Hombres en tiempo de mujeres
Política, Principales

Hombres en tiempo de mujeres

Ivonne Acuña Murillo

Desde los pasados comicios, la opinión pública está utilizando la frase “Es tiempo de mujeres” y no cabe duda de que lo es. Por primera vez en la historia política de México una mujer, Claudia Sheinbaum Pardo, recibió la banda presidencial de manos de otra mujer, la recientemente fallecida diputada y presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Ifigenia Martínez. 

A partir de esta realidad, habría que preguntarse por la respuesta de ciertos hombres públicos, no políticos necesariamente, quienes se han decantado por una de dos posturas: la que defiende el derecho femenino a la participación política y la que descalifica dicha participación con argumentos sexistas, machistas y misóginos. 

Aquí algunos ejemplos. Comencemos por la segunda posición. Pocos días después de la votación del 2 de junio, el actor cómico Rafael Inclán, recordado por protagonizar películas del género nombrado como “de ficheras” (mujeres que en los antros bebían y bailaban con los clientes quienes para hacerlo compraban una ficha), dijo entre risas “Ora vamos a tener una ama de casa seis años”, declaración que fue acompañada por la pregunta del también histrión Luis de Alba, mejor conocido por sus personajes de “El Pirruris” o “El chavo de la Ibero” y el “Ratón Crispín”, ese que odia con odio jarocho, quien le preguntó “¿a quién?” a lo que Inclán respondió “No, yo no vivo aquí”.

A pregunta expresa, la presidenta Sheinbaum respondió, una vez que se viralizó el comentario, que esa forma de pensar era parte de una cultura machista y no tuvo empacho en decir: “Lo que me parece más lamentable es que se utilice ‘ama de casa’ como algo peyorativo. ¡No! Soy presidenta, abuela, mamá y ama de casa. Y con orgullo”, para después mencionar las labores desempeñadas por las mujeres en el hogar. 

Pero no solo desde la presidencia se cuestionó lo dicho por Inclán, también gente de la televisión participe en diversos espacios lo hizo. Es el caso del periodista y conductor Nacho Lozano, quien después de informar sobre lo dicho por Inclán y lo respondido por Sheinbaum afirmó: “…para nuestro país vienen tiempos de mujeres aunque al patriarcado le arda, aunque el patriarcado se sienta débil, amenazado. 

Es tiempo de mujeres les guste o no les guste y más vale que vayan cambiando esas maneras de pensar que les parecen normales. ¡Ah pus es que así es el mexicano! ¡No pues es que así somos todos!” Ante las críticas, Inclán pidió disculpas aunque dijo que lo sacaron de contexto y que fue un acto de mala leche pues “pusieron palabras en su boca”. Basta ver el video para confirmar que dijo lo que dijo. 

Semanas después, a inicios del mes de octubre, el monero Antonio Garci Nieto, a través de retratos trucados publicados en la plataforma “X”, intentó denigrar la imagen, al sexualizarla, de la propia Sheinbaum, que aparece en una supuesta foto junto con la senadora Andrea Chávez Treviño, hablándole al oído y preguntándole si era lesbiana, sugiriendo un posible romance entre ellas, a lo que Andrea supuestamente respondió: “Vegana Claudia, ya te dije que vegana”. 

En otra imagen generada y publicada por Garci aparece Luisa María Alcalde, presidenta nacional del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), con una expresión sensual en el rostro, y sobre la supuesta foto la leyenda “Amigas putonas del Bienestar”. En una más se observa a Geraldine Ponce Méndez, presidenta municipal de Tepic, Nayarit, en compañía de López Obrador bajo la frase “@DrJMMireles ¿Es Piruja o Nalguita? Es pregunta seria”. 

Finalmente, el monero en cuestión se tomó la libertad de superponer el rostro de Andrea Chávez sobre la cara de una mujer que viste una blusa con vivos colores y una falda negra. La modelo sostiene sensualmente una mano frente a la boca mientras abre las piernas y muestra su ropa interior. Sobre la sugestiva imagen, Garci colocó la frase: “La cenadota de la República”. 

Por supuesto, no falta quien subestime la violencia digital ejercida en contra de políticas de Morena, como el comentarista de Televisa Pablo Majluf quien opinó en X, el 18 de octubre: “Es una absoluta salvajada que un monero se pueda ir a la cárcel por un tuit de calzones falsos. Una absoluta salvajada. Pero ya estamos en pleno macartismo de género y nadie se atreve a decir nada.” Pero, más allá de lo que se pueda pensar, lo hecho por el monero Antonio Garci es tipificado como delito en la Ley Olimpia, que sanciona la violencia de género de tipo digital, a la que se define como “…actos de acoso, hostigamiento, amenazas, insultos, mensajes de odio, vulneración de datos o información privada realizados mediante el uso de tecnologías. 

Además de la difusión de imágenes, audios o videos —reales o simulados— del contenido íntimo sexual de una persona sin su consentimiento”. No obstante lo anterior, el caricaturista decidió “hacerse a la víctima” para pedir asilo a la ONU al decirse perseguido político por el actual gobierno, en función de la demanda que interpuso la senadora Chávez después de haber sido violentada digitalmente por el monero. ¡Vaya desfachatez! Es evidente que, en ambos casos, el de Inclán y el de Garci Nieto, se pretende situar a las mujeres en el papel que por siglos les fue asignado en el contexto de una cultura sexista, machista y misógina: recluidas en el hogar como “amas de casa” o en la calle como “prostitutas” prontas, las dos, a satisfacer las necesidades y deseos masculinos. 

Con esta visión, es imposible concebirlas ejerciendo una actividad considerada exclusiva de los hombres, la política. Es aquí donde quienes se resisten al cambio operan para “cobrar” a las mujeres el atrevimiento que han tenido al ocupar puestos públicos. Lo anterior son sólo ejemplos de lo que en la práctica se ha vuelto algo recurrente: los ataques en contra de las mujeres que se atreven a trascender las “labores propias de su sexo”. 

Esta postura considera a las mujeres como seres inferiores en función de su sexo biológico (sexismo), por lo que se promueven creencias, conductas y patrones de comportamiento que reproducen y refuerzan actitudes discriminatorias en su contra (machismo), en el marco extremo de la aversión y el odio sentido hacia ellas (misoginia). Sin embargo, no todos los hombres piensan o sienten lo mismo. 

Existen otros convencidos de que al defender la participación política de las mujeres, no están haciendo una divina concesión ni dándoles permiso para actuar en política, sino reconociendo su pleno derecho a ejercer el poder. Uno de ellos es el analista y escritor Fabrizio Mejía Madrid, quien en la Feria Internacional del Libro del Zócalo de la Ciudad de México, en su charla “Lo que viene” del 19 de octubre, misma que puede reproducirse en YouTube, afirmó la existencia de una campaña de misoginia “barata y ruin” en contra de la actual presidenta de la República proveniente de la derecha política que, a pesar de lo que se creía, ha podido rebajarse aún más. 

Esta campaña, promovida en ciertos medios de comunicación y redes sociales tenía y tiene, en el fondo, la intención de que Claudia Sheinbaum se distancie del expresidente Andrés Manuel López Obrador o de lo contrario será considerada como una mujer sumisa, no feminista, quien “recibía y recibirá instrucciones de un hombre”. Para profundizar en lo dicho por Mejía Madrid se puede escuchar también su colaboración semanal para Sin Embargo, titulada Misoginia, publicada el 16 de octubre en YouTube. 

En la misma presentación, el monero José Hernández, quien firma sus cartones sólo con su apellido, sostuvo: “Efectivamente, se hizo esta campaña de misoginia y sucede algo curioso (…) pero es algo que los retrata perfectamente a la oposición o a la derecha que, durante todo el sexenio de López Obrador, lo que hubo fue un ingrediente de clasismo y de racismo terrible (…) porque cómo era posible que un naco estuviera en la presidencia (…) que alguien que pertenece a una clase que es para servirles era el presidente, eso era inaceptable (…) Y ahora, bueno Claudia Sheinbaum pertenece a otra clase pero ahora este clasismo fue sustituido por un machismo y por una misoginia terrible. 

Porque (…) cómo es posible que una mujer, si las mujeres las creó Diosito para servirnos a los hombres, ¿no? Entons, ¿cómo es posible que una mujer sea no solo la presidenta sino la comandanta general del Ejército, de las Fuerzas Armadas? ¿Cómo es posible que una mujer esté en esa posición de poder?”. Desde esta postura es considerado aberrante, fuera de tiempo y lugar atacar a políticas en razón de su ser mujeres. 

Se podría decir: “las atacan por ser mujeres” y no por un posible mal desempeño. Posición heredada que viene de, por lo menos, dos mil trecientos años atrás, cuando el filósofo griego Aristóteles colocó, teóricamente hablando, a las mujeres en el lado de las personas inferiores junto con los esclavos, niñas, niños y extranjeros, y las declaró incapaces para participar en política. Así de antigua es la visión en la que la oposición política de derecha escarba para enfrentar el hecho de que ha perdido el poder, no sólo político sino en razón de género, y que las mujeres han llegado al espacio público para quedarse. Y a ti lector ¿cuál de las dos posturas te define?

Doctora en ciencia social; maestra en ciencia política; especialidad en estudios de la mujer (Colegio de México). Licenciada en ciencias políticas y sociales (UNAM)

15 de noviembre de 2024