Las “Mañaneras” deben continuar; instrumento para combatir a la prensa prianista
Comunicación Política, Principales

Las “Mañaneras” deben continuar; instrumento para combatir a la prensa prianista

Gerardo Israel Montes

En el contexto del amplio triunfo de Claudia Sheinbaum Pardo, algunos representantes de la apabullada oposición mediática mexicana, iniciaron una escasa autocrítica sobre el desempeño informativo, y ¿periodístico?, que emprendieron durante el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Periodistas y analistas comenzaron a especular sobre el modelo de comunicación que desarrollará la próxima presidenta de México, insistiendo vehementemente en sugerir la cancelación de las conferencias “Mañaneras” instauradas por el político tabasqueño.

Algo entendible para aquellos comunicadores frustrados porque las “Mañaneras” han sido realmente un valladar, un contrapeso a la manipulación informativa por su permanente estrategia de difundir noticias falsas, calumnias y mentiras, cuyo propósito fue y es, minar electoralmente a la alianza encabezada por Morena y alentar el voto a favor de la alianza que conformaron PAN, PRI y PRD, partidos a los que se alinearon y llegaron a entendimientos comerciales e informativos.

La derecha mediática opositora que aborrece a AMLO y lo acusa de atentar contra la libertad de expresión, “insultar” y “agredir” a los supuestos “periodistas críticos” (quienes, durante años lo insultaron, injuriaron y difamaron), se equivoca al intentar convencer a la ciudadanía de que el mayor mal de este país es el mandatario de México y su movimiento político.

La realidad es que la amplia mayoría de mexicanas y mexicanos conoce cómo operan las tradicionales empresas de la comunicación y sus vetustos comunicadores y analistas. Sorprenden cómo los comunicadores afines al PAN se autoengañan y son proclives a la mentira y la deshonestidad al momento de informar. Un ejemplo de ellos es Luis Cárdenas, conductor de noticias en MVS y colaborador de El Universal, periódico en donde el pasado 27 de junio publicó su colaboración: Debemos repensarnos como periodistas y medios. ¡Así no servimos! En ese texto que en apariencia pretendió ser autocrítico de la labor “periodística” (evidentemente de los comunicadores alineados a la derecha mexicana), pero sin reconocer sus intereses políticos y su estrategia para desinformar y pretender manipular a las personas; por el contrario, de forma cínica, aseguró: “El periodismo está cumpliendo cabalmente su labor de informar lo que está mal. Sí, es crítico e incómodo, no miente, no inventa, no exagera, pero con todo y la rigurosidad que caracteriza a nuestro oficio tenemos un problema brutal: a pocas personas termina por importar”.

Una de las características de los informadores del panismo es el descaro para decir lo contrario a lo que realmente hacen. La afirmación de Luis Cárdenas en torno a que, lo que concibe como periodismo, está cumpliendo cabalmente con su misión, es una gran falacia, ya que desde el inicio de la actual administración federal los medios del antiguo régimen sí han tenido rigurosidad, pero para producir noticias falsas y exagerar sus bulos y el odio que profesan hacia el político tabasqueño.

Para el conductor de MVS, su concepción de periodismo es esa serie de reportajes basados en el espionaje político que, con el título de “El Clan”, expusieron supuestos actos de corrupción en los que estarían involucrados los hijos del Presidente, información que fue transmitida por el “periodista”, fabricador de montajes y transmisión de torturas en vivo, Carlos Loret de Mola, a través de la plataforma Latinus, propiedad de la familia de Roberto Madrazo, uno de los personajes más corruptos de la política mexicana.

Sin embargo, en el referido texto, se aprecia el verdadero trasfondo de la reflexión de Luis Cárdenas: su frustración por el triunfo presidencial de Sheinbaum y de Morena, además del odio exacerbado hacia López Obrador (que se evidencia en todas sus colaboraciones en El Universal, en las cuales siempre termina contando los días que faltan para el término de la gestión de AMLO, como una forma de hacer ver a sus lectores que México vive un infierno).

Es revelador cuando exclama: “¡Ganaron todo! ¡Es que sabíamos que Sheinbaum ganaría, pero no con ese margen! […] Expresiones del estilo que brotan en la industria que se dedica a las noticias dan cuenta de nuestra desconexión con la realidad que se traduce en algo mucho más grave: la desconexión con nuestras audiencias […] Entonces ¿por qué pasa ahora?, ¿por qué hemos perdido credibilidad los medios tradicionales?, ¿por qué tiene más peso la voz de un político populista que miente con descaro?”

La deshonestidad de Cárdenas no tiene límites. No es que los medios de derecha a los que pertenece estén desconectados de la realidad; la verdad es que, pesar de la distorsión informativa que impulsaron, no pudieron lograr su objetivo de afectar electoralmente a Morena y a su candidata. Y cuando se pregunta con desfachatez por qué los medios a los que pertenece han perdido credibilidad, la respuesta es obvia y él mismo la conoce, aunque busque ocultarla: porque mienten y porque más que periodistas son comunicadores y especialistas en relaciones públicas al servicio del prianismo neoliberal que naufraga.

La razón del fracaso de la guerra sucia, las campañas de odio y la difusión de mentiras que aplicaron en contra de López Obrador, Morena y su candidata presidencial Claudia Sheinbaum, es precisamente la incredulidad ciudadana en lo que difunden los medios y sus comunicadores y publicistas camuflajeados de periodistas al servicio de la derecha mexicana, desconfianza que, si bien viene de décadas atrás, durante los últimos años se ha acentuado y confirmado en diversas encuestas.

Una de ellas es la Encuesta Nacional de Cultura Cívica (ENCUCI) 2020, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en colaboración con el Instituto Nacional Electoral (INE), en la cual, en su apartado de “Confianza en grupos sociales”, arrojó que sólo un 11.6 por ciento de la población de 15 años y más tiene mucha confianza en los medios de comunicación; contra un 36% que les tiene algo de confianza; un 35.7 por ciento que les tiene poca confianza y un 15.6 por ciento que les tiene nada de confianza.

Sin duda, la política de comunicación diseñada por Morena como partido político y la realización de las conferencias matutinas del presidente de la República, han contribuido en mucho para contrarrestar la sarta de mentiras de la prensa opositora. Muchos de los críticos de la comunicación política aplicada por AMLO, omiten señalar que la elaboración de dicha comunicación tiene fundamento en los documentos y principios del partido que fundó, los cuales tienen como sustento años y años de agresiones, difamaciones, insultos y mentiras por parte de los medios y comunicadores prianistas en contra del político tabasqueño y su movimiento.

En la “Declaración de Principios de Morena” se da cuenta, por ejemplo, que el Estado mafioso construido por el PRI y el PAN junto con la minoría que concentra el poder económico en México, como disponían del presupuesto público, utilizaron a los medios de comunicación, principalmente a la televisión, “como su principal herramienta de control y manipulación de los ciudadanos…

Además, “… entre los principios éticos y valores humanos defendidos por los morenistas, se estableció de manera activa contrarrestar “toda la propaganda manipuladora” y luchar “por hacer valer el derecho a la información veraz”, para lo cual se consideró como ideal que: “Cada mujer y cada hombre de MORENA, se conviertan en un medio de comunicación para informar al pueblo y lograr la participación de los ciudadanos. En esta tarea es fundamental la democratización de los medios de comunicación y el despliegue de medios propios”.

Balance positivo

El balance de las “Mañaneras” ha sido en positivo, porque han cumplido con el propósito de informar las políticas y programas del gobierno federal.

Son instrumentos de transparencia y rendición de cuentas y contrarrestan las constantes campañas de desinformación y mentiras que durante el sexenio ha promovido la oposición mediática.

Durante esas conferencias AMLO ha ejercido su derecho de réplica y exhibido la actuación tendenciosa de periodistas y empresas mediáticas al servicio del antiguo régimen: El Universal y su director, Juan Francisco Ealy Ortiz; Televisa; Grupo Fórmula; Ciro Gómez Leyva; Carmen Aristegui; Denise Dresser; Héctor Aguilar Camín; Joaquín López Dóriga, “el teacher” del chayoterismo; Carlos Loret de Mola, Víctor Trujillo y su personaje vulgar y calumniador “Brozo” que lanza insultos y groserías a la figura presidencial. Todos ellos, y muchos otros, estaban muy a gusto con los gobiernos prianistas. Simulaban una pretendida libertad de expresión a cambio de canonjías, chayos, espacios en múltiples medios, fama y prestigio.

Al ver el desafío que representaban las “Mañaneras” en términos de imponer la agenda mediática, a la par que neutralizaban y evidenciaban la estrategia de desinformación, los periodistas conservadores comenzaron a descalificar las conferencias matutinas repitiendo sincronizadamente que eran el “púlpito” desde el cual AMLO agredía a los “periodistas críticos”.

Con una alarmante frecuencia la puesta en escena del gobierno matutino, conocida popularmente como “la mañanera”, ha ido derivando en un tribunal cotidiano, un ejercicio impune para denostar (El púlpito y el patíbulo. Rafael Cárdona. La Crónica, 24/08/22).

“Y otra vez, otra vez desde el púlpito de Palacio Nacional , con todos los recursos del gobierno a su servicio, el presidente López Obrador atacando el prestigio […] de una periodista […] Y qué fue lo que hizo Carmen Aristegui: entrevistar a (Francisco) Labastida”, vociferó con su característico estilo iracundo Ciro Gómez Leyva durante su programa en Grupo Fórmula del 3 de junio de 2022, como respuesta a la crítica que AMLO hizo a la entrevista que con tintes electorales Aristegui realizó, días antes de las elecciones de aquel año, al político sinaloense, en la cual se insinuó, sin prueba alguna, que había un supuesto pacto entre Morena y el narcotráfico.

Lo irrisorio de la defensa hecha por Gómez Leyva al “prestigio” de Aristegui, es que dejó de ver su contradicción personal, porque que en septiembre de 2020 él mismo se arropó la facultad de descalificar la labor periodística de Aristegui, cuando definió como una fake news el reportaje que 7 años atrás el equipo de Aristegui difundió en MVS, en torno a la red de prostitución y trata de personas que tejió Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, ex presidente del PRI de la Ciudad de México.

Aristegui le respondió a Gómez Leyva diciéndole que era un periodista que “se ha hundido en el fango y no quiere salir, sino que quiere seguirse hundiendo en este fango y no sabemos por qué razones. Ha dicho que esta investigación es una fake news. Miente, miente y miente, por los cuatro costados”.

Este episodio demuestra que Aristegui coincide en algo con López Obrador: que Ciro Gómez Leyva es un mentiroso. Lamentablemente la periodista ya se asemejó al conductor de Grupo Fórmula. Fue una de las principales propagadoras y especuladoras del supuesto pacto Morena-narcotráfico.

La falsedad de Estrada Straffon

Durante los primeros años del gobierno de López Obrador, la oposición mediática descalificó las conferencias matutinas utilizando un estudio sin rigor metodológico realizado por la consultora SPIN-Taller de Comunicación Política, encabezada por Luis Estrada Straffon, exfuncionario en la Secretaría de Gobernación durante el gobierno de Felipe Calderón.

En los primeros análisis de esta consultora –retomados por la mayoría de los medios opositores–, se aseguró que las “Mañaneras” tenían poco impacto mediático en la opinión pública. Posteriormente, cuando era evidente la relevancia de las conferencias presidenciales para marcar la agenda mediática, en las infografías de SPIN, se destacó el número de veces en que supuestamente AMLO mentía, pero sin aclarar nunca en qué temas específicos falseaba el político tabasqueño.

La intencionalidad política de los estudios falsarios de SPIN quedó exhibida a finales de enero de este 2024, cuando la entonces candidata opositora Xóchitl Gálvez, utilizó sus datos para repetir como autómata -al igual que medios opositores-, que durante su gobierno López Obrador había dicho 130 mil mentiras, afirmaciones falsas y engañosas. Un total de 103 supuestas mentiras diarias que se habían dicho en las “Mañaneras”; pero al igual que el dueño de SPIN, no mencionó cuáles eran esas falsedades

Quién es quién en las mentiras

A diferencia de SPIN, la sección Quién es quién en las mentiras de la semana, segmento de las “Mañaneras” trasmitido los miércoles desde el 30 de junio de 2021 por Elizabeth García Vilchis, se expone cómo periodistas y empresas y opinólogos difunden información tendenciosa, inexacta o falsa. Si bien esta sección de las “Mañaneras” no ha estado exenta de errores y polémicas, ha sido valiosa para desmenuzar el “nado sincronizado” de mentiras de la prensa opositora.

Ante la exhibición de sus embustes, esos comunicadores del viejo régimen sólo tuvieron como respuesta atacar a Vilchis. Una insidiosa y falsa “periodista”, escribió el 2 de julio de 2021 en Milenio el intrigante Carlos Marín, quien consideró que el “tribunal para juzgar y condenar” lo que en Presidencia consideraban “mentiras” configuraba un abuso de poder que ponían en peligro físico a quienes “son echados a la hoguera pública”.

En este tenor, el 25 de agosto de 2021, en el periódico El Universal, Ana Paula Ordorica escribió “Los miércoles y las mentiras”, donde descalificó el ejercicio de exhibir las mentiras recurrentes de los medios de comunicación acusando a Vilchis por demostrar “poca preparación e improvisación”, a la par de criticar a AMLO por impulsar un análisis semanal de las mentiras mediáticas, ya que ello evidenciaba que en lugar de mostrar los logros de su gobierno, tenía que “atacar a los medios para justificar sus fracasos”; evidentemente la comunicadora no emitió ninguna crítica al fenómeno de las noticias falsas.

Cayendo en el auto engaño y mintiendo sobre los verdaderos impactos de las “Mañaneras”, otros comunicadores han asegurado que han perdido eficacia: “Las “Mañaneras” tocan a su fin, no solo porque desaparecerán en octubre, al terminar la Presidencia de su inventor, sino porque las realidades de fin del sexenio agotaron su tiempo de ser otra cosa […]

Las “Mañaneras” explican en buena medida la realidad esquizofrénica que las encuestas han registrado persistentemente en el actual gobierno: una aprobación alta para el Presidente y baja para su gobierno”, aseguró un esquizofrénico Héctor Aguilar Camín en su artículo: “Las mañaneras y la sucesión de Estado” (Milenio 11/01/24).

La realidad es con el paso del sexenio quedó demostrado que las conferencias “Mañaneras”, su configuración y todo el contenido que difunde, ganaron la batalla a la estrategia de desinformación y noticias falsas que pusieron en marcha los grandes medios electrónicos, impresos y digitales del viejo régimen, poniendo en jaque su estructura informativa.

Ante la importancia de mantener una comunicación directa con el pueblo en su conferencia matutina del 14 de junio, luego señalar que “aún con el bombardeo de mentiras, pues la gente se informa y sabe y recuerda la política pillaje del PRIAN, López Obrador dijo: seguramente la presidenta electa, una vez que asuma el cargo, seguirá informando, “porque si no pues la autoridad se debilita”, debido a que hay “quienes apuestan con el uso de los medios a que el gobierno se mantenga débil…

…Porque así ellos llegan, entre comillas, en auxilio al gobierno, nada más que venden muy caro ese salvavidas” porque son medios “que no están estrictamente en manos de periodistas, los directores, los dueños, los editores, no, son empresas, que además son filiales de otras o forman parte de un corporativo en donde el medio no es el negocio principal, el medio es el instrumento para el chantaje”.

A finales de julio, la presidenta electa Sheinbaum Pardo dijo haber solicitado una encuesta para conocer la opinión de la población sobre las conferencias matutinas. Ojalá el resultado sea positivo para que se mantenga un mecanismo de información que contrarreste la consigna que seguirán asumiendo los medios y periodistas de la derecha: mentir.

Periodista y analista

@GerardoIMontes

16 de agosto de 2024