La industria de las fake news: #TelevisaLeaks
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La industria de las fake news: #TelevisaLeaks

Luis Ángel Hurtado Razo

La periodista Carmen Aristegui, anunció el 27 de abril en su noticiero Aristegui Noticias que había recibido meses atrás 5 terabytes de información, que luego de ser desagregada se encontraron documentos, videos, textos, audios, imágenes y mensajes enviados por redes socio-digitales, con los que se construyeron narrativas falsas de desprestigio y golpeteo mediático en contra de adversarios de la empresa Televisa o para favorecer intereses políticos y económicos, según el exempleado de Televisa, German Gómez, autor de la filtración a la periodista.

Según los documentos filtrados por Gómez, las campañas clandestinas fueron producidas desde una oficina ubicada al pie de la antena de Televisa, en avenida Chapultepec, llamada “El Palomar”, dirigida por Javier Tejado Dondé –vicepresidente de la Oficina de Información de Televisa–, y articulista de El Universal.

Desde “El Palomar” se ofrecía servicio a políticos y empresarios que estuvieran dispuestos a pagarlo. Las narrativas no sólo eran de ataques sino también para potencializar la imagen pública de sus clientes y con ello deteriorar la imagen de sus adversarios.

Industria de las fake news

El surgimiento de lo que he llamado la industria de las fake news, obedece a una lógica de mercado, oferta y demanda, que opera como cualquier industria, ofreciendo productos en este caso noticias falsas. Esta industria no respeta reglas, lo único que le importa es obtener recursos económicos a partir de la construcción de la mentira digital. Y como toda industria, está en constante competencia, distintas empresas ofrecen el mismo producto.

Esta industria parte de la desinformación y recurre a contratar a especialistas para obtener los mejores resultados.

Así se trabajaba en “El Palomar”, ahora se sabe de acuerdo con aquella filtración y el trabajo informativo del portal Aristegui Noticias. Su método se ajusta a la perfección a las características de las fake news, construyendo falsedades a cambio de pagos por el servicio producido.

Los reportajes de Aristegui Noticias también demuestran la incorporación de profesionales que participaron en la construcción de cientos de aquellas mentiras entre 2017 hasta 2024. Profesionales de la producción de televisión, periodistas, cineastas e inclusive personas especialistas en redes sociales, marketing digital, informática, programación y por supuesto en inteligencia artificial, sin contar a los especialistas en política, derecho, a los que recurrían para construir sus falsedades.

El modelo de “El Palomar” se volvió muy rentable para Televisa, pero no sólo en el tema económico, también en el ámbito político, porque le permitió relacionarse con actores clave del gobierno de la Cuarta Transformación como el entonces senador de la República, Ricardo Monreal, y del ministro Arturo Zaldívar, quien después llegó a ser presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación apoyado por la empresa de Emilio Azcárraga.

Un punto importante de la industria de la falsedad informativa, es que esta no está casada con una ideología política, porque su intención es el negocio más que alguna cercanía a una ideología política. Ofrecen sus servicios al mejor postor, al que son leales, pero si el recurso se acaba, esta misma industria puede ser contratada u ofrecerá sus servicios a los adversarios que los contrató primero.

La industria de las noticias falsas es en pocas palabras, un ente mercenario. Lo es porque como se desarrolla en el anonimato y la clandestinidad. Es difícil saber quién o quiénes fueron los responsables de la generación de tal contenido, este hecho les permite arrojar la piedra y ocultar la mano.

Al ser una industria que no está regulada, le permite desarrollarse sin preocupación de una sanción políticolegal de por medio. La única posible sanción que pudiera en determinado momento recibir es la descalificación ciudadana. Sin embargo, esto no le impedirá a seguir operando.

Estos elementos propiciaron que esta industria creciera aceleradamente durante el 2021, en medio de la pandemia por Covid-19, generando ingresos superiores a los 100 mil millones de dólares sólo en los Estados Unidos, según información del periódico The New York Times del 10 de enero de 2022.

Los reportajes presentados por Aristegui Noticias sobre “Televisa Leaks” son de un altísimo valor periodístico, porque desenmascara una red de tantas que existen en México y describe a la perfección cómo operó por más de 7 años este espacio, el cual, a diferencia de otros casos similares, fue exitoso.

No fue el caso de la “Operación Berlín” (documentado por la revista Proceso y el portal de noticias Eje Central), espacio que se desarrolló y operó cientos de fake news durante las elecciones presidenciales de 2018 en México. Casi todos en contra del entonces líder de las encuestas, el candidato de la Coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador.

Este espacio carecía de profesionalismo y construía falsedades a partir de ocurrencias o improvisación, dejando de lado la planeación y rigurosidad que actualmente tienen los centros degeneración de fake news que existen en distintas partes de México y el mundo. No vieron en su actividad falsaria un producto o negocio, sino una herramienta para desprestigiar a un político, a diferencia de lo que se gestó y desarrolló en “El Palomar”.

Por ello, es de suma importancia las aportaciones que ha hecho Aristegui Noticias, porque dejan ver las entrañas de cómo opera la industria de las fake news en nuestro país, y cómo estas pueden en determinado momento estar hospedadas nada más y nada menos que en la televisora más importante de habla hispana del mundo.

Esas revelaciones nos dejan ver que la apuesta para varios medios de comunicación tal vez ya no sea la construcción de información verdadera, sino más bien la construcción de la mentira digital. Los mensajes y la producción falsa de Televisa desde “El Palomar”, posiblemente podría ser el negocio de algunos medios de comunicación que atraviesen crisis económica.

Podría estar en riesgo la industria de los medios de comunicación y por ende la apuesta por seguir construyendo la verdad informativa, pilar fundamental de las democracias liberales en la actualidad.

Desinfomación y fake news

Aunque “El Palomar”, no era como tal una fábrica de desinformación, porque una de las principales características de ésta es su interés político. Ante ello los únicos que pueden construir desinformación son los gobiernos, porque a diferencia de las murmuraciones, chismes y rumores, la desinformación es una mentira práctica y profesional, que requiere de personas especializadas en diferentes disciplinas para construirse, periodistas, politólogos, economistas. Para construir el arco narrativo de cada desinformación se requiere de expertos en la especialidad. Si es una desinformación sobre temas de salud, se emplean a médicos. La desinformación también es práctica, dicho de otra forma, no sólo se queda en la mentira narrada, porque para lograr una mayor persuasión se requiere la construcción real de lo que se sustenta: si se dice que se construye el puente más largo del mundo, entonces se presenta un puente que a lo mejor no es el más largo del mundo, pero en los dichos sí lo será. A diferencia de los rumores y chismes que se quedan sólo en la construcción de la mentira discursiva.

 Ante ello, los gobiernos son los únicos que tienen los medios económicos y políticos que pueden construir desinformación, y para eso utilizan a los medios de comunicación tradicionales para su propagación (prensa, radio y televisión). La desinformación es una herramienta de la política que se emplea para mantener el poder o para acceder al poder, su fin en estricto sentido es completamente político.

Las fake news tienen un propósito meramente económico, atienden necesidades de aquellos que los contratan, mientras que quienes construyen desinformación lo hacen con la clara visión de que ésta sirve a un fin político. La mentira cambia entre desinformación y noticia falsa. La primera la ve como un recurso mientras que la segunda como una mercancía o producto.

*Académico de la FCPyS de la UNAM y analista. Autor del libro: Fake News: El enemigo silencioso. @LuisHurRa

15 de junio de 2025