Las escritoras Elena Poniatowska y Sara Uribe, y la abogada feminista Leticia Bonifaz se reunieron para evocar la obra de la periodista, novelista y poeta chiapaneca Rosario Castellanos, como parte de las conmemoraciones por los 100 años de su natalicio.
En el conversatorio Rosario Castellanos: Mujer de palabras y miradas, las participantes recordaron que esta figura de la literatura mexicana ejerció una crítica constante contra la discriminación, la desigualdad y la opresión de género, y que también destacó por sus ideas de justicia social, características que la hicieron una mujer memorable.
Las también admiradoras de Castellanos charlaron ante el público presente en la Sala Manuel M. Ponce, del Palacio de Bellas Artes, sobre las cualidades personales y literarias de la autora, que dejaron un gran legado y la posicionaron como una de las plumas más influyentes del siglo XX.
Poniatowska dijo que Castellanos fue una mujer cotidiana y llena de desatinos que ella misma trataba de ocultar: “Siempre ironizaba sobre sí misma y prefería mil veces más contar sus errores que hablar de sus aciertos. Nunca habló de sí misma en serio. No es que Rosario se lo hubiera prohibido, pero nunca quiso emular a Simone de Beauvoir”.
La autora de La noche de Tlatelolco reveló además algunos detalles de Castellanos sobre su actitud ante la vida, la cual “fue de modestia, de creer que los demás tenían la razón. Ella andaba por la vida buscando a quién ofrecer esa flor, ese cariño, ese poema, esa admiración que tenía… Rosario era un ser humano que daba”.

Por su parte, la también ensayista Leticia Bonifaz destacó la visión feminista de Castellanos y reflexionó sobre su etapa como embajadora de México en Israel: “Rosario siempre mantuvo la perspectiva de género y su mirada aguda, casi periscópica para describir lo que ocurría a su alrededor. Cuando llegó a la embajada (entre 1971 y 1974), sólo había cuatro mujeres más en cargos similares… Ella relató cómo se vive la diplomacia desde una visión feminista, algo poco común en ese tiempo”.
En tanto, Sara Uribe, autora de Rosario Castellanos. Materia que arde, recordó las diferentes obras y el impacto que tuvieron en escritoras posteriores, como El eterno femenino, Balún Canán y Los convidados de agosto.
“Cada vez que una entra a leer a Castellanos, la vida cambia. La literatura de Rosario es ese tipo de viaje del que no se regresa igual, del que no se sale indemne. Tanto para las adolescentes como para las mujeres adultas, a 100 años de su natalicio, su voz sigue viva, con más lectoras que la descubren y no imaginan aún cómo sus vidas cambiarán al encontrarse con ella”, subrayó Uribe.
Itzel Cruz