Geo-política y comunicación con León XIV
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Geo-política y comunicación con León XIV

Tanius Karam

La reciente elección del nuevo papa (número 267 en la historia) Robert Francis Prebos, León XIV marca sin duda una etapa en la historia de la iglesia y de occidente. Es un papa hijo de migrantes, su árbol familiar remite a muchas ascendencias: la abuela paterna francesa; el abuelo paterno, italiano; el abuelo materno, dominicano.

El nombre de León XIV, que remite a León XIII quien publicó la importante encíclica Rerum Novarum (1981) la cual abordaba por primera vez la cuestión laboral, social en un contexto marcado por la Revolución Industrial e hizo un llamado a la justicia social, a la defensa de los derechos de los trabajadores y a la búsqueda de un orden social más equitativo. El nombre remite sin duda a este horizonte de comprensión y de claves fundamentales que parecen orientar el trabajo de León XIV.

También ha sido ampliamente difundida la doble raíz latinoamericana y norteamericana. En América Latina poco más de la mitad se reconoce como católico, y a nivel mundial cerca del 48% de los católicos viven en el continente americano, sobre todo en América Latina, región caracterizada por desigualdad, pobreza y desafíos económicos muy grandes. León XIV creció en un entorno católico obrero en Chicago y desarrolló su carrera pastoral en Perú, podría decirse que fue un puente entre el norte y el sur global.

En este texto queremos ofrecer algunas líneas de tipo económico y político; y luego pincelazos respecto a algunos rasgos comunicativos propios del enfoque que maneja esta revista. La elección del nuevo papa, se convirtió en el hecho más seguido por los medios occidentales.

El poder económico del Vaticano

Aunque el Vaticano es ante todo una entidad espiritual y religiosa, también es actor económico relevante con patrimonio considerable y presupuesto anual significativo. Durante el pontificado de Francisco, se impulsó una pequeña revolución financiera: centralizaron cuentas dispersas, combate a la opacidad y mecanismos de control anticorrupción. Como resultado, se cerraron miles de cuentas sospechosas en el Instituto para las Obras de Religión (IOR, conocido como el “Banco Vaticano”) y, por primera vez, un cardenal fue llevado a juicio por escándalos financieros.

Según información de RTVE, la Santa Sede registró en 2023 un déficit operativo de aproximadamente 46,5 millones de euros, sin incluir las cuentas de dos grandes hospitales vaticanos que tienen su propia gestión (rtve, 8 de mayo de 2025). Los ingresos propios del Vaticano en 2023 ascendieron a 205,3 millones de euros, provenientes de actividades comerciales, servicios y alquileres (Cf. Vida Nueva Digital, 21 febrero 2025). En 2023, los ingresos financieros del Vaticano sumaron 45 millones de euros, en gran parte procedentes del Instituto para las Obras Religiosas (IOR), conocido como el “banco vaticano” (Cf. Datos RTVE, 2 de mayo 2025).

La Santa Sede administra más de 5,000 propiedades inmobiliarias a nivel mundial, con un patrimonio valorado en casi 1,000 millones de euros. (Cf. La Nación Argentina, 28 dic 2022). En 2023, los gastos de la Santa Sede alcanzaron los 495,4 millones de euros. De estos, aproximadamente 370,4 millones se destinaron al sostenimiento de los dicasterios, organismos y organizaciones que apoyan la misión apostólica del Papa.

Las cifras económicas del Vaticano revelan una situación delicada que tendrá implicaciones directas para el pontificado de León XIV. Aunque el Papa Francisco logró avances en materia de transparencia y control financiero, persistente déficit operativo —superior a los 46 millones de euros en 2023— indica que la sostenibilidad económica aún está en riesgo.

El alto gasto en salarios y en la misión apostólica, sumado a una dependencia limitada de ingresos estables, plantea el reto de equilibrar espiritualidad y eficiencia administrativa. León XIV, con experiencia en gestión, deberá reforzar las reformas, evaluar el uso del patrimonio inmobiliario y asegurar que las inversiones sean éticamente responsables, pero también rentables. Si no logra sanear las finanzas, la imagen del Vaticano puede debilitarse, afectando su capacidad de acción pastoral y su influencia geopolítica. Por ello, la economía vaticana no es un asunto técnico, sino estratégico.

Retos en la diplomacia internacional

La Santa Sede mantiene relaciones diplomáticas con 184 países y es observador permanente en la ONU, lo que le permite participar activamente en discusiones sobre temas clave, incluidos los económicos. En el contexto actual, el Vaticano se encuentra ante el desafío de mantener su neutralidad y liderazgo moral frente a bloques económicos: Unión Europea, Estados Unidos y China.

Francisco y León XIV responden a momentos históricos distintos: Francisco emergió en un mundo fragmentado, globalizado y herido por la exclusión, que pedía compasión. León XIV inicia su pontificado en un escenario global pospandémico marcado por una fuerte polarización ideológica, una creciente incertidumbre económica y múltiples tensiones geopolíticas. El COVID-19 dejó secuelas sanitarias, y profundas fracturas sociales: desconfianza en las instituciones, auge del nacionalismo, desigualdad agravada y fatiga emocional colectiva.

A ello se suman conflictos armados activos, como la guerra en Ucrania —que ha generado más de 10 millones de desplazados y reconfiguró alianzas en Europa—, o las tensiones persistentes en Medio Oriente, Sudán y la región del Indo-Pacífico. Además, el conflicto entre Israel y Palestina volvió a escalar con fuerza, mientras que migraciones masivas y crisis climáticas siguen desafiando la estabilidad global.

León XIV podría recuperar el papel histórico de la Santa Sede como actor de “diplomacia discreta”, promoviendo espacios de diálogo donde los canales oficiales están bloqueados. También puede reforzar su liderazgo en temas transversales como la deuda ecológica, la paz, la migración y la seguridad alimentaria. Sin embargo, para tener autoridad en estos temas, deberá mantener la credibilidad ética y continuar limpiando estructuras internas marcadas por escándalos de cor r upción y abusos.

Bajo el liderazgo de Francisco, la Santa Sede asumió un papel activo como defensora de los países en desarrollo, especialmente de aquellos con altos niveles de deuda externa. En 2023, el Papa pidió explícitamente la condonación de la deuda externa de los países más pobres, llamándolo un “imperativo moral”.

Este planteamiento se apoyaba en cifras alarmantes: más de 3,300 millones de personas viven en países donde el gasto en el servicio de la deuda supera las asignaciones a áreas vitales como salud y educación. Francisco también introdujo el concepto de “deuda ecológica”, argumentando que las naciones industrializadas tienen una obligación moral hacia el sur global, debido a los daños medioambientales causados por su modelo de desarrollo.

Continuidad o cambio económico en el Vaticano

Una de las iniciativas emblemáticas del papado de Francisco fue el movimiento “Economía de Francisco”, convocado en 2019 para replantear los fundamentos éticos de la economía global. Este evento reunió a miles de jóvenes de más de 120 países, quienes trabajaron en una red para discutir desde la agricultura sostenible hasta las finanzas éticas.

La mayoría de los indicios apuntan a que habrá una continuidad sustancial en las políticas económicas del Vaticano con León XIV. El nuevo Papa comparte el diagnóstico de su predecesor sobre las fallas del modelo económico actual y la necesidad urgente de cambios estructurales. Además, fue elevado al cardenalato por Francisco y ha sido considerado un aliado en todas las reformas emprendidas por el Papa argentino.

La formación agustiniana de León XIV podría aportar un énfasis renovado en la dimensión comunitaria y en la ética de la economía. Se espera que continúe promoviendo el diálogo con líderes empresariales, pero con un enfoque más pragmático que el de Francisco, buscando aplicar los ideales de la economía de Francisco de manera más aterrizada y operativa.

El inicio del pontificado de León XIV genera grandes expectativas en el ámbito económico y social, tanto en la administración interna del Tesoro Vaticano como en su orientación moral frente a la globalización. Este Papa tendrá que dar continuidad a las reformas iniciadas por Francisco, aportando su propia visión y enfoque para el bien común. Tiene a su favor su formación pastoral, su talante conciliador y sus raíces latinoamericanas.

Estilos de comunicación

Desde el inicio de su pontificado en 2013, el papa Francisco se destacó por una comunicación directa, sencilla y cercana, alejada del lenguaje pomposo o distante que tradicionalmente se asociaba con la figura papal. Su estilo comunicativo reflejó una profunda sensibilidad pastoral, con un énfasis en el diálogo y la empatía. Más que doctrinas, privilegió los gestos simbólicos: desde vivir en la Casa Santa Marta en lugar del Palacio Apostólico, hasta visitar cárceles y campos de refugiados. Promovió una Iglesia “en salida” (cf. Evangelii Gaudium, n . 20), que hablara desde las periferias existenciales y sociales.

En contraste, el papa León X I V — c u y a elección marca un giro pos-francisquista— ha mostrado un estilo comunicativo más institucional y ordenado. Aunque no ha abandonado del todo la cercanía pastoral, su enfoque es más estructurado, con mensajes que recuperan una lógica doctrinal. Su tono remite más a la enseñanza magisterial que a la apelación emocional. Algunos observadores han señalado que su estilo recuerda, sin ser idéntico, al de Juan Pablo II en su etapa madura o incluso al de Paulo VI en el posconcilio.

Francisco fue autor de frases memorables, como las críticas al sistema actual “Esta economía mata” (Evangelii Gaudium, n. 53). Sin embargo, sus críticos señalan que ese cambio en el lenguaje no siempre se tradujo en transformaciones estructurales. La reforma de la Curia fue percibida como lenta. No avanzó sustancialmente en temas clave como el papel de las mujeres, el celibato sacerdotal o la gestión en contra de los abusos sexuales. Muchas de sus propuestas quedaron en el ámbito de la orientación pastoral, sin fuerza normativa. Para unos, sembró el terreno para una nueva etapa eclesial; para otros, dejó una Iglesia con expectativas insatisfechas y tensiones internas sin resolver.

En este escenario, el pontificado de León XIV puede interpretarse como una respuesta institucional a ese legado. Mientras Francisco cambió el lenguaje y la sensibilidad eclesial —colocando en el centro la misericordia, la sinodalidad y las periferias—, muchos sectores esperaban concreciones más profundas. León XIV, con un perfil más técnico que carismático, parece orientado a clarificar, ordenar y estabilizar lo iniciado.

Su estilo comunicativo sobrio y doctrinal lo distingue sin llegar al tono estrictamente académico de Benedicto XVI. Algunos analistas, como Massimo Faggioli (The Liminal Papacy of Pope Francis, 2021) y Austen Ivereigh (The Great Reformer: Francis and the Making of a Radical Pope, 2014), ya lo han descrito como el “reformador del reformador”: un papa que buscaría institucionalizar el legado de Francisco, dotarlo de coherencia interna y orientarlo hacia la eficacia eclesial.

*Catedrático de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y de la Universidad Anáhuac México-Norte. Libro más reciente: Violencia y narcotráfico.

9 de junio de 2025