Corridos tumbados: expresión de una juventud marcada por la violencia
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Corridos tumbados: expresión de una juventud marcada por la violencia

Camila Doroteo

Artistas como Natanael Cano, Peso Pluma, Junior H, Tito Double P o Fuerza Regida son algunos de los principales exponentes del género musical conocido como “corrido tumbado”, criticado por hacer apología de la narcoviolencia, fomentar la adicción a las drogas y su contenido misógino.

De acuerdo con versiones periodísticas, el término “corrido tumbado” se atribuye a los intérpretes Natanael Cano y Dan Sánchez, luego de que en 2019 firmaron con la disquera “Rancho Humilde”, una productora del empresario conocido como “Jimmy Humilde”, ubicada en Los Ángeles, California.

En estudios académicos se han abordado las posibles repercusiones de esos contenidos, ya que normaliza o idealiza la violencia del narcotráfico, se cosifica a las mujeres y se presenta como éxito el pertenecer a la delincuencia. ¿Qué tanto influye esta expresión musical en el comportamiento social?

Aspiracionismo: armas, violencia, drogas, lujos, mujeres…

En “Estudios sobre la juventud: Cultura y sociedad”, la investigadora en Ciencias Sociales Rossana Reguillo expone que “las aspiraciones no son meras proyecciones hacia el futuro; son intensamente vividas y negociadas en el presente, influenciadas por los contextos culturales, sociales y económicos que los jóvenes navegan diariamente”.

En esa misma línea, subraya cómo las juventudes utilizan el consumo y la ostentación como una forma de resistencia y afirmación de su identidad frente a un contexto de exclusión y marginalidad; “no existen identidades juveniles que no reinventen los productos ofertados por el mercado para imprimirles a través de pequeños o grandes cambios, un sentido que fortalezca la asociación objeto-símbolo-identidad”.

Consecuentemente, los corridos tumbados, con su énfasis en el lujo y el estatus, permiten a los jóvenes identificarse, sentirse representados y proyectar una imagen de éxito y poder que desafía su realidad cotidiana.

Según la ponencia “¿Qué tranza con los corridos tumbados? Una aproximación a las juventudes del norte de México y su participación en el cambio sociocultural”, dirigida por el Dr. Igael González Sánchez y publicada por el Instituto Sonorense de la Juventud (ISJ), este género musical mezcla sonidos regionales mexicanos, principalmente el corrido ligado a la tradición de narrar historias o eventos cotidianos, pero con un toque “urbano contemporáneo”, como el trap y el hip hop.

Por su parte, en el estudio del ISJ se señala que el término “tumbado” alude a una nueva forma oral y estética, que se construye desde lo folclórico y la poesía hacia la violencia. Se trata de un tipo de “violencia bruta transformada en espectáculo de lo real, (la cual) es la parte más visible de la relación del tumbado y los corridos contemporáneos con el rap”, según el análisis.

Desencanto juvenil

Respecto a sus letras, el corrido tumbado suele también llamarse “bélico” por abordar temas sobre el uso de armas para cometer delitos. Esta postura, de acuerdo con el estudio del ISJ, revela “un (contra) discurso ofensivo, retador, violento y ruidoso que hace patente el advenimiento de la cultura que reproduce la economía del narcotráfico”.

Asimismo, estos corridos dan testimonio “del sentimiento nihilista de desencanto y frustración de la condición juvenil pos-moderna”.

Por otro lado, en una investigación colectiva publicada por la UAM-Xochimilco, “Una mirada hacia la construcción musical: performatividad, vínculos e imaginario social en juventudes del Cetis 49 y UAM-Xochimilco”,seindica quela experiencia musical “implica una participación activa de los individuos, (…) en un proceso dinámico de identificación y vinculación emocional, tanto con la música como con otros individuos que comparten estas experiencias”.

En ese sentido, la música conecta lo social y lo individual, y da forma a la memoria colectiva a través del tiempo. Es decir, la música y la melodía ayudan a recordar vivencias y registrar los momentos presentes.

Popularidad gracias a las redes sociales

Las investigaciones destacan que intérpretes como Natanael Cano, Junior H y Peso Pluma, por mencionar algunos representantes del corrido tumbado, alcanzaron grandes audiencias gracias a plataformas como YouTube e Instagram.

Las canciones difundidas en esas y otras redes sociales proyectan realidades en las que la violencia, principalmente ejercida por el narcotráfico, es la protagonista en letras y videos, y reflejan la aspiración por los lujos, la fama, mujeres, consumo de drogas y la necesidad de salir de los contextos sociales marginados.

Por ejemplo, Junior H, Natanael Cano y Dan Sánchez han comentado ante medios de comunicación que sus infancias se desarrollaron en ambientes de violencia y en situaciones económicas limitadas, por lo que encontraron en la música un medio para expresar sus vivencias.

En ese tenor, los especialistas de la UAM-Xochimilco asientan que la música no sólo es un medio para reflejar contextos de índole social, político o cultural, sino que también “los magnífica y moldea, ofreciendo un espacio donde las personas pueden explorar y expresar tanto sus identidades individuales como colectivas”.

Mientras, el estudio del ISJ recuerda que Peso Pluma fue contactado por Luis R. Conriquez, considerado “el padre de los corridos bélicos”, y a partir de ahí, los corridos tumbados se relacionaron con la narcocultura por aludir los nexos de estos artistas con narcotraficantes.

“En un país donde la desigualdad social y económica es palpable, muchos jóvenes encuentran en la música una forma de expresar sus realidades, sueños y frustraciones”, destaca la investigación “Una mirada hacia la construcción musical…”, publicada por la UAM-X.

Por ello, tales estudios retoman letras de algunos corridos para ejemplificar su mensaje: Gobierno pactado, chingo de perico que se ha traficado. JGL pa’ presidente, delincuencia organizada, ya saben qué pedo tocan al Ratón y un desmadre le hacemos (…) voten por Joaquín en las elecciones. “Cuerno Azulado”, Natanael Cano.

En esa canción se hace apología y se enaltece a líderes del narcotráfico como Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera (JGL) y su hijo Ovidio “El Ratón” Guzmán.

Otro aspecto de este género musical es la cosificación de las mujeres al describirlas como parte de “un lujo” o “premio” obtenido mediante el poder y el dinero. Esto se relaciona al machismo y misoginia de la sociedad mexicana, y que se refleja, por ejemplo, en el tema “Lady Gaga”, de Peso Pluma, Gabito Ballesteros y Junior H: “…Y una bandida que me llama, quiere mi lana y no está mal porque me seduce como animal”.

En los videos aparecen las llamadas “buchonas”, término despectivo para referirse a las jóvenes que viven entre lujos por relacionarse con narcotraficantes. Ellas usan ropa ajustada, de marcas reconocidas, con múltiples accesorios y aparecen muy maquilladas.

“La imagen de las buchonas ha sido popularizada en la música, la televisión y las redes sociales, generando cierta fascinación y controversia en la sociedad mexicana”, se advierte el análisis de la UAM-X.

“Este subgénero musical ofrece una muestra hacia la mente y el corazón de la juventud contemporánea, brindando una perspectiva auténtica y vívida sobre sus sueños, desafíos y aspiraciones”, agrega el estudio.

Igualmente, en el corrido tumbado está la fascinación por las armas, que representan un estilo de vida “marcado por la rivalidad, competencia y búsqueda de respeto y reconocimiento en su entorno social”: “Soy el belicón, el que no se mueve sin traer un convoy (…) en mi colección minimis (fusil de asalto), bazucas y kalashnikov (AK-47)…”. “El belicón”, Peso Pluma y Raúl Vega.

Las investigaciones concluyen que la mayoría de las letras apuntan a la violencia que alimenta la percepción de una realidad ligada a la narcocultura y a la normalización de estos comportamientos, pero también reflejan las aspiraciones de una sociedad que anhela una vida mejor.

Así, los corridos tumbados, además de representar un sentido de identidad y pertenencia, es un fenómeno cultural que ayuda a comprender los contextos, deseos y aspiraciones de las juventudes en México.

4 de agosto de 2025