Diego Ríos
Ante las recientes publicaciones del periodista Carlos Loret de Mola en su portal Latin Us, donde se acusa al presidente Andrés Manuel López Obrador de llevar las obras de su gobierno al sureste del país para “aumentar la plusvalía de la zona” donde tiene su “rancho”. Esta mañana el jefe del Ejecutivo dijo que Loret de Mola es muy deshonesto tanto en lo intelectual como en lo económico.
“Hace unos días les comentaba yo que uno de estos periodistas -que son muy deshonestos, no sólo en lo económico, sino también en lo intelectual- decía que el Tren Maya se estaba haciendo para que la casa que tengo y que, por cierto, ya no es mía, es de mis hijos, que son 12 mil metros cuadrados, una casa que me heredaron mis padres, una quinta, porque a cada hermano nos dieron una hectárea, tenía mi papá ahí seis hectáreas y a cada uno nos tocó, pues una porción, y a mí me tocó, por ser el mayor, no sólo el terreno, sino la casa donde ellos vivían. Ya mi madre tenía sembrados árboles y demás, y yo he seguido sembrando”, señaló el Presidente.
En el reportaje de Loret de Mola, se habla de un sitio con cascadas, dotado de 34 mil metros cuadrados de arboles maderables de caoba, “un área natural privilegiada” que tiene incluso pozas cristalinas. Loret de Mola va más a fondo en su posverdad, pues compara al presidente López Obrador con los empresarios que compraron los terrenos aledaños al extinto aeropuerto de Texcoco ante el aumento de la plusvalía en dichas tierras.
A todo esto, el Presidente le respondió a Loret de Mola que estaba dispuesto a cambiar la plusvalía de su propiedad por la del departamento de Loret de Mola en Miami, Estados Unidos.
“Este periodista, Loret de Mola, dice que todo lo que se está haciendo en el sureste, o el Tren Maya, es porque yo quiero que suba de valor mi propiedad, que me beneficio con la plusvalía. Estoy a punto de decirle: Bueno, a ver, te cambio la plusvalía que va a tener el terreno por tu departamento en Estados Unidos”.
López Obrador dijo que periodistas como Loret de Mola no alcanzan a comprender que hay personas con “convicciones, que no se venden y que no tienen precio”. Al tiempo que recordó que él lleva décadas sin tener una tarjeta de crédito, “nada, nada; ahora es porque me pagan y mi esposa cobra mi sueldo”, indicó.
El Presidente ahondó sobre los valores del “México profundo”, de cual aseguro “existe y en él hay un pueblo bueno, noble, honesto. Entonces no pudieron eclipsar todo, no pudieron hacer valer en lo cotidiano aquello de que la moral es un árbol que da moras y que sirve para nada, no pudieron. Hay en nuestro pueblo una actitud y una forma de ser apegada a la moral.
Por eso están como extrañados, sorprendidos con la decisión que hemos tomado de desterrar la corrupción: ‘¿Cómo es esto?’ Muchos hasta llegan a pensar que es discurso, que es demagogia y por eso me buscan, a ver dónde están los negocios. Pues no van a encontrar nada”, refrendó el presidente López Obrador.
