuerzos de su padre por mantenerla caliente.
Israel reportó que los días 24 y 25 de diciembre abatió a 59 personas “sospechosas de ser terroristas”, mientras que los niños gazatíes deben buscar comida entre los escombros de los edificios. Mientras otros comían pavo y abrían sus regalos llenos de esperanza.
Por estos ataques, Israel y Hamas han intercambiado culpas, acusándose de ser los culpables de no lograr un alto al fuego, y desde el inicio de la guerra se tiene registro de 14,500 niños asesinados y tras el ataque del hospital Al Awda van 141 informadores que pierden la vida por los ataques, según agencias internacionales.
Gilberto Barrera