El camino histórico hacia una nueva era en la impartición de justicia en México comenzó a las 5:00 horas de este lunes 1 de septiembre.
Desde la zona arqueológica de Cuicuilco, al sur de la CDMX, algunos de los nuevos integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) —que fueron electos por el pueblo el pasado 1 de junio (cinco mujeres y cuatro hombres)— acudieron a la ceremonia de “consagración” de bastones de mando, un símbolo indígena que representa poder, autoridad, confianza y, sobre todo, responsabilidad.
A Cuicuilco —uno los vestigios prehispánicos más antiguos de Mesoamérica— arribaron invitados provenientes de Oaxaca y San Juan Chamula, Chiapas, entre otras localidades. En tono discreto, la ceremonia ancestral se realizó sin la presencia de medios de comunicación y se extendió hasta las 7:00 horas de esa fría mañana.
Rodeado de quienes presenciaron el evento, el nuevo presidente de la SCJN, el indígena de origen mixteco Hugo Aguilar, agradeció el acompañamiento para la integración de esta Corte y la disposición de sus miembros para asistir a la consagración del bastón de mando.
No obstante, Aguilar Ortiz aclaró que el ministro Arístides Guerrero, quien hace unos días sufrió un accidente, no pudo acudir a la ceremonia, y agregó que otras dos ministras se disculparon por no poder estar presentes.
Con el espacio arqueológico como mudo testigo y en medio de la neblina matutina, Aguilar aseguró que la nueva Corte será distinta a las anteriores: “Aquí el pensamiento y el corazón no lo va a guiar el poder ni el dinero, sino el servicio al pueblo, a cada uno de ustedes”.
Entrega de los bastones de mando
Al finalizar la ceremonia de consagración de bastones de mando, se procedió al evento en la Plaza de la Constitución, donde en punto de las 16:00 horas y ante la presencia de más de 10 mil personas, entre ellas representantes de los 70 pueblos indígenas y afromexicanos, se hizo la entrega de los símbolos de poder a las y los ministros de la SCJN, con excepción de Arístides Guerrero, quien tampoco acudió al evento.

En español y mixteco, se celebró un acto tradicional de purificación para los nuevos integrantes de la Corte, el cual fue encabezado por la médica del pueblo Mazateco, Teresa de Jesús Ríos, acompañada por otras y otros médicos tradicionales de distintos pueblos originarios, como Ernestina Ortiz Peña, del pueblo Otomí; María de Lourdes Jiménez, del pueblo Mixteco; Yolanda Bautista Hernández, del pueblo Zapoteca; Mario de Jesús, caracolero del pueblo Mazahua; y Ramón González Carrillo, del pueblo Wixárika.
Con una oración al Sol y a la divinidad, las y los representantes indígenas pidieron fuerza y sabiduría para los integrantes de la SCJN. Igualmente, con una ofrenda de alimentos y objetos varios se pidieron fuerza en el pensamiento y “el perdón para caminar por el bien de todos”.
Posteriormente, las autoridades tradicionales entregaron los bastones de mando a las y los nuevos ministros de la Corte: Hugo Aguilar Ortiz (presidente), Lenia Batres Guadarrama, Yasmín Esquivel Mossa, Loretta Ortiz Ahlf, María Estela Ríos González, Sara Irene Herrerías Guerra, Giovanni Azael Figueroa Mejía, e Irving Espinosa Betanzo. El ministro presidente recibió el bastón en representación de Arístides Guerrero.
“Reciban este bastón de mando como una responsabilidad que tendrá con el pueblo mexicano; depositamos la confianza en ustedes para que las cosas marchen bien. Felicidades a todas y todos los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación”, consignó una autoridad tradicional durante la ceremonia.
Al término, Hugo Aguilar se presentó ante la multitud en el Zócalo y pidió un voto de confianza para la nueva Corte. Afirmó que se trabajará con honestidad y trasparencia, y que se “desterrarán la corrupción, los privilegios, y se actuará sin nepotismo”.
Con el bastón de mando en la mano, el ministro presidente sostuvo que la nueva Suprema Corte hablará por los que no pueden hablar y defenderá a quienes no se pueden defender, además de que se comprometió a escuchar y atender las voces ciudadanas, especialmente aquellas que históricamente han enfrentado exclusión, discriminación o falta de representación.
“Sin la reforma judicial, los pueblos indígenas no tendríamos la presencia que hoy estamos teniendo en la vida pública de nuestro país”, celebró entre aplausos y ovaciones. Abundó: “Somos los ministros y las ministras del pueblo (…); somos el antecedente más lejano de estas tierras que hoy en día nos acoge”.
Rinden protesta en el Senado
Por la noche, en punto de las 22:00 horas y tras concluir los posicionamientos de las bancadas partidistas, las y los ministros de la nueva SCJN rindieron protesta ante la presidenta del Senado, Laura Itzel Castillo. “¡Sí, protesto!”, se escuchó al unísono por parte de los nueve ministros y ministras (incluido Arístides Guerrero, quien esta vez sí acudió, pero en silla de ruedas).

Los integrantes de la Corte subieron a la tribuna para recibir sus constancias entre aplausos de senadores y representantes del Poder Ejecutivo.
La nueva Corte, de plácemes y con las puertas abiertas
Finalmente, las y los ministros se trasladaron a la Suprema Corte para inaugurar esta nueva etapa, acompañados de la presidenta Sheinbaum, integrantes del gabinete, del INE, legisladores federales y otros funcionarios.
Así, a las 22:45 horas, la puerta del máximo tribunal del país, que estuvo casi tres años cerrada al público, se abrió de nuevo a la ciudadanía. Ahí lució un arreglo floral de artesanos de Iztapalapa con la frase “Hacia una reconciliación de la justicia con el pueblo”.
Tras este acto simbólico y de gran trascendencia histórica para el país, cerca de la medianoche el ministro presidente, Hugo Aguilar, agradeció durante la sesión de la Corte la asistencia de las y los presentes, y denunció a los sectores privilegiados y a las élites que han privado de sus derechos a los pueblos indígenas y afromexicanos.

“Ponemos los cimientos del cambio total y desde luego la apuesta de una justicia real y verdadera (…); el cambio se nutre con el deseo de poner fin a las injusticias”, expresó el ministro ataviado con su toga de grabados indígenas.
Aguilar celebró la reforma al Poder Judicial impulsada por Claudia Sheinbaum, y resaltó que gracias a ello se asegura el equilibrio entre los tres Poderes, así como una renovación “del pacto de confianza entre Poder Judicial y pueblo mexicano”.
“A partir de este día, el compromiso de esta Corte será ser cercana y accesible, no habrá muros que nos separen de la sociedad”, prometió el ministro presidente. Refrendó que las y los nuevos ministros tienen un objetivo claro: “Sanear el Poder Judicial de la Federación y de las entidades federativas; sanear la Suprema Corte de Justicia de la Nación; se van a acabar la corrupción, el nepotismo y la deshonestidad”.
“A partir de hoy, la justicia será más cercana, más humana y más incluyente”, concluyó Hugo Aguilar entre vítores y aplausos que se prolongaron durante casi un minuto. De esta manera, comenzó una nueva era para la justicia en nuestro país.
Camila Doroteo





