Ricardo Martínez Martínez*
San Salvador, El Salvador.- En un contexto de violencia y resistencia, las voces que claman por la paz se multiplican en todo el planeta. La causa palestina, con más de siete décadas de historia bajo ocupación y desplazamiento, ha vuelto a encenderse con nuevas formas de protesta pacífica y solidaridad global. En entrevista con Siman Koury, miembro de la Unión Palestina de Latinoamérica (UPL) y presidente de la Asociación Salvadoreña Palestina (ASP), se abordan las dimensiones históricas y actuales de esta lucha.
La barbarie de ayer y hoy
En el único museo en Latinoamérica sobre la historia del pueblo palestino, fundado en noviembre de 2024 en el Club Árabe de San Salvador, se resguardan testimonios de la vida cotidiana, las tradiciones palestinas y además se visibilizan las luchas políticas y sociales por la autodeterminación y lucha de liberación. En esta perspectiva, Siman Koury sostuvo en entrevista con Zócalo: “Estamos viviendo un tiempo de barbarie con la ocupación israelí en Gaza, un salvajismo como hace diez siglos, cuando se registraron guerras de intervención y ocupaciones en territorios palestinos.”
El paralelismo no es casual: en la historia medieval, las Cruzadas (1096-1291) significaron la ocupación militar de Tierra Santa por parte de fuerzas extranjeras. Hoy, asegura Koury, el pueblo palestino revive esa experiencia de asedio, con la diferencia de que ahora es el Estado israelí quien impone bloqueos, bombardeos y colonización en la Franja de Gaza y Cisjordania.
Durante los dos últimos años, la guerra de ocupación se intensificó con el fin de que Israel tome el control de los territorios palestinos y expulse a la población con una “guerra integral” que se compone de la desinformación mediática, afectación psicológica, detenciones, desapariciones de personas y ataques militares masivos con armas tecnológicas de última generación.
“El pueblo palestino resiste con voluntad y convicción de la justeza de su lucha”, indicó Koury. La resistencia palestina no es nueva. Desde la creación del Estado de Israel en 1948 -la llamada Nakba o “catástrofe”, que expulsó a más de 700 mil palestinos de sus tierras-, los movimientos de liberación han mantenido una lucha constante.
En la actualidad, explica Koury, esa resistencia se articula en frentes políticos y sociales como el Frente Popular para la Liberación de Palestina y el Frente Democrático, que han sostenido una lucha tanto armada como diplomática. “En los últimos dos años”, añade, “el pueblo palestino ha demostrado una tenaz resistencia, sin que Israel y sus aliados logren quebrantar su moral”.
La iniciativa de lucha pacífica también ha sido un componente vital. La Unión Palestina en Latinoamérica convocó recientemente a una huelga de hambre mundial, un gesto con gran simbolismo histórico. Desde Gandhi en la India colonial hasta las huelgas en Irlanda del Norte en los años ochenta, esta forma de protesta ha sido un recurso extremo para visibilizar el dolor de pueblos oprimidos.
Las movilizaciones actuales no se limitan a Medio Oriente: “en Sídney, Australia, 100 mil personas salieron a las calles; en París, Francia, 200 mil; en Ciudad de México, 100 mil; y en toda América Latina se replicaron actos masivos de solidaridad.”
Sin embargo, no todos los actores internacionales responden con la misma firmeza. “Lamento la tibia reacción de algunos países árabes en el Golfo Pérsico”, dijo Koury, “dictaduras genuflexas al poder occidental que evitan tomar medidas contra Israel”, apuntó. Este señalamiento recuerda la fractura del mundo árabe tras los Acuerdos de Camp David (1978) y los posteriores tratados de normalización con Israel, donde la causa palestina fue relegada en favor de intereses económicos y estratégicos con Estados Unidos y Europa. Mientras tanto, el saldo humano sigue creciendo: 20 mil niños palestinos han muerto en los últimos dos años en los territorios ocupados.
La Flotilla Global Sumud: romper el cerco
La huelga de hambre y la Flotilla Global no son hechos aislados, sino parte de una tradición histórica de resistencia civil frente al poder militar. En tiempos donde los gobiernos callan, la solidaridad de los pueblos mantiene viva la esperanza, indicó.
La respuesta civil ha encontrado un símbolo en la Flotilla Global Sumud, integrada por 70 barcos de 44 países. Esta acción remite a la primera Flotilla de la Libertad (2010), cuando activistas internacionales intentaron llevar ayuda humanitaria a Gaza y fueron atacados por fuerzas israelíes, con saldo de muertos y heridos.
Hoy, esa iniciativa se amplifica: civiles, intelectuales, artistas, activistas, ecologistas y parlamentarios, buscan romper el cerco militar y mediático impuesto por el gobierno de Benjamin Netanyahu. “Llevan agua potable, medicinas, alimentos, pero, sobre todo, esperanza”, recalcó Koury.
Históricamente, los intelectuales y artistas han jugado un papel crucial en las causas de liberación. Durante la guerra de Vietnam, figuras como Jane Fonda y Muhammad Ali marcaron la conciencia internacional. En la actualidad, actores como Gael García, la actriz Hannah Einbinder al recibir un premio Emmy, y líderes políticos como los presidentes de Colombia y España, han denunciado abiertamente el genocidio en Gaza y acompañado con sanciones comerciales a Israel.
“Lo que ocurre en Palestina se conecta con luchas de otras latitudes”, reflexionó Siman Koury y analizó: “Desde las protestas en Francia contra la precarización social hasta las movilizaciones en países asiáticos como Nepal, emerge un mismo hilo: la demanda de justicia y dignidad”.
“Estamos presenciando que en el mundo se levantan pueblos contra las injusticias”, concluyó Koury. “Y dentro de ese despertar, la libertad de Palestina se ha vuelto un símbolo universal contra el genocidio”.
*Catedrático y periodista